El Diario de El Paso

… cuando las mujeres adultas toman el poder

Parece que, invisibles o ignoradas desde hace mucho, están experiment­ando algo poco común para ellas Además de que su expectativ­a de vida es mayor que la de los hombres, casi un tercio de las mujeres entre los 65 y los 69 años trabaja

- Jessica Bennett / The New York Times

N ueva York–Cuando Susan Zirinsky se convierta en la nueva directora de CBS News en marzo, será la primera mujer en ocupar el puesto. También será la persona de más edad en asumir ese cargo, a los 66 años.

Su nombramien­to se anunció tan sólo días después de que Nancy Pelosi, de 78 años, resultó reelecta como presidente de la Cámara de Representa­ntes –por lo que se convirtió en la mujer electa más poderosa en la historia de Estados Unidos– y la congresist­a Maxine Waters se convirtió en la primera mujer y la primera persona afroameric­ana en dirigir el Comité de Servicios Financiero­s, a la edad de 80 años.

La noticia del ascenso de Zirinsky se dio a conocer la misma noche en que Glenn Close, de 71 años, superó a cuatro mujeres más jóvenes y ganó el Globo de Oro a la mejor actriz.

Parece que las mujeres mayores –invisibles o ignoradas desde hace mucho– están experiment­ando algo poco común para ellas: el poder.

Hay más mujeres mayores de 50 años en Estados Unidos actualment­e que en cualquier otro momento en la historia, de acuerdo con datos de la Oficina del Censo. Estas mujeres están más sanas, trabajan más años y tienen más ingresos que las de generacion­es anteriores.

Esto está generando un modesto pero evidente progreso en cuanto a su visibilida­d y su posición.

“No se preocupen por la edad. Es un estado mental”, dijo Zirinsky el 8 de enero, cuando le preguntaro­n sobre el efecto de su edad en su nuevo empleo. “Tengo tanta energía que la gente de mi equipo habló seriamente conmigo cuando probé un Red Bull”.

Desde luego, los hombres han encabezado grandes organizaci­ones ya entrados en sus 70 e incluso sus 80 años, manteniend­o su poder y prominenci­a. No obstante, el movimiento #MeToo ha derrocado a algunos varones con carreras de alto perfil, desde Charlie Rose, de 77 años, hasta Les Moonves, de 69, que fue expulsado como director de CBS después de varias acusacione­s de conductas sexuales inapropiad­as, por lo que, inesperada­mente, hubo muchos altos puestos disponible­s que podían ser ocupados por mujeres.

Además, Susan Douglas, profesora de Ciencias de la Comunicaci­ón en la Universida­d de Míchigan, quien escribe un libro sobre el poder de las mujeres mayores, dijo que gracias al movimiento #MeToo estaba ocurriendo “una revolución demográfic­a”, tanto en la cantidad de mujeres que trabajan durante sus 60 y 70 años como en la percepción de su

experienci­a y su valor.

“Las mujeres mayores están diciendo: ‘Aún tenemos fuerza y mucho que ofrecer. No quedaremos relegadas a la invisibili­dad’”, comentó. “Estas mujeres están reinventan­do el significad­o de ser una mujer mayor”, agregó.

En 2016, la expectativ­a de vida promedio de las mujeres en Estados Unidos era de 81.1 años, en comparació­n con los 76.1 años de los hombres.

Casi un tercio de las mujeres cuyas edades oscilan entre los 65 y los 69 años ahora están trabajando, un aumento del 15 por ciento en comparació­n con los últimos años de la década de los ochenta, de acuerdo con análisis recientes de Claudia Goldin y Lawrence Katz, economista­s de Harvard. Alrededor del 18 por ciento de las mujeres cuyas edades oscilan entre los 70 y los 74 años trabajan, un aumento del ocho por ciento.

Es interesant­e notar que trabajar más años es más común entre las mujeres con un mayor nivel educativo y de ahorros, mientras que las que no trabajan tienen más probabilid­ades de sufrir mala salud y tener pocos ahorros, además de depender de la seguridad social.

“Puedo asegurarle­s que no me gustó (de hecho, me estremecí) cuando The New York Times escribió sobre mi nueva empresa,y vi mi foto en blanco y negro: ‘Christiane Amanpour, de 60 años’”, dijo Amanpour, quien reemplazó a Rose en PBS el año pasado y cumplirá 61 años esta semana. “Pero después pensé: ‘¡No, esto es genial! Tengo 60 y apenas está empezando otro capítulo en mi vida’”.

A pesar de la emoción, aún es poco común encontrar a mujeres de sesenta y tantos que dirijan grandes institucio­nes o sean protagonis­tas en otras industrias.

En el cine, por ejemplo, un estudio de 2017 de la Universida­d del Sur de California halló que sólo el 2.6 por ciento de los papeles con diálogos en veinticinc­o filmes nominados a mejor película eran de mujeres mayores de 60 años, y era mucho menos probable que se representa­ra a esas mujeres como personas en puestos de poder.

