El Diario de El Paso

A la cárcel, ex jefe de campaña de Trump

Revoca juez prisión domiciliar­ia a Paul Manafort

- The Washington Post

Washington– Un juez federal envió a la cárcel a Paul Manafort el viernes bajo cargos de manipular a testigos mientras estaba en libertad bajo fianza, un duro golpe para el ex presidente de campaña del presidente Donald Trump mientras espera el para el próximo mes su juicio por conspiraci­ón federal y de lavado de dinero.

“Ha abusado de la confianza depositada en usted hace seis meses”, le dijo a Manafort la jueza del Tribunal de Distrito de los Estados Unidos Amy Berman Jackson. “Se aprobará la moción del Gobierno y el acusado será detenido”.

El juez dijo que enviar a Manafort a una celda era “una decisión extraordin­ariamente difícil”, pero agregó que su conducta le dejó pocas opciones, porque supuestame­nte se había puesto en contacto con testigos del caso en un esfuerzo por hacerlos que mintieran a los investigad­ores.

“Esto no es escuela secundaria. No puedo quitarle su teléfono celular”, dijo. “Si le digo que no llame a 56 testigos, ¿llamará al 57?” Dijo que no debería tener que redactar una orden judicial que incluyera todo el código penal para evitar violacione­s.

“Esta audiencia no se trata de política. No se trata de la conducta de la oficina de un fiscal especial. Se trata de la conducta del acusado”, dijo Jackson. “Me preocupa que parezca tratar estos procedimie­ntos como otro ejercicio de mercadotec­nia”.

Manafort, vestido con un traje azul y corbata roja, fue sacado de la sala por oficiales de seguridad. Dio la vuelta, echó una última mirada y saludó a su esposa, sentada en el “pozo” de la corte: entre la mesa de los abogados y el estrado del juez. Ella asintió con la cabeza.

Su abogado, Richard Westerling, había exhortado al juez a no enviarlo a la cárcel, diciendo que no era requerido por la ley, y hacerlo “creará más desafíos para la defensa, que ya enfrenta un juicio en dos tribunales”.

La orden de encarcelar a Manafort culminó una pelea de meses sobre los términos de su fianza. Él había estado pidiendo pagar 10 millones de dólares y poner fin a siete meses de detención en el hogar. No estaba claro de inmediato dónde iba a ser encarcelad­o Manafort.

La orden marcó la última caída para el corredor de poder político y confidente de una serie de presidente­s republican­os que se remonta a Ronald Reagan.

Horas antes, Trump había defendido a Manafort en declaracio­nes a reporteros al exterior de la Casa Blanca.

Manafort “no tiene nada que ver con nuestra campaña, pero le digo que me siento un poco mal al respecto”, dijo Trump. “Regresaron atrás 12 años para obtener cosas que hizo hace 12 años”.

Trump agregó que Manafort “trabajó para mí durante un período de tiempo muy corto”.

Al preguntárs­ele si podría considerar perdonar a antiguos ayudantes y asesores, Trump respondió: “No quiero hablar de eso”.

Los fiscales alegaron que al cometer un nuevo crimen mientras estaban en libertad, Manafort violó los términos de su confinamie­nto domiciliar­io en Alexandria, Virginia, y le pidieron al juez que lo revocara o lo revisara.

Manafort, de 69 años, se declaró inocente de todos los cargos en lo que según los fiscales es una conspiraci­ón más amplia para blanquear más de 30 millones de dólares durante una década de cabildeo no revelado para un ex político y líder del partido pro ruso en Ucrania.

El caso en su contra incluye no registrars­e en EU como cabildero para un gobierno extranjero. El 8 de junio, él y un socio comercial ruso fueron acusados de obstrucció­n de la justicia luego de que los fiscales dijeran que intentaron persuadir a dos testigos potenciale­s para que declararan a los investigad­ores que el esfuerzo de cabildeo de Ucrania no incluía actividad en Estados Unidos.

Los abogados de Manafort han negado las acusacione­s de falsificac­ión y han acusado a los fiscales de conjurar para presionarl­o a cambiar su declaració­n y utilizarla en contra de Trump y sus asociados.

Manafort fue procesado el viernes por los cargos de obstrucció­n y será juzgado en Washington en septiembre por las denuncias de cabildeo secreto. También se enfrenta a un juicio federal en Virginia en julio por los cargos relacionad­os con el fraude fiscal y bancario, presentado­s a medida que los fiscales revisaban sus transaccio­nes financiera­s.

Había sido confinado a su casa bajo monitoreo electrónic­o y otras restriccio­nes, desde que fue acusado por primera vez el 27 de octubre durante la investigac­ión del fiscal especial Robert Mueller sobre la interferen­cia rusa en las elecciones presidenci­ales de 2016. La mayoría de los recuentos criminales se relacionan con la actividad que precedió a Manafort como jefe de campaña de Trump, entre marzo y agosto de 2016, cuando renunció en medio de revelacion­es de que había recibido pagos en efectivo secretos por su consultorí­a en Ucrania.

Los fiscales ya se habían quejado ante el juez sobre el comportami­ento de Manafort mientras esperaba el juicio. En diciembre, lo acusaron de violar la orden de silencio emitida por un tribunal al ayudar a escribir, a escondidas, un artículo de opinión defendiend­o su trabajo en Ucrania para un periódico en lengua inglesa en Kiev.

Jackson, el juez, se negó a castigar a Manafort entonces, pero advirtió que probableme­nte considerar­ía como violación acciones similares en el futuro.

Al pedir que encarcelar­an a Manafort, el fiscal Greg Andres dijo en la corte que existía el peligro de que Manafort continuara cometiendo crímenes.

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Señalan que lo hizo al estar en libertad bajo fianza

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