Lo que sabemos y no de las elecciones
Austin— En este penúltimo día de la elección del 2018 –la votación temprana concluirá con el ocaso y todo lo que queda será el Día de la elección que será el próximo martes, la mayoría de la gente que iba a votar este año ya emitió su sufragio.
El resultado aún se desconoce, pero algunas preguntas están claras.
¿Qué piensan los votantes de Texas acerca de Donald Trump?
La única manera de responder a esa pregunta será saber cuál bandera ondearán los electores. Los republicanos de Texas siguen persistentemente apoyando al presidente. Los demócratas de Texas están obstinadamente en su contra. El más reciente sondeo realizado por la Universidad de Texas y Texas Tribune proporcionó una medida: el 88 por ciento de los electores republicanos de Texas aprueban el trabajo que está haciendo Trump y el 91 por ciento de los demócratas lo desaprueba.
Pero eso no para allí, la racha de atracción/repulsión partidista está indeleble en las respuestas de los electores a las preguntas acerca del juez de la Suprema Corte Brett Kavanaugh y otros jueces que han sido seleccionados por Trump, acerca de la inmigración, seguridad fronteriza, negociaciones comerciales, el FBI y por supuesto, la aptitud del presidente para dirigir el país.
Esa reacción, que es como el agua y aceite, al más importante funcionario republicano del país aporta un trasfondo directo para estas elecciones que se efectuarán en Texas y a nivel nacional el 2018 será un referendo para Donald Trump.
¿Habrá algún punto azul nuevo en el mapa rojo de Texas?
El condado Travis — en donde se ubica el Capitolio estatal — desde hace tiempo ha sido el más prominente puesto de avanzada demócrata en este estado que es muy republicano, aunque la antigua línea que sobresale del mapa político estatal como un “arándano en una sopa de tomate” ya está un poco marcada, debido a que ya hay otros arándanos.
El condado Dallas es grande, también el condado Harris y El Paso, y los demás.
Si uno busca alguna oleada azul en este año, hay que observar a los dos condados más grandes del Estado — Harris y Dallas — en donde los funcionarios que actualmente son miembros del Congreso y la Legislatura republicana están en peligro electoral en distritos que, antes de este año, consideraron seguros durante mucho tiempo.
Tan sólo Dallas representa más de la mitad de las competencias más reñidas de la Cámara de Texas en esta elección, todas, excepto una de esas competencias tienen a republicanos defendiéndose contra sus contrincantes demócratas. Eso también es cierto en por lo menos tres campañas del Condado Harris.
Los representantes republicanos Pete Sessions de Dallas y John Culberson de Houston están tratando de escabullirse de esas mismas trampas.
Respondiendo a la pregunta: sí, existen puntos azules, aunque el gran tazón con la forma del estado de Texas sigue estando lleno de sopa de tomate.
¿Los asuntos estatales tendrán alguna oportunidad en este año en contra de los temas nacionales?
No del todo. El eslogan “Toda la política es local” parece haber sido reemplazado ahora por “Toda la política es nacional”. La principal competencia en las urnas de Texas no será por el puesto estatal: será para el Senado de Estados Unidos. Así que ésa es una de las razones.
Sin embargo, las elecciones de medio término son usualmente acerca del ocupante de la Casa Blanca, y eso será totalmente cierto en este año. Los eventos políticos más importantes del año: mayormente la reciente confirmación de Kavanaugh, los principales cambios en la política de inmigración y los tiroteos masivos impulsados por el odio y la política y los intentos de bombazos: han sido los nacionales.
Los candidatos de Texas han pasado mucho o la mayoría de su tiempo respondiendo más a lo que sale de Washington que a lo que pasa en Texas.
Los impuestos prediales y la educación pública, así como las carreteras y la recuperación después de la tormenta seguirán moviendo a los electores. Aunque en este momento ésos no son los temas que están en primer lugar en la lista política.
¿La inmigración será una manera confiable para impulsar a los conservadores de Texas en los sondeos?
No afecta cuando el presidente decide cerrar la temporada electoral con un tema que sigue estando en la parte superior de la lista de los “problemas más importantes que enfrenta el estado de Texas” entre los electores republicanos: el 61 por ciento de ellos colocaron la inmigración y la seguridad fronteriza en primer lugar —nuevamente— en el más reciente sondeo de la Universidad de Texas y Texas Tribune.
El 57 por ciento de los votantes republicanos del estado no cree que la administración Trump ha ido lo suficientemente lejos para aplicar las leyes federales de inmigración. El 81 por ciento de esos votantes cree que “los inmigrantes indocumentados que viven actualmente en Estados Unidos deberían ser deportados inmediatamente”.
La continua atención de Trump hacia la caravana que se dirige al norte en busca de asilo y que están cruzando por México, y su promesa de enviar miles de tropas del ejército a la frontera de Texas como respuesta, llegó a un punto álgido durante la votación temprana.
Mientras la gente, ya sea demócrata o republicana, argumenta si el momento que empleó fue intencional, esto queda claro: ese momento afecta lo que la gente piensa cuando va a votar.
¿Qué pasa con la participación? Una respuesta corta será que ha sido muy concurrida pero no queda claro qué significa eso. Funcionarios estatales aseguran que existen 15.6 millones de votantes actualmente. En las recientes elecciones de medio término, entre el 33.6 y 38 por ciento de los electores de Texas acudieron a las urnas, tomando en cuenta el número actual de votantes registrados, eso podría significar de 5.2 a 5.9 millones de electores.
Debido a que ya salimos del limbo, hay que agregar esto: la votación temprana en las dos últimas elecciones de medio término en Texas fue entre 53 y 55 por ciento de la votación total.
Si el 55 por ciento de la votación total de este ciclo acude a votar antes del día de la elección, eso podría significar entre 2.9 y 3.2 millones de texanos que habrían votado anticipadamente: en base a una afluencia normal.
Pero aquí está la trampa, aquí está el truco: al finalizar el miércoles, 4 millones de texanos habían votado.
Interprételo como usted guste. El número de votantes podría ser más alto que en cualquier elección de medio término, o tal vez la votación temprana le pidió prestados más votantes al día de la elección que lo normal.
Ya lo sabremos el próximo martes.