‘Olvida’ Legislatura texana la seguridad fronteriza
Sesión se concentra en tratar asuntos domésticos como educación y bajar impuestos
Austin— El presidente Donald Trump se dirige a Texas para presionar por un muro fronterizo para poner fin al cierre del Gobierno, pero el discurso sobre la “crisis” que el mandatario describe es notablemente débil en la Legislatura de Texas, donde los republicanos ya no consideran a la frontera con México como una amenaza peligrosa.
El martes, los legisladores estatales volvieron a sesionar por primera vez desde 2017, cuando el gobernador republicano Greg Abbott firmó una de las medidas más duras de represión a las “ciudades santuario” y Texas gastó casi un billón (mil millones) de dólares en medidas de seguridad fronteriza que incluían patrullaje militar las 24 horas, además de un despliegue de la Guardia Nacional.
Pero el primer día de una nueva sesión encontró a los republicanos, que controlan la Legislatura y todas las oficinas estatales, centrándose en temas domésticos y el presupuesto, como el pago de escuelas públicas y los impuestos a la propiedad, en lugar de provocar alarmas similares a las de Trump. La frontera y un muro.
Es un cambio marcado en Texas con respecto a los últimos años, y contrasta con la insistencia de Trump de ver la frontera como una prioridad nacional urgente. Los legisladores del Partido Republicano dicen que Texas ya hizo su parte, mientras que los demócratas creen que el cambio refleja el cambio de rumbo del Partido Republicano de Texas después de su peor elección en una generación. Los republicanos perdieron una docena de escaños en la Cámara de Representantes de Texas en noviembre, impulsados por el cerrado margen de votos del ex congresista Beto O’Rourke contra el senador republicano Ted Cruz.
Cuando Abbott le dio la bienvenida al Senado de Texas con un discurso de cinco minutos el martes, el gobernador detalló sus prioridades de reducir los impuestos, renovar los fondos de las escuelas públicas y la salud mental. No hizo mención a la seguridad fronteriza ni a la inmigración.
“Parece que en esta sesión estamos muy centrados en las necesidades de Texas. Centrándonos en los temas que creo que resuenan en casa con nuestros electores”, dijo la senadora republicana Lois Kolkhorst. Ella dijo que dado lo que Texas ha gastado en la seguridad de la frontera, “hemos podido hacer todo lo que podemos como estado”.
Los republicanos en Texas apenas han aban- donado al presidente. El vicegobernador del estado, el republicano Dan Patrick, se perdió la apertura de la sesión porque fue llamado a la Casa Blanca para discutir “temas críticos para Texas”, según la senadora republicana Jane Nelson. El viaje de Patrick se produjo a unas horas de que Trump visite la frontera de Texas el jueves y, como Trump, Patrick ha apoyado una línea dura sobre la inmigración en su papel de líder del Senado estatal.
Kolkhorst dijo que estaba complacida de ver a Trump tomar “una posición muy grande” en la frontera. Pero, dijo, Texas ha hecho su parte.
Ningún estado gasta más dinero, o posiblemente atención, en temas relacionados con la inmigración como Texas, que tiene la frontera más larga con México.
Desde 2015, la Legislatura ha gastado casi $2 billones (miles de millones) en paquetes de seguridad fronteriza que fueron elementos centrales de las agendas del Partido Republicano en sesiones anteriores.
Los demócratas han criticado la amenaza como exagerada, y algunos datos que el estado ha utilizado para defender la misión han sido cuestionables. Un análisis de Associated Press en 2016 encontró que los evasores de manutención infantil y los conductores ebrios estaban entre los miles de arrestos en la frontera que el estado clasifica como “delincuentes de alta amenaza”.
“No creo que vayan a escuchar esa narrativa agresiva debido a los resultados de las elecciones”, dijo el representante estatal demócrata Rafael Anchia de Dallas. “Sabían que estaban siendo intelectualmente deshonestos la última vez. Pero ahora ya no les beneficia. Estaban dispuestos a hacerlo porque entendían la dinámica de una primaria republicana”, agregó.
Trump y otros funcionarios de la administración han dicho que la situación en la frontera ha llegado a un punto de crisis, tanto por motivos de seguridad nacional como humanitarios. Dos niños han muerto bajo custodia en la frontera, y la afluencia de familias está afectando la atención médica y los servicios de inmigración para solicitantes de asilo. Si bien el número de cruces fronterizos ilegales se redujo de 1.6 millones en 2000 a menos de 400 mil el año pasado, el número de familias que cruzan la frontera ha aumentado considerablemente, y muchas de ellas cruzan a Texas.
La administración de Trump ha estado discutiendo la idea de declarar una emergencia nacional para permitirle avanzar con el muro sin que el Congreso apruebe los más de $5 billones que quiere.
El consultor republicano con sede en Texas Matt Mackowiak dijo que los esfuerzos anteriores de Texas en materia de seguridad fronteriza se debieron en parte a que los republicanos del estado chocaron con la administración de Obama y sintieron que estaban siendo ignorados. “Ahora es un mundo diferente, con una administración que está tomando en serio la seguridad de la frontera y respondiendo a las solicitudes del estado”, dijo.
El nuevo presidente de la Cámara de Representantes de Texas, Dennis Bonnen, un republicano que hace cuatro años fue autor de un amplio proyecto de ley de seguridad fronteriza, no mencionó medidas similares en su discurso de apertura el martes.
Un análisis en 2016 encontró que evasores de manutención infantil y conductores ebrios estaban entre los miles de “delincuentes de alta amenaza”