Para evitar deportaciones, Denver reduce condenas
Promulga ley para proteger a inmigrantes indocumentados
Denver— Al intensificarse la guerra de la administración Trump contra las ‘ciudades santuario’, los gobiernos locales están implementando métodos cada vez más creativos de contraataque. El ejemplo más reciente es Denver, donde se acaba de promulgar una ley que protege a los inmigrantes legales de ser deportados por cometer delitos relativamente menores, los que se castigan con un máximo de 365 días de cárcel –el criterio del Gobierno federal para expulsar.
¿La solución de la ciudad? Simplemente reducir a menos de 365 días la sentencia básica para algunas de dichas faltas relativamente menores. Con eso, la medida deja los delitos (y sus perpetradores) fuera de la atención de las autoridades inmigratorias.
No se trata de un enfoque novedoso en la protección de los inmigrantes, pero siendo una respuesta directa a las severas acciones del presidente Trump, resulta particularmente oportuno.
La medida no afecta delitos más serios ni protege a inmigrantes indocumentados.
El Cabildo de la ciudad de Denver aprobó el lunes la propuesta. Al implementar el cambio, está enviando al Gobierno federal el claro mensaje de que no ‘se someterá a un sistema inoperante’, dijo el alcalde de la ciudad, Michael Hancock, quien propuso la revisión a las sentencias. Las nuevas sentencias contribuirán a ‘mantener juntas a las familias asegurando que las faltas de bajo nivel se usen como herramienta para deportar’, señaló.
Anteriormente, en Denver casi todos los delitos municipales se castigaban con un máximo de 365 días. Pero con el nuevo enfoque, esa sentencia máxima de un año sólo se reserva para los delitos más serios, como los ataques violentos y la violencia doméstica recurrente.
El de Denver es uno de los docenas de gobiernos locales y estatales que dan batalla a las órdenes ejecutivas de la administración Trump dirigidas a tomar severas medidas contra la inmigración y los viajes. Por el momento, las demandas interpuestas por los gobiernos municipales y estatales han estancado en los tribunales dichas medidas.
Pero a pesar de los esfuerzos de Hancock por impulsar políticas destinadas a proteger a los inmigrantes, el alcalde se ha abstenido de referirse a Denver como ‘ciudad santuario’.
El alcalde ha declarado literalmente que nos pueden decir como quieran’, dijo al Washington Post Amber Miller, directora de comunicaciones de la alcaldía. El término no posee ‘ningún significado legal’, dijo.
El alcalde reconoció que al tener conocimiento sobre la modificación muchas personas creerán que el funcionario está abogando por conductas ilegales. Sin embargo, señaló, ‘en esta ciudad cualquier individuo tiene el derecho y el deber de reportar un delito sin temor a ser castigado. En Denver queremos y necesitamos habitantes que confíen en la policía local.
‘La idea no es proteger a personas violentas’, dijo Hancock.
‘No voy a participar en juegos políticos con la seguridad de nuestra comunidad’, agregó.