ASPECTO DEPORTIVO, ALMA RELAJADA
Aunque el diseño es deportivo la Highlander se mantiene más bien cómoda y confiable
De entre las marcas japonesas, Toyota tiene el estigma de ser de las más aburridas, aunque también de las más confiables. Sin embargo, tradicionalmente sus productos han sido poco emocionantes, tanto en conducción como en diseño.
Afortunadamente, la marca ha puesto atención a este sentir, lo que ha significado diseños cada vez más osados y la actualización para la Highlander es un buen ejemplo de ello.
Se trata de una renovación de media generación con la que lograron darle una imagen más moderna. En el frente colocaron nuevos elementos horizontales en color aluminio, que le dan un aspecto más rudo. Además, sus nuevos rines ayudan al aspecto deportivo, así como detalles en las calaveras y reflectores traseros.
Pero, siendo estrictos, la Highlander realmente no es un vehículo deportivo; quizá tampoco es un vehículo emocional. Se trata de un auto bien pensado, sensato en todos sus elementos, práctico para la convivencia diaria y con un buen nivel de equipamiento.
El manejo es muy relajado. Si se aborda la Highlander para sentir el camino habrá una desilusión fuerte. Resultará claro que la dirección es demasiado suave y poco precisa en el centro, un punto negativo para los entusiastas. Pero no todas las vueltas son chicanas y no todo el asfalto es pista y, si se aborda con esto en mente la experiencia es muy relajante.
Después de un rato queda claro que la imprecisión en el centro es diseñada para su segmento; es una forma de quitar tensión al conductor por las consecuencias de sus manos distraídas. En la suspensión pasa lo mismo. Es una suspensión suave, que si bien no transmite el sabor del chicle cuando se pisa tampoco se queja por el ocasional bache.
Bajo el cofre la motorización es tradicional; el V6 de 295 caballos y una transmisión moderna, de ocho velocidades. Está disponible únicamente con tracción delantera y todas las versiones tienen la misma motorización.
En cuanto a eficiencia; el promedio en la ciudad nos dio cerca de 8 kilómetros por litro. Considerando su tamaño y motorización, es una cifra aceptable y competente con las alternativas del mercado. En conclusión podemos decir que, aunque el diseño es deportivo la Highlander se mantiene más bien cómoda y confiable. Si se le exige responde y bien, pero es claro que su naturaleza es más relajada