Preparan republicanos nuevo ataque a ley de salud
Los legisladores republicanos han desperdiciado gran parte del año tratando de derogar la Ley del Cuidado de Salud Asequible (ACA, u Obamacare), una medida que privaría a millones de personas del seguro de salud. Luego de una cadena de rotundos fracasos, vuelven a la carga. El nuevo proyecto de ley republicano asemeja una mala secuela de una película de terror.
La propuesta de los senadores republicanos Bill Cassidy, de Louisiana, y Lindsey Graham, de Carolina del Sur, en muchos aspectos, es peor que cualquier proyecto anterior. Castigaría a estados como California y Nueva York que se han esmerado para aumentar el acceso a la atención médica y poner en marcha recortes a Medicaid, el programa federalestatal que proporciona seguro a casi 70 millones de personas, muchas de las cuales tienen discapacidades o son adultos mayores.
Uno pensaría que el proyecto tiene el mismo futuro que las propuestas republicanas anteriores, pero no es así. En esta ocasión, los republicanos enfrentan un plazo del 30 de septiembre para aprobar proyectos con una simple mayoría de 50 más uno en el Senado, y el presidente Donald Trump quiere que este proyecto de ley sea aprobado a fines de la próxima semana. No está claro si la presión ahora sí garantiza los votos republicanos, pero las posibilidades del proyecto aumentaron el lunes cuando el gobernador Doug Ducey, de Arizona, dijo que lo apoya. Su respaldo es importante porque podría persuadir al senador John McCain, republicano, que votó en contra de la revocación de la ACA en julio, para votar por esta versión.
Es difícil exagerar la crueldad del proyecto de ley Graham-Cassidy. Eliminaría el requisito de que las personas sanas compren seguro de salud, eliminan los subsidios que ayudan a la gente a comprar la cobertura y frena la expansión de Medicaid. Ofrecería a los estados subvenciones en bloque que podrían utilizar para ayudar a las personas a obtener un seguro, pero dejaría a la gente a merced de las legislaturas estatales individuales. En general, proporcionaría 239 mil millones menos de lo que el gobierno federal gastaría bajo la ley actual entre 2020 y 2026, de acuerdo con al Centro de Prioridades de Presupuesto y Políticas.
Peor aún, la fórmula para determinar las subvenciones estatales penalizaría a los 31 estados que ampliaron Medicaid bajo la ACA para proporcionar más dinero a los 19 estados que no lo hicieron. Este es un intento cínico de ganar votos republicanos dándoles dinero de estados demócratas. Las subvenciones en bloque desaparecerían por completo en el 2027.
Graham-Cassidy paralizaría más a Medicaid poniendo un límite por persona a lo que el gobierno federal gasta en el programa. Bajo la ley actual, el gasto federal aumenta automáticamente para mantenerse al día con el aumento de los costos médicos; un tope per capita dejaría a los gobernadores, quienes en última instancia se encargan de administrar Medicaid, en la poco envidiable posición de negar la atención a los estadounidenses pobres y mayores.
La propuesta precipitada de Cassidy y Graham, y respaldada por el presidente, es profundamente cruel y deja a otros legisladores con poco tiempo para informarse sobre los costos y el impacto. La Oficina de Presupuesto del Congreso dice que no será capaz de determinar el impacto total de la legislación, incluyendo su efecto sobre las primas y el número de personas que tienen seguro, durante varias semanas.
El Senado debe mostrar paciencia para discutir una opción mejor y más humana. Los senadores Lamar Alexander, republicano por Tennessee y Patty Murray, demócrata de Washington, están trabajando en un proyecto de ley que fortalecería el Obamacare mediante la apropiación de dinero para subsidios de salud que ayudan a familias de bajos ingresos; Trump ha amenazado con eliminar estos pagos administrativamente.
Alexander y Murray esperan presentar su legislación esta semana.