Dictan conferencia sobre inmigración y sus efectos
La ponencia fue presentada por el Cardenal Oscar Andrés Rodríguez Mariadaga
Sumida en una guerra de pandillas, devastada por desastres naturales, Honduras es una nación que expulsa miles de migrantes.
De acuerdo cifras conservadoras, entre 800 mil y un millón de hondureños, casi el 15 por ciento de la población de esta nación centroamericana, viven en Estados Unidos.
“No son delincuentes, van a ayudar allá a sus familias”, dijo el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Madariaga, arzobispo de Tegucigalpa, la capital de Honduras, durante una visita que realizó a El Paso el martes de esta semana.
En medio de la crisis de migrantes centroamericanos, que vienen a Estados Unidos huyendo de la violencia de pandillas en sus países, monseñor Rodríguez Madariaga estuvo en esta ciudad invitado por jerarcas católicos.
A lo largo de martes, el prelado realizó varias actividades que iniciaron con un desayuno con sacerdotes y feligreses, una misa en la Iglesia San Pío, y posteriormente visitó a jóvenes recluidos en centros de detención en el área de Tornillo acompañado del Obispo Mark J. Seitz.
“El mundo carece de vida por el hambre, por la violencia y por las políticas injustas respecto a los migrantes”, dijo Rodríguez Madariaga, nacido en 1942 y quien fuera ordenado sacerdote en 1970.
En 1993 se le nombró arzobispo de Tegucigalpa y en febrero de 2001 el papa Juan Pablo II lo invistió como cardenal.
Por la tarde del martes, monseñor Rodríguez Madariaga ofreció una conferencia magistral en la Iglesia de San Marcos –ubicada en el lado Este de El Paso–, en la cual ofreció su visión sobre la inmigración y sus efectos.
Mientras Madariaga daba su discurso, algunos fieles católicos conservadores se manifestaron en su contra afuera de la parroquia.
Con pancartas señalaron que acuerdo a los manifestantes, miembros de diversas parroquias de la comunidad, el Cardenal ha estado protegiendo a obispos y sacerdotes homosexuales y “esa es parte de la crisis que existe en la iglesia”.
Sin embargo, Nancy Ramos, directora de comunicaciones de la Diócesis de El Paso, tras negar las acusaciones, lamentó la postura de los quejosos.
“Es muy triste porque es un tiempo donde debemos estar muy unificados y no divididos”, concluyó Ramos.