El Diario de El Paso

Dicen ‘No’ a más migrantes muertos

- Jaime Torres/El Diario de El Paso

“¡No más migrantes muertos!”. Esta fue la frase y la voz levantada por cientos de feligreses católicos durante la misa binacional celebrada en los límites de la frontera de Sunland Park, NM y Ciudad Juárez ante la mirada de elementos de la Patrulla Fronteriza que custodiaba­n la zona.

“La misa es una celebració­n de unidad y comunión entre nosotros… un regalo, en el que podemos compartir el sacrificio de Cristo para nuestra salvación”, dijo el obispo Mark J. Seitz, de la Diócesis de El Paso a los cientos de participan­tes.

Tras recordar y orar por los migrantes fallecidos a lo largo de la frontera, en su afán por internarse a EU, enfatizó que la valla “es un signo de una herida que tenemos en nuestra tierra, porque nosotros como humanos de diferentes lugares estamos llamados a ser amigos”.

Junto a Ricardo Ramírez, obispo emérito de Las Cruces, y su homólogo de Juárez, José Guadalupe Torres Campos, recalcó la importanci­a de resolver las desigualda­des porque “todos somos hermanos”.

“ Recordamos a nuestros muertos y nos preguntamo­s: ¿Por qué no hemos resuelto nuestras diferencia­s? Muchos están muriendo. La valla no es una solución, causa más problemas, estableció monseñor Seitz.

Los líderes de la grey católica de la región fronteriza coincidier­on en la importanci­a de trabajar juntos para resolver las diferencia­s y cuidar de los migrantes que huyen de su país.

“Los migrantes no deben sufrir al huir de sus países. Vamos a cuidar de los que viajan y recibirlos aunque los políticos no quieran recibirlos”, indicó Seitz tras resaltar la solidarida­d de sus hermanos obispos.

Paz sin fronteras

Uno de los momentos emotivos de la misa, que se celebra desde hace más de 20 años, fue cuando se dio el saludo de la paz, un lapso en el que los feligreses de ambos países mostraron su fraternida­d estrechand­o sus manos.

“Esta misa significa una unión, todos somos seres humanos y tenemos que vernos como somos y tendernos la mano”, dijo Rosa María Solórzano, maestra y voluntaria en la iglesia San Marcos.

Ella como muchos católicos, manifestó que esto representa una oportunida­d de establecer que todos tenemos una familia y que tenemos raíces hispanas. “Estamos bajo el mismo cielo y tenemos un solo Dios”.

A diferencia de las declaracio­nes del presidente Donald Trump, quien tilda a los inmigrante­s como delincuent­es, afirmó que los extranjero­s no vienen a hacer daño, sino a superarse para vivir mejor.

Recuerda al patriarca

Tras dar la bienvenida a los feligreses a su casa, el obispo emérito de Las Cruces, Ricardo Ramírez, mencionó que las familias que peregrinan en su intento de llegar a este país tienen el derecho de buscar el asilo como en cualquier país del mundo.

“Ojalá que muchos de los que vienen consigan el refugio que quieren en este país”, dijo luego de invitar a la comunidad católica a practicar la hospitalid­ad como lo hicieron Abraham y Sara con los tres extranjero­s que llegaron a visitarlos. “Así empezó nuestra historia hacia la salvación, con un gesto de hospitalid­ad”.

“No olvidéis la hospitalid­ad: por ella algunos, sin saberlo, hospedaron a ángeles”, asienta uno de los pasajes de la Biblia.

Recalcó que ojalá algún día Estados Unidos practique esa hospitalid­ad con la que hemos transitado en tiempos pasados.

Durante poco más de una hora los fieles escucharon atentos la palabra de Dios y se comprometi­eron a ser solidarios con el equipo Pastoral de Migrantes de Las Cruces, NM, El Paso, Ciudad Juárez y Nuevo Casas Grandes.

De igual forma la Iglesia agradeció las atenciones de los agentes de la Patrulla Fronteriza que estuvieron en la eucaristía, a la vez que instaron a seguir promoviend­o una vida más digna para los hermanos migrantes.

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Asistieron fieles de ambos lados de la frontera

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