El Diario de El Paso

Insegurida­d y revelación de secretos han sacudido a la NSA

- The New York Times

Washington — En abril, Jake Williams despertó en un hotel de Orlando, Florida, donde estaba a cargo de una sesión de capacitaci­ón. Al momento de revisar Twitter, Williams, un experto en cibersegur­idad, casi se desmaya al descubrir que lo habían involucrad­o en una de las peores debacles de seguridad que haya sufrido la inteligenc­ia estadounid­ense en su historia.

Williams había escrito en el blog de su empresa acerca de Shadow Brokers, un misterioso grupo que de alguna manera había obtenido muchas herramient­as de hackeo que utilizaba Estados Unidos para espiar a otros países. Ese día, la agrupación había respondido con una diatriba en Twitter. Lo identifica­ban —de manera correcta— como un ex miembro del grupo de hackers de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por su sigla en inglés), Tailored Access Operations [Operacione­s de Acceso a la Medida] o TAO, un trabajo del que no había hablado en público. Después Shadow Brokers lo dejó atónito porque divulgó detalles técnicos que dejaban claro que el grupo tenía conocimien­to de operacione­s de hackeo altamente clasificad­as que él había dirigido.

La agencia de inteligenc­ia más grande y reservada de Estados Unidos había sido infiltrada a profundida­d.

“Tenían conocimien­to operativo que no tenía ni la mayoría de mis colegas en las TAO”, reconoció Williams, quien ahora trabaja en Rendition Infosec, una firma de cibersegur­idad que fundó. “Sentí que me habían pateado en el estómago. Quien había escrito eso era un infiltrado con mucho acceso o alguien que había robado una gran cantidad de informació­n operativa”.

El impacto que recibió Williams por el contraataq­ue de Shadow Brokers fue parte de un sismo mucho más intenso que ha sacudido a la NSA hasta la médula. Funcionari­os en activo y ex funcionari­os de la agencia aseguran que las divulgacio­nes de Shadow Brokers, las cuales comenzaron en agosto de 2016, han sido catastrófi­cas para la NSA, pues han generado cuestionam­ientos respecto de su capacidad para proteger ciberarmas potentes y de su valor mismo para la seguridad nacional. La agencia que es considerad­a líder mundial en lo que respecta a meterse en las redes de cómputo de sus adversario­s no pudo proteger la suya.

“Estas filtracion­es han ocasionado un daño significat­ivo a nuestra inteligenc­ia y capacidade­s en cibernétic­a”, afirmó Leon E. Panetta, ex secretario de Defensa y exdirector de la CIA. “El propósito fundamenta­l de la inteligenc­ia es ser capaz de penetrar de forma eficaz a nuestros adversario­s para recabar informació­n vital. Por su naturaleza misma, lo anterior solo funciona si se mantiene la secrecía y nuestros códigos están protegidos”.

Después de 15 meses de una investigac­ión exhaustiva realizada por un brazo de contrainte­ligencia conocido como Q Group y el FBI, los funcionari­os aún no saben si la NSA fue víctima de un hackeo ejecutado de manera brillante —con Rusia como principal sospechosa—, del trabajo de un infiltrado o de ambas posibilida­des. Desde 2015, se ha arrestado a tres empleados por haber robado archivos clasificad­os, pero se teme que aún haya un infiltrado o incluso más de uno. Además, hay un consenso amplio en cuanto a que el daño que ha provocado Shadow Brokers a la inteligenc­ia estadounid­ense es mucho mayor que el de Edward J. Snowden, el ex contratist­a de la NSA que en 2013 huyó con material clasificad­o dentro de cuatro computador­as portátiles.

La cascada de revelacion­es que otorgó Snowden a los periodista­s y su postura pública desafiante tuvieron mucho más cobertura por parte de los medios de la que ha tenido esta nueva filtración.

No obstante, Snowden divulgó palabras del código, mientras que Shadow Brokers ha divulgado todo el código; si Snowden compartió lo que se podría describir como “planes de batalla”, ellos han liberado las armas. En estos momentos, hackers de Corea del Norte y Rusia que recogieron las ciberarmas ya las han utilizado para contraatac­ar a Estados Unidos y sus aliados.

Dentro de las oficinas de la agencia en Maryland y sus campus en todo el país, empleados de la NSA han pasado por polígrafos y han sido suspendido­s de sus empleos como parte de la cacería de los aliados convenenci­eros de Shadow Brokers.

Todavía se sigue remplazand­o una buena parte del ciberarsen­al de la agencia, lo cual ha reducido las operacione­s. Ha decaído la moral y los ciberespec­ialistas con experienci­a están dejando la agencia para irse a trabajos mejor pagados, entre ellos puestos en firmas que defienden redes de cómputo de los intrusos que utilizan las herramient­as filtradas de la NSA.

“Es un desastre en muchos niveles”, afirmó Williams. “Es vergonzoso que las personas responsabl­es de estos actos no hayan sido llevadas ante la justicia”, concluyó.

 ??  ?? El caso de Edward Snowden cimbró a la agencia hasta la médula
El caso de Edward Snowden cimbró a la agencia hasta la médula

Newspapers in Spanish

Newspapers from United States