¿Te conviene?

“¿Te conviene?” es una pregunta que puede, literalmente, cambiar tu vida.

Yo no la descubrí, me la compartió por primera vez uno de mis mentores hace algunos años. Esta pregunta sirve para evaluar, para decidir, para pensar. Pero también sirve para evitar momentos incómodos, situaciones desagradables y para evitar tomar malas decisiones.

Te puede servir para evaluar oportunidades de trabajo o ideas de negocio, para determinar si vale la pena que esa persona siga siendo parte de tu lista de amigos o si es buena idea hacer eso que has estado pensando hacer.

Es una pregunta poderosísima porque esas dos palabras te invitan a pensar en las consecuencias, en el impacto, en cómo te podría afectar aquello que estás considerando, como un filtro, que te sirve como un momento de reflexión antes de actuar.

¿Te conviene hacer esa inversión?, ¿te conviene hacer ese negocio con ese “amigo” que no ves desde hace 20 años?, ¿te conviene decir que sí?

Si tu respuesta es “no sé”, definitivamente necesitas poner atención: quizá necesitas consultar a algún experto en el tema para “rebotar” la idea. O, al menos, es una señal para que no tomes la decisión de manera acelerada.

Si la respuesta a “¿te conviene?” es: no, no lo hagas. ¿Por qué querrías hacer algo en tu propio detrimento?

Pero si la respuesta es sí, ya sabes qué hacer. Adelante. Sin miedo. Sin arrepentimientos.