El Diario de El Paso

El tiempo es dinero, ¿también de los trabajador­es agrícolas?

- Ruben Navarrette Jr.

San Diego — Antes de que salgamos apurados rumo a nuestro trabajo, hagamos una pausa por un momento y pensamos sobre cuánto ganan algunos estadounid­enses por hora.

En una reciente columna del Día del Trabajo sobre el decaimient­o en la ética laboral estadounid­ense, yo escribí: “Hoy, en el eje agrícola del Centro de California, los agricultor­es me dicen que pagan 30 dólares la hora en la pisca del tomate y 40 dólares la hora en la pisca del melón. En la costa, pagan 60 dólares la hora en la pisca del aguacate. Aun así no pueden encontrar suficiente­s trabajador­es”.

¿Quién pudiera haberlo sabido que esto resultaría tan controvers­ial? Ustedes no me creerían la arremetida que he recibido en los últimos días. Hay muchos escépticos que dudan que tales salarios sean tan altos en la agricultur­a.

Lo son. Yo entrevisté a los agricultor­es y trabajador­es agrícolas, y ambos grupos lo confirmaro­n. También ha habido artículos sobre lo difícil que es para los agricultor­es y ganaderos encontrar mano de obra, y cómo tuvieron que aumentar los salarios para evitar perder a los trabajador­es con los que ya contaban.

Aun así los defensores laborales tienen una opinión muy mala de los agricultor­es que dudan de que los trabajador­es agrícolas sean tan bien pagados. Otros tenían una muy mala opinión de los inmigrante­s, quienes conforman la vasta mayoría de la fuerza laboral agrícola, que dudan de que los trabajador­es se merezcan semejantes salarios.

Así que ¿cuánto vale el tiempo de una persona? La respuesta más corta: Lo que sea que la otra persona esté dispuesta a pagar por ello.

Bien. Pero ¿acaso de pronto la norma no aplica a los trabajador­es agrícolas? ¿Por qué no? ¿Con que horrenda vena de elitismo nos venimos a topar?

Comencemos con lo básico. El salario mínimo federal es apenas 7.25 dólares por hora. Pero 29 estados y el Distrito de Columbia cuentan con salarios mínimos más altos.

En California, el salario mínimo del estado subirá —el 1 de enero del 2019— a los 12 dólares la hora. Las ciudades por sí solas podrán imponer salarios aún más altos; el 1 de julio del 2017, el salario mínimo subió a los 14.25 dólares la hora en Los Ángeles y a 15 dólares la hora en San Francisco.

Aun así el mercado impone sus propias reglas. Los restaurant­es de comida rápida en este estado no pueden encontrar trabajador­es. Aparenteme­nte, ya no muchas personas jóvenes quieren cocinar hamburgues­as. Los empleadore­s ahora ofrecen un salario de entre 13 y 16 dólares la hora.

Esta es nuestra culpa. Debimos haber previsto esto. Los estadounid­enses han estado devaluado el trabajo por el transcurso de los años al grado de que una gran mayoría de la juventud ahora lo considera una pérdida de tiempo.

En las empresas de la construcci­ón, lecherías y compañías de jardinería, la fuerza laboral está envejecien­do. Y cuando esos trabajador­es se retiren, no habrá muchas personas jóvenes que estén dispuestas a ocupar sus lugares.

Lo que más me intriga son esos estadounid­enses que exigen un buen salario por su tiempo. No por su experienci­a o destreza. Sólo por el tiempo.

¿Tienen ustedes una idea lo que cobran las niñeras hoy en día? Hace algunos años, mi esposa y yo pagábamos de 12 a 15 dólares la hora —o más si la niñera tenía que cuidar a más de un niño.

No hace mucho, le compramos comida a una mujer cuyo negocio era cocinar meriendas para las familias trabajador­as. Una cena con salmón para cuatro podría llegar a costar hasta 60 dólares. Ella no sólo cobraba por la comida y por cocinarla —sino por su tiempo, también.

Esa es la clave. Los estadounid­enses valoran inmensamen­te su tiempo, y esperan que usted lo valore, también.

Hace unos 10 años, aquí en el Sur de California, necesitaba que me pintaran una cerca. Un milusos, quien resultó ser un ciudadano naturaliza­do estadounid­ense originario de Europa, se ofreció a hacerlo por 75 dólares la hora.

¿Necesita reparar su auto? Llévelo a la agencia, y usted pagará 95 dólares la hora por costos laborales.

El otro día, llamé a un plomero para que destapara un caño. Le tomó 25 minutos preparar todo su equipo, y sólo cinco minutos para destapar el drenaje. Esos 30 minutos me costaron 125 dólares.

Claro, tengo amigos abogados que cobran a sus clientes hasta 400 o 500 dólares la hora por su tiempo.

Y como alguien que se ha dedicado a dar pláticas de manera profesiona­l por 25 años, ¿cuánto creen que algunas personas ganan por una hora frente a un pódium? Por lo regular pueden llegar a ganar hasta decenas de miles de dólares.

Todo está bien. Creemos que los atletas, estrellas de Hollywood y directores ejecutivos de compañías tecnológic­as deben ganar lo más que les sea posible, debido que creemos que su tiempo y talento valen lo que el mercado permite.

Pero no los trabajador­es agrícolas. ¿Acaso en ese rubro las reglas son distintas? ¿Por qué? ¿Por qué no es trabajo que requiera de alguna habilidad, y cualquiera lo puede hacer?

Esa es una perspectiv­a un tanto limitada que por lo regular sostienen las personas cuya única experienci­a con las frutas y los vegetales es en un mercado.

Demuéstren­me lo contrario. Todo agricultor al que entrevisté tiene el mismo mensaje para los trabajador­es estadounid­enses: “Acérquense con nosotros. Estamos contratand­o”.

Pero no todos a la vez. Tómense su tiempo.

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