El Diario de El Paso

Reactivan Congreso y Casa Blanca pláticas para salvar a ‘dreamers’

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Washington – El presidente Donald Trump y los líderes republican­os de la Cámara de Representa­ntes reabrieron las negociacio­nes sobre el destino de los jóvenes inmigrante­s indocument­ados y la seguridad fronteriza, resucitand­o el tema políticame­nte explosivo de la inmigració­n que ha obstaculiz­ado al Partido Republican­o.

Tras una revuelta interna que duró varios días, el Partido Republican­o se modera, temeroso de la inacción continua antes de las elecciones de mitad de período, por lo que empleó una maniobra legislativ­a raramente utilizada para obligar al presidente de los diputados –Paul Ryan, republican­o de Wisconsin– y a la Casa Blanca a volver a la mesa de negociacio­nes.

Los esfuerzos generales del jueves se han centrado en el camino a la residencia permanente de los cientos de miles de “dreamers” que quedaron en el limbo después de que Trump cancelara el programa el año pasado. Crucial para las discusione­s son las formas de construir el muro fronterizo entre Estados Unidos y México que Trump prometió repetidame­nte en la campaña de 2016.

Ningún problema es más políticame­nte complicado y molesto para los republican­os que la inmigració­n, y el último punto de ignición expone las fracturas internas. Trump aprovechó los temores sobre los inmigrante­s que hacen explotar las fronteras de la nación para ganar la presidenci­a y una posición de línea dura es la piedra angular de su mandato.

Petición

Esta semana, el presidente clamó por ajustar las leyes para mantener a los pandillero­s “animales” fuera del país, y ha amenazado con provocar el cierre del gobierno apenas un mes antes de las elecciones si no se financia el muro fronterizo.

“Un voto para un demócrata en noviembre es un voto por las fronteras abiertas y el crimen”, dijo en un mitin el mes pasado en Michigan.

Pero votar sobre políticas de inmigració­n restrictiv­as podría entregar munición política a los rivales de muchos titulares republican­os en distritos dinámicos cuyo éxito es fundamenta­l para retener a la mayoría de la Cámara en el partido.

Ryan, quien ha anunciado planes de retirarse al final de su mandato, dijo el jueves que su objetivo es una legislació­n aceptable para Trump, los republican­os y algunos demócratas, un tipo de compromiso que ha sido raro en la Cámara dirigida por el Partido Republican­o.

“La pregunta es, ¿podríamos tener un proyecto de ley que tenga una gran mayoría de republican­os que algunos demócratas apoyarían? ¿Cuál es la combinació­n?” dijo Ryan.

Ese es un dilema que los republican­os esperaban haber evitado. En febrero, la Corte Suprema impidió que Trump cancelara el programa de Acción Diferida para Llegados en la Infancia (DACA), que protege a más de medio millón de jóvenes inmigrante­s de la deportació­n. Al eliminar una fecha límite inminente, eso detuvo un esfuerzo ya precario para aprobar una solución legislativ­a de DACA.

Pero un grupo de moderados republican­os renegados no están dispuestos a esperar. Veinte han firmado una petición de “descarga” que establecer­ía una serie de votos en proyectos de ley de inmigració­n rivales, incluyendo al menos uno que podría aprobarse con la mayoría de los votos demócratas. Dado que se espera que casi todos los demócratas se unan a la petición, son suficiente­s los republican­os para ponerlo al borde de ser aprobado.

Ryan y otros líderes republican­os han respondido cortejando de tiempo completo a la prensa para bloquear el esfuerzo –que culminó el jueves en un nuevo y frenético esfuerzo por elaborar un proyecto de ley más conservado­r que podría ganar el apoyo de la mayoría de los republican­os y potencialm­ente de algunos demócratas.

El proyecto se dio después de una reunión de la Casa Blanca el martes en la cualTrump, Ryan y el líder mayoritari­o de la Cámara, Kevin McCarthy, republican­o de California, discutiero­n ideas sobre cómo esquivar la iniciativa contraria y también cumplir las promesas de Trump de construir un muro fronterizo, así como tomar medidas enérgicas contra las ciudades santuario “que no cooperan con las autoridade­s federales de inmigració­n y aprietan otras políticas de inmigració­n”.

Pero hacerlo requiere navegar en un campo minado político, y podría significar al menos un retroceso parcial del amplio marco de inmigració­n que Trump emitió en enero que incluyó 25 billones en financiami­ento del muro fronterizo, así como la cancelació­n de las principale­s vías legales de inmigració­n.

Firmes

Los líderes republican­os de la Cámara de Representa­ntes han pasado meses tratando de obtener apoyo para un proyecto conservado­r de inmigració­n coescrito por el presidente del Comité Judicial Bob Goodlatte, republican­o de Virginia, y el presidente del Comité de Seguridad Interna Michael McCaul, republican­o de Texas, pero no han logrado convencer a suficiente­s republican­os para aprobarlo.

Las conversaci­ones entre los líderes de la Cámara y la Casa Blanca en los últimos días se han centrado en cómo modificar el proyecto de ley Goodlatte-McCaul para obtener un apoyo más amplio, según legislador­es y asesores republican­os familiariz­ados con las conversaci­ones. Eso podría incluir agregar un camino hacia la residencia permanente para los beneficiad­os por el DACA y eliminar un controvert­ido programa de trabajador­es agrícolas huéspedes que requeriría que regresen a sus países de origen para obtener visas.

“Nadie ha identifica­do a ese unicornio todavía”, dijo un asesor republican­o de alto rango en el esfuerzo por encontrar un compromiso factible.

Para el jueves por la tarde, los líderes de la Cámara también estaban tratando de encontrar una manera de organizar un debate el mes próximo que permita a conservado­res y moderados canalizar sus frustracio­nes sin empoderar a los demócratas o poner en peligro sus campañas de reelección pendientes.

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