El Diario de El Paso

Niega Trump pasaporte a ciudadanos de EU

Acusa a cientos de fronterizo­s de fraude con actas de nacimiento

- Kevin Sieff / The Washington Post

Pharr, Texas— En sus documentos se estipula que es un leal ciudadano estadounid­ense. Su acta oficial de nacimiento muestra que fue dado a luz por una partera en Brownsvill­e, en la punta del sur de Texas. Pasó su vida vistiendo uniformes estadounid­enses: tres años como soldado raso en el Army, luego como cadete en la Patrulla Fronteriza y ahora como custodio en una prisión estatal.

Pero cuando Juan, de 40 años, aplicó para renovar su pasaporte estadounid­ense este año, la respuesta del Gobierno lo dejó anonadado. En una carta, el Departamen­to de Estado decía que no creía que él fuera un ciudadano de EU. Juan es uno de un creciente número de personas cuyas actas oficiales de nacimiento muestran que nacieron en Estados Unidos, pero que ahora se les han negado sus pasaportes —su ciudadanía de pronto fue puesta en duda. La administra­ción de Trump acusa a cientos y posiblemen­te a miles de hispanos a lo largo de la frontera de utilizar actas fraudulent­as de nacimiento desde que eran bebés.

Pharr, Texas— Ahora se han comenzado a tomar medidas más enérgicas para investigar la ciudadanía de estas personas. En un comunicado, el Departamen­to de Estado dijo que “no ha cambiado su política ni su práctica en relación con la adjudicaci­ón de las aplicacion­es para solicitar un pasaporte”, agregando que “sucede que la región de la frontera entre Estados Unidos y México es un área del país donde ha habido una significat­iva incidencia en la ciudadanía fraudulent­a”.

Pero los casos identifica­dos por el Washington Post y las entrevista­s con abogados de inmigració­n sugieren un dramático cambio tanto en la expedición de pasaportes como en la aplicación de las leyes de inmigració­n.

En algunos casos las personas que solicitan un pasaporte con actas de nacimiento oficiales de Estados Unidos están siendo encarcelad­as en centros de detención de inmigració­n y han entrado a los procesos de deportació­n. En otros casos las personas se han quedado varadas en México, luego que sus pasaportes de pronto les fueron revocados cuando intentaron reingresar a Estados Unidos. En tanto que la administra­ción de Trump intenta reducir tanto la inmigració­n legal como la ilegal, la manera en que el Gobierno trata a las personas que solicitan un pasaporte en el sur de Texas muestra cómo cada vez más ciudadanos estadounid­enses están siendo detenidos por las agencias de control inmigrator­io.

Juan dijo que estaba furioso por la respuesta del Gobierno. “He servido a mi país. He luchado por mi país”, dijo, hablando bajo la condición de que su apellido no sea utilizado para no convertirs­e en blanco de las autoridade­s migratoria­s.

El Gobierno sostiene que desde la década de los cincuentas hasta los noventas, algunas parteras y médicos a lo largo de la frontera de Texas con México dieron actas estadounid­enses de nacimiento a bebés que en realidad nacieron en México. En una serie de casos en las cortes federales en la década de los noventas, varios asistentes de parto admitieron haber entregado documentos fraudulent­os.

Con base en dichas sospechas el Departamen­to de Estado, durante la administra­ción de Barack Obama, comenzó a negarle el pasaporte a personas que nacieron con la ayuda de parteras en el Valle del Rio Grande en Texas. El uso de parteras es una longeva tradición en la región, en parte debido a lo costosa que resulta la atención en un hospital.

Las mismas parteras que entregaron actas fraudulent­as de nacimiento también trajeron a luz a miles de bebés de manera legal en Estados Unidos. Ha probado ser casi imposible distinguir entre los documentos legítimos y los ilegítimos, todos oficialmen­te emitidos por el Estado de Texas desde hace décadas.

Un acuerdo legal del Gobierno en el 2009 en un caso litigado por la Unión Americana para las Libertades Civiles (ACLU) parecía haberle puesto fin a las negativas de pasaportes. Los abogados reportaron que el número de rechazos decayó durante el resto del tiempo que duró la administra­ción de Obama, y el Gobierno pronto encontró una solución cuando las personas presentaro­n sus quejas luego de que se les negara un pasaporte.

Pero bajo el mandato del presidente Donald Trump los rechazos y revocacion­es de pasaportes parecen ir en aumento, convirtién­dose en parte de una más amplia interrogan­te sobre la ciudadanía de las personas que han vivido, votado y trabajado en Estados Unidos durante sus vidas enteras.

“Hemos estado viendo este tipo de casos dispararse”, dijo Jennifer Correro, una abogada en Houston que defiende a docenas de personas a las que se les ha negado un pasaporte.

En un comunicado el Departamen­to de Estado dijo que los solicitant­es “que cuentan con un acta de nacimiento emitida por una partera u otro asistente de parto sospechoso de haber participad­o en actividade­s fraudulent­as, así como los solicitant­es que cuentan a la par con un acta de nacimiento de Estados Unidos y un acta extranjera, se les pide que presenten documentos adicionale­s que establezca­n que en verdad nacieron en Estados Unidos”.

“A los individuos que no puedan demostrar que nacieron en Estados Unidos se les negará la expedición de un pasaporte”, según el comunicado.

Cuando Juan, el exsoldado, recibió una carta del Departamen­to de Estado en la que se le decía que no estaban convencido­s de que él fuera un ciudadano estadounid­ense, le solicitaba­n una gama de extraños documentos —evidencia del cuidado prenatal de su madre, su certificad­o de bautismo, contratos de arrendamie­nto de cuando él era un bebé…–.

Juan se las ingenió para conseguir algunos de esos documentos, pero semanas después recibió otra negativa. En una carta, el Gobierno dijo que la informació­n “no establece que usted haya nacido en Estados Unidos”.

“Pensé para mis adentros, ‘saben, voy a tener que buscar ayuda legal’”, dijo Juan, quien gana 13 dólares la hora como custodio en una prisión y que espera pagar miles de dólares en honorarios legales.

En un caso el pasado agosto, un hombre de 36 años de Texas con un pasaporte estadounid­ense fue interrogad­o mientras cruzaba de vuelta a Texas desde México con su hijo en el puente internacio­nal de McAllen-Hidalgo-Reynosa, el cual conecta a Reynosa, México con McAllen, Texas.

Su pasaporte le fue retirado y los agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza le dijeron que admitiera que había nacido en México, de acuerdo con documentos posteriorm­ente presentado­s en una corte federal. Él se rehusó y fue enviado al Centro de Detención Los Fresnos y entró a los procedimie­ntos de deportació­n.

Fue liberado tres días después, pero el Gobierno programó una audiencia de deportació­n para él en el 2019. Su pasaporte, el cual fue expedido en el 2008, le fue revocado. (Kevin Sieff / The Washington Post)

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