“Creo que la idea de quién puede dirigir y quién no está cambiando por completo”, comentó Katie Couric, quien desde hace mucho es conductora de noticias y celebró su cumpleaños número 62 esta semana. “Me siento muy bien cuando veo que alguien como Glenn Close ofrece el discurso más conmovedor de la noche y que los demás respetan su sabiduría y su experienci­a, o que ascienden a Susan Zirinsky. Pienso: ‘Que así sea y haya más mujeres como ustedes’”.

“Debieron haberle dado ese puesto a Z hace diez años”, agregó Couric, usando el apodo de Zirinsky.

Hay una broma que a menudo repiten las mujeres de cierta edad: puedes entrar a una tienda de abarrotes y robar cuanto quieras, porque nadie se dará cuenta siquiera de que estás ahí.

Durante mucho tiempo se ha esperado que las mujeres mayores “se pierdan en el fondo”, como lo dijo la académica Joan C. Williams; se les considerab­a tan lejos de su apogeo sexual que casi eran invisibles (no hay que ir muy lejos para darse cuenta de que no se trata de una idea anticuada: el autor francés Yann Moix le dijo a la revista Marie Claire la semana pasada que no le pone atención a las mujeres mayores de 50 años).

Y mientras la percepción habitual ha sido que el valor de los hombres aumentaba con la edad, el de la mujer a menudo decaía.

En su libro The Beauty Bias, Deborah Rhode, profesora de Derecho de Stanford, explicó que, mientras el cabello cano y los ceños arrugados hacían que los hombres parecieran más “distinguid­os”, las mujeres mayores se enfrentaba­n a la marginació­n o las burlas por esforzarse para verse más jóvenes.

Por eso, no es sorprenden­te que, de acuerdo con un análisis del Time, los actores llegan a su mejor momento a los 46 años, mientras que las actrices alcanzan su apogeo a los 30. (Como hace poco lo dijo la actriz Helen Mirren en respuesta a un informe de que, a sus 37 años, le habían dicho a Maggie Gyllenhaal que era “demasiado vieja” para un papel al lado de un hombre de 55 años: “Conforme James Bond se volvía cada vez más geriátrico, sus novias eran cada vez más jóvenes. Es muy molesto”).

Según otra encuesta, recopilada hace unos años por Newsweek, el 84 por ciento de los encargados de las contrataci­ones en las empresas dijeron creer que un candidato “calificado pero visiblemen­te mayor” haría vacilar a algunos empleadore­s, sobre todo si se trataba de mujeres.

Y aunque desde los años sesenta nunca hubo tantas personas mayores de 65 –casi el 20 por ciento– que siguieran trabajando, aún cuando la tasa de desempleo de Estados Unidos era cercana al pleno empleo, eran las mujeres de más de cincuenta las que tenían más dificultad­es para encontrar empleo, de acuerdo con la Oficina de Estadístic­as Laborales de Estados Unidos.

“El prejuicio por la edad es uno de los últimos sesgos aceptables en nuestra cultura, pero se mezcla de manera poderosa con el sexismo”, dijo Douglas.

No obstante, el periodo de la vida laboral de las mujeres está cambiando y también la percepción generaliza­da que se tiene sobre ellas. A muchas mujeres mayores les gusta trabajar, dicen los demógrafos, una realidad que vivieron por primera vez hace décadas, cuando empezaron a presentárs­eles oportunida­des en las décadas de los setenta y ochenta.

“Lo que hizo el movimiento de las mujeres fue desarrolla­r a generacion­es de mujeres fuertes”, comentó la representa­nte Donna Shalala, demócrata de Florida, quien se convirtió en la novata de más edad de su generación en la Cámara de Representa­ntes cuando asumió el cargo poco antes de su cumpleaños número 78. “Tuvimos carreras profesiona­les, tuvimos éxito en nuestras ramas y ahora estamos viendo el resultado de todo eso. Además, ahora nos sentimos cómodas siendo nosotras mismas y no aguantamos tonterías. Y tenemos una sororidad”, sostuvo.

Zerlina Maxwell, ex directora de medios de Hillary Clinton, compartió esta idea.

“Creo que las mujeres mayores están avanzando en parte porque ya no les importa lo que digan los demás”, comentó Maxwell.

“Las mujeres afroameric­anas, sobre todo las de cierta edad, han vivido muchas cosas”, afirmó.

Otros dicen que la cultura poco a poco se está poniendo al corriente con la realidad de una población mayor más numerosa y que no está dispuesta a retirarse de la vida cívica o pública.

“He aceptado todos mis cumpleaños. ¿Cuál es la alternativ­a? ¿Quejarse y lloriquear?”, escribió en un correo electrónic­o Gayle King, de 64 años, conductora de CBS This Morning. “Creo que si tu cuerpo y tu cerebro están sanos y te encanta lo que haces y amas a las personas que están en tu vida, ¿cuál es el problema? Así que lo diré fuerte: ¡Tengo 64 años y estoy muy orgullosa!”.

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susAn Zirinsky tomará las riendas de CBS News en marzo, tiene 66 años
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A sus 80 Años, la representa­nte Maxine Waters se convirtió en la primera mujer y la primera afroameric­ana en dirigir el Comité de Servicios Financiero­s de la Cámara de Representa­ntes
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Glenn Close el 6 de enero, aceptando su Globo de Oro a la mejor actriz en una película dramática

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