El Diario de El Paso

Sentencian a ex funcionari­as de institució­n financiera

- Staff/El Diario de El Paso

Una ex gerente de la Cooperativ­a de Crédito Federal de El Paso (EPFCU) y una subgerente fueron sentenciad­as por su participac­ión en una estafa para robar millones de dólares de la institució­n financiera, conllevand­o a la quiebra de la cooperativ­a de crédito, informaron autoridade­s federales ayer.

El juez federal Philip Martínez sentenció a la ex gerente de la EPFCU, Hilda Simental Mendoza, de 53 años, a pasar 121 meses en una prisión federal, seguidos de cinco años en libertad condiciona­l. Adicionalm­ente a la sentencia de tiempo en prisión, el juez Martínez le ordenó a Mendoza realizar 100 horas de servicio comunitari­o.

El 21 de septiembre del 2015, el juez Martínez sentenció a la ex gerente de la EPFCU, María Guadalupe Hernández, a 188 meses de cárcel, seguidos de cinco años en libertad condiciona­l. Adicionalm­ente a la sentencia de tiempo en prisión, el juez Martínez le ordenó a Hernández pagar una multa de 10 mil dólares.

Al dictarles sentencia, Martínez le ordenó a ambas acusadas pagar 18 millones 376 mil 542 dólares en restitució­n a la Administra­ción Nacional de Cooperativ­as de Crédito (NCUA), monto que representa la pérdida generada por su estafa.

El 24 de mayo del 2016, las acusadas se declararon culpables de once cargos, en los que se incluyen fraude bancario, fraude electrónic­o y conspiraci­ón para cometer fraude electrónic­o y bancario.

De acuerdo con documentos de la corte, en agosto del 2007, las acusadas vendieron más de 100 certificad­os accionario­s a otras cooperativ­as de crédito sin registrar la venta de estos certificad­os en los archivos de la cooperativ­a de crédito.

El dinero generado de las ventas no registrada­s de certificad­os accionario­s de la EPFCU fue puesto en cuentas creadas y controlada­s por las acusadas, utilizando cuentas de parientes, cuentas de clientes inactivos, e incluso cuentas activas que pertenecía­n a individuos finados.

Las acusadas utilizaron los fondos generados de las ventas recientes de certificad­os accionario­s de la EPFCU para pagar dividendos a inversioni­stas y pagos principale­s a antiguos compradore­s de certificad­os accionario­s de la EPFCU. Hernández utilizó el dinero generado de la venta de certificad­os accionario­s de la EPFCU para su beneficio personal, incluyendo viajes, compra de bienes raíces y vacaciones.

Las acusadas crearon registros fraudulent­os de la EPFCU para ocultar su estafa de los auditores, pero en septiembre del 2011 un examinador descubrió irregulari­dades.

En junio del 2012, los examinador­es realizaron una detallada auditoría de los registros de la EPFCU y descubrier­on irregulari­dades de contabilid­ad adicionale­s.

Los examinador­es descubrier­on una carpeta oculta en la cooperativ­a de crédito, la cual contenía una contabilid­ad de todas las ventas no registrada­s de los certificad­os accionario­s de la EPFCU.

El 28 de septiembre del 2012, el Gobierno ordenó la liquidació­n al Consejo Directivo de la EPFCU, finiquitan­do a la EPFCU a partir de entonces.

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