‘ABRAZOS, NO MUROS’
Evento en el lecho del río une a familias divididas por leyes migratorias
Alrededor de 150 familias participaron ayer en el cuarto encuentro binacional “Abrazos, No Muros”, en el Río Grande a pocos metros del puente internacional Paso del Norte.
Madres, padres, hijos, hermanos, esposos, nietos y abuelos separados por una frontera y su estatus migratorios pudieron abrazarse y decirse todo lo que no habían podido decir en persona, en muchos casos durante años.
“No existen fronteras entre el amor de cada una de estas familias. Este es un evento de esperanza y de unión, mientras que en algunas partes del país se está hablando de muros y de discriminación hacia las personas inmigrantes”, dijo Fernando García, director de la Red Fronteriza por los Derechos Humanos, el grupo organizador del encuentro.
García explicó la importancia de seguir con este tipo de eventos en la franja fronteriza, no sólo para unir a familias que no habían tenido la oportunidad de verse por un largo tiempo, y para protestar por las políticas migratorias actuales.
“Es importante recordarle a las autoridades que también estamos aquí en una forma de protesta, no solo por la separación de miles y miles de familias, también por la discriminación que sufrimos por la actual retorica migratoria”, añadió.
El ultimo evento de ‘Abrazos No Muros’, efectuado en febrero de este año logró reunir a 300 familias a mitad del Rio Bravo, sin embargo en esta ocasión, el número de familias bajo a la mitad.
“Decidimos ajustar el número de familias, en el ultimo evento tuvimos 300 pero solo tenían 3 minutos, ahora recortamos a la mitad y pueden abrazarse y verse por 4 minutos y medio aproximadamente”, comentó García.
Detalló que no tienen fecha próxima para otro “Hugs Not Walls”.
“Cuando hemos planeado estos eventos son muchas regulaciones, con la Comisión de Aguas, con la Patrulla Fronteriza, con la compañía de trenes y ferrocarriles y aparte las autoridades mexicanas, no tenemos una fecha establecida próxima pero si haremos lo posible por seguir con otro Abrazos No Muros”, concluyó García.
El evento contó con la supervisión de la Patrulla Fronteriza en el lado estadounidense así como por la Policía Federal en el lado mexicano.
“Es deber de las autoridades resguardar la seguridad de las personas y de las fronteras del país, con el único objetivo de que se respeten las leyes y que todo salga bien, sin ningún tipo de incidente”, comentó Ramiro Cordero, vocero de la Patrulla Fronteriza.
Agregó que el interés de la Patrulla Fronteriza es resguardar las fronteras estadounidenses y asegurarse que la gente siga las reglas.
“Resguardamos la frontera todos los días del año, es muy importante destacar de que la Red Fronteriza es una excelente organización y siempre logra cumplir todas las regulaciones sin inconvenientes”, dijo Cordero.
Una década sin ver a sus hijas
Para María de Jesús Hernández, de 70 años, el bajar a la fangosa superficie del Rio Bravo no es impedimento para volver a ver de frente a sus hijas después de 10 años de estar separadas.
“Hace tantos años que no las veo, las abrazo, y ahora por un ratito, Dios me da la licencia de abrazarlas de nuevo”, expresó.
Entre abrazos, lloros, besos y sonrisas, las cuatro hijas de María de Jesús se hincaron en medio de la franja fronteriza, ante su madre para recibir en vivo su bendición, misma que no habían tenido la oportunidad de tener por una década aproximadamente.
Desde las 9 a.m. y hasta la 1 p.m., las familias pudieron pasar juntar alrededor de 4 minutos, para después regresar a sus respectivos lados.
Las personas que provenientes del lado mexicano portaban playeras blancas, mientras que las personas del lado estadounidense usaron playeras azules.