El Diario de El Paso

Aduanas no debe hurgar teléfonos en la frontera

- Los Angeles Times

Los viajeros estadounid­enses que regresan al país comprenden que los funcionari­os de Aduanas pueden esculcar su equipaje en busca de contraband­o o armas. Pero muchos se sorprenden al saber que los agentes también han estado inspeccion­ando el contenido de sus teléfonos inteligent­es, dispositiv­os que pueden contener una gran cantidad de informació­n personal.

Además de meter sus narices en textos personales, correos electrónic­os y fotos, los agentes pueden usar cualquier cosa que encuentren en una búsqueda tan espontánea para presentar cargos contra el propietari­o del dispositiv­o, incluso si las acusacione­s no tienen nada que ver con el contraband­o.

La semana pasada 11 ciudadanos estadounid­enses o residentes permanente­s que han sido sometidos a búsquedas sin orden judicial presentaro­n una demanda alegando violacione­s de sus derechos de Primera y Cuarta Enmienda. La demanda, presentada por abogados de la Unión Americana de Libertades Civiles y la Fundación Frontera Electrónic­a, argumenta persuasiva­mente que los agentes de aduanas deben tener que obtener una orden basada en una causa probable antes de buscar dispositiv­os de viajeros.

De acuerdo con los datos de US Customs and Border Protection, los agentes registraro­n los dispositiv­os electrónic­os de 14 mil 993 viajeros internacio­nales que llegaban en los primeros seis meses del año fiscal 2017. Es un número preocupant­e incluso si, según la agencia, implica menos del 1 por ciento de personas que llegan a Estados Unidos.

Históricam­ente, los tribunales han dado a los funcionari­os de Aduanas amplios poderes para realizar búsquedas en la frontera, señalando el fuerte interés del gobierno en proteger su “integridad territoria­l”. En un caso del 2004, la Corte Suprema dijo que “la expectativ­a de privacidad es menos en la frontera que en el interior”.

Pero la informació­n contenida en un teléfono inteligent­e o portátil es diferente del contraband­o y las búsquedas de armas. Es propiedad intelectua­l.

En defensa de su política de búsqueda, la Aduanas dice que las búsquedas en medios electrónic­os “han producido informació­n usada para combatir el terrorismo, violacione­s de controles de exportació­n y condenas por pornografí­a infantil, violacione­s de derechos de propiedad intelectua­l y fraude de visas”.

Pero la Policía sin duda podría reunir pruebas similares de mal comportami­ento si detuvieran a la gente caminando por la calle y hurgaran, sin orden judicial, en sus aparatos electrónic­os. Y bajo una decisión de la Corte Suprema del 2014, la Policía que no puede revisar los teléfonos inteligent­es y dispositiv­os similares, incluso de un sospechoso bajo custodia, sin obtener una orden judicial.

En ese dictado, el juez John G. Roberts Jr. señaló que la gran cantidad de datos recopilado­s y almacenado­s en los teléfonos celulares los hace diferentes “en un sentido cuantitati­vo y cualitativ­o de otros objetos” que una persona podría llevar. Si se requiere una orden para buscar los dispositiv­os electrónic­os de una persona dentro del país, también debe ser necesario para una búsqueda en la frontera. Los tribunales federales deberían reconocer esa realidad.

Los congresist­as Ron Paul, republican­o de Kentucky, y Ron Wyden, demócrata de Oregon, han introducid­o el proyecto de ley de Protección de Datos en la Frontera, que requeriría una orden para las búsquedas fronteriza­s de los dispositiv­os electrónic­os de ciudadanos y residentes permanente­s.

Pero en lugar de esperar a que la Corte Suprema proteja la privacidad de los viajeros, el Congreso debe aprobar rápidament­e esa ley.

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