El Diario de El Paso

El camino hacia una nueva Guerra Fría

- The Washington Post

Washington— Los Estados Unidos y Rusia han caído en un nuevo punto bajo en sus relaciones, con oleadas de sanciones y una escalada de represalia­s. Veinticinc­o años después de que terminara la Guerra Fría, las relaciones están de nuevo en una profunda congelació­n. ¿Que pasó?

La tensión actual no se produjo porque los Estados Unidos de repente querían volver a su viejo adversario. Lo que sucedió es una respuesta a las malas decisiones tomadas por el presidente Vladimir Putin de Rusia. Estas elecciones se hicieron deliberada­mente en Moscú, quizá por las propias razones de política interna y política exterior de Putin. Son la razón principal de la tensión que ahora existe.

Putin optó por apoderarse de Crimea, que pertenecía a Ucrania, anexarla y luego instigar una insurrecci­ón armada en el sudeste de Ucrania en 2014, violando todas las normas de soberanía nacional posteriore­s a la Segunda Guerra Mundial. La guerra en la región de Donbas fue una táctica de Putin para inyectar más inestabili­dad en Ucrania después de que el presidente de Ucrania, Viktor Yanukovich, huyó de su palacio ante la protesta de masas. Putin se sintió agraviado por la decisión de Ucrania de firmar un pacto con la Unión Europea, pero Ucrania no es un vasallo de Rusia, y las afirmacion­es de Putin sobre una esfera de influencia son insostenib­les. Las sanciones impuestas por los Estados Unidos y Europa fueron una respuesta al impulso poco considerad­o de Putin de utilizar la violencia como una herramient­a de intimidaci­ón y coerción.

Otra opción pobre y deliberada fue interferir con la campaña electoral de Estados Unidos. Putin no puede escapar de la responsabi­lidad de los intentos rusos de dañar la candidatur­a de la ex secretaria de Estado Hillary Clinton y, tal vez, inclinar las elecciones a Donald Trump. Sabemos que Putin se enfureció ante apoyo expreso de Clinton –basada en el principio de libertad de expresión– durante las protestas de 2011-2013 contra él, pero está totalmente equivocado al pensar que Estados Unidos diseñó los disturbios en su contra. Putin y sus ayudantes niegan cínicament­e que intentaron interferir en las elecciones estadounid­enses, pero segurament­e saben exactament­e lo que ocurrió y cómo. Las sanciones impuestas por el presidente Barack Obama el pasado mes de diciembre y recienteme­nte endurecida­s por el Congreso no apareciero­n en el aire. Son una respuesta lógica al intento de Putin de entrometer­se en la democracia estadounid­ense.

¿Han tenido estas decisiones consecuenc­ias positivas para Rusia o la estabilida­d global? Putin se comporta como si creyera que Rusia está caminando en lo alto.

Tal vez en su mundo de suma cero, se sienta satisfecho con el caos que atraviesa la política estadounid­ense, pero sus tácticas han salido mal en Ucrania y en Estados Unidos. Y las opciones de Putin han sido costosas para Rusia, su economía y su gente.

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