Buscará Ciudad otras opciones para financiar proyectos
Se mantiene veto a emisión de Certificados de Obligación
El veto impuesto por el alcalde Óscar Leeser no pudo ser revertido ayer. Con votación de 2-4, la moción no superó los tres cuartos de votaciones necesarias para revertir la acción del líder del concilio.
Sin embargo, tras una acalorada discusión sobre la emisión o no de Certificados de Obligación, Leeser se comprometió a que el Ayuntamiento buscaría otras formas de financiar los proyectos que originaron esta discusión. Los proyectos con los tiempos de ejecución más inmediatos, serán la prioridad de este financiamiento.
‘Esa era la finalidad que se buscaba con esta discusión’, comentó Michiel Noe, representante del Distrito 5, sobre el resultado de la votación. Noe y Claudia Ordaz votaron a favor de revertir el veto.
Los representantes Carl Robinson, Lily Limón, Peter Svarzbein y Jim Tolbert, se opusieron a cancelar la acción de Leeser, mientras que Cortney Niland y Emma Acosta estuvieron ausentes de la reunión por motivos personales.
El alcalde paseño vetó el pasado 7 marzo la decisión del concejo municipal de publicar un aviso de intención de emitir 44 millones de dólares en certificados de obligación de pagar por proyectos de mejoras públicas en propiedades del Ayuntamiento que están consideradas como obras de emergencia, entre ellos reparaciones en los centros acuáticos de la ciudad, el Paseo de Las Luces, el estacionamiento de la Policía y otras mejoras en calles.
El mandatario dijo que había optado por el veto porque consideró que el Municipio no debería usar certificados de obligación para financiar proyectos que no han sido tomados en consideración en el presupuesto o que no han podido ser incluidos en el proceso presupuestal futuro.
La emisión de hasta 44 millones de dólares en certificados de obligación (COs), es una deuda que los gobiernos pueden emitir sin antes obtener la aprobación del votante.
La deuda se paga a través de impuestos. Aunque controvertidos, los certificados de obligación son una herramienta útil para que los gobiernos utilicen funciones básicas gubernamentales, como el mantenimiento de caminos o la obtención de fondos de manera expedita para obras de emergencias.
Limón, representante del Distrito 7, señaló que ya en 2012, el año en que se aprobó la emisión de los bonos de Calidad de Vida, el Cabildo anterior se había comprometido a no usar dichos certificados para operar los proyectos generados con dicha elección.
Tropiezos con la misma piedra
Noe inició la discusión leyendo una declaración sobre sus razones hacia el veto de Leeser y luego continuó con el despliegue de videos, de reuniones pasadas, en los que el alcalde y el Cabildo discutieron formas de financiar esos proyectos.
Noe dijo que si la Ciudad no emite la deuda para los proyectos, entonces el público necesita saber que los proyectos no se terminarán a tiempo.
Leeser dijo no estar de acuerdo con la emisión de los certificados porque algunos de los proyectos ya estaban financiados a través de bonos aprobados por los votantes en 2012. El alcalde señaló que la Ciudad necesita dejar de decir que los proyectos de Calidad de Vida están subfinanciados.
Ordaz, representante del Distrito 6, dijo que se sentía frustrada con el hecho de que el Cabildo dirigía al personal municipal para que encontrara fondos para los proyectos y que cuando la misión se había cumplido, el concilio cambiaba de parecer. Además, señaló que ‘estos proyectos los identificamos como de prioridad... y me preocupa. No quiero ponerles más retrasos’.
Hay al menos seis proyectos que necesitan fondos que dependen de financiamiento federal. Noe también dijo que estaba abierto a quitar de la mesa algunos de los proyectos.
Pero, en ese sentido, la representante Ordaz dijo que no tenían opción, ‘hay que encontrar financiamiento para los proyectos de la Organización Metropolitana de Planificación. Hemos hecho compromisos y hay contratos que cumplir’, dijo.
En resumen, en palabras del alcalde, quien dijo haber sido consistente con los asuntos financieros del municipio, ‘podríamos construir (los proyectos) con equis cantidad de dinero, pero seguimos queriendo hacer las cosas grandes, rápido, duraderas y grandiosas, lo que cuesta más dinero de lo designado’.
Y tomó como ejemplo la construcción del estadio de beisbol, cuyo costo inicial fue de 50 millones de dólares, ‘pero querían (el antiguo concejo) seguirle invirtiendo más y más’, dijo.