Se reúnen familias para abrazarse en medio del río
Activistas proinmigrantes se reunieron ayer en el bordo del río para promover un mejor entendimiento sobre la frontera, y facilitar el reencuentro de cuatro familias separadas por su estatus migratorio.
“Esta frontera significa mucho para los estadounidenses que residimos aquí en el área. Las soluciones están en todos, tenemos que escucharnos mutuamente, pero quiero que vean lo que representan estas fronteras para nosotros”, dijo Fernando García, director ejecutivo de la Red Fronteriza para los Derechos Humanos.
La organización ha efectuado varios eventos en el río bajo el programa “Abrazos, No Muros”, pero en esta ocasión el propósito fue mostrar la realidad fronteriza a visitantes que representan organizaciones sin ánimo de lucro de otras partes del país.
El evento inició al borde de la frontera entre El Paso y Ciudad Juárez con unos cánticos y una breve platica con los asistentes.
Luego, se le cedió la palabra a una representante de la Patrulla Fronteriza, agencia federal que resguarda la zona.
Lorena Podaca Loera, agente de la Patrulla Fronteriza, explicó a los asistentes las labores que la agencia desempeña en el sector de El Paso, las cuales incluyen no sólo vigilar la frontera, sino rescatar a aquellos inmigrantes que caen en las aguas de los canales de irrigación que corren paralelos al Río Grande. “Este sector es único en toda la frontera, pues es una zona en donde tenemos que resguardar en el río y en tierra”, dijo Podaca, refiriéndose a que el río deja de ser la frontera entre México y Estados Unidos a la altura de Sunland Park, donde el cauce corre hacia Nuevo México y la frontera internacional consiste en desierto.
“Como Patrulla Fronteriza, tratamos de mantener el control entre los puertos de entrada al país, inmigración ilegal y seguridad en la frontera. Es importante que construyamos relaciones con la comunidad; necesitamos a la comunidad para hace nuestro trabajo”, agregó la agente.
Después del protocolo, cuatro familias separadas por la línea fronteriza por entre 10 y 15 años tuvieron la oportunidad de abrazarse y verse por unos minutos, bajo la vigilancia de la Patrulla Fronteriza.