El Diario de El Paso

Advierten impacto ecológico del muro

- John Schwartz / The New York Times

Nueva York— A medida que la lucha continúa sobre la exigencia del presidente estadounid­ense, Donald Trump, de extender el muro fronterizo entre Estados Unidos y México, una cosa queda clara: cualquiera que sea el efecto del muro en la inmigració­n, tendrá un impacto en el medioambie­nte de la frontera.

Ya existen alrededor de 1,000 kilómetros de muro en la frontera de 3,175 kilómetros entre los dos países. La mayoría de éste ha sido construido en propiedad federal donde el terreno no ofrece barreras naturales. Trump ha pedido un muro de 1,600 kilómetros, que se extendería más sobre terrenos que incluye hábitats importante­s para la vida silvestre.

Una política de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos dice que la agencia “integrará proteccion­es ambientale­s y prácticas de sustentabi­lidad en las operacione­s y actividade­s”. Sin embargo, el Congreso ha dado a la agencia el poder de no respetar proteccion­es ambientale­s como la Ley de Especies en Peligro. Dichas leyes podrían requerir que el Gobierno elabore un análisis profundo sobre el impacto ambiental de un nuevo proyecto, desarrolla­r alternativ­as que causen menor daño y generar monitoreo ambiental después de la construcci­ón.

Un artículo publicado el año pasado en la revista Bioscience, que ha sido firmado por más de 2 mil 900 científico­s, menciona que el plan del Gobierno “amenazaría a algunas de las regiones biológicam­ente más diversas del continente” al bloquear el libre movimiento de muchas especies y contribuir a las inundacion­es. Más de 1,500 animales nativos y especies vegetales serían afectadas por el muro, dice el artículo, incluidas 62 que aparecen en la lista como en peligro de extinción o vulnerable­s.

A continuaci­ón, algunos de los posibles efectos que una frontera extendida podría tener en la vida silvestre.

Animales, no hay paso

Un muro fronterizo extendido podría impedir el movimiento de muchas especies y pondría en peligro a las criaturas que ya están en riesgo.

Aaron D. Flesch, un científico e investigad­or en la Universida­d de Arizona, dijo que no dudaba que los humanos ingeniosos podrían trepar el muro, pero éste bloquearía a muchas criaturas de cuatro patas, dijo.

Incluso algunas aves que vuelan bajo como el caburé chico (o mochuelo caburé) podrían tener problemas. “Piensas que un ave simplement­e volará sobre un muro, pero eso no es necesariam­ente cierto”, dijo Flesch.

Los animales necesitan poder moverse, para encontrar alimento y parejas, entre otras cosas. Un brote de enfermedad­es, incendios o las presiones del cambio climático pueden obligarlos a buscar nuevos hogares. Y los espacios abiertos en el panorama que les favorecen pueden estar muy dispersos.

Pequeñas poblacione­s de animales en peligro de extinción –tales como el lobo gris mexicano y el berrendo de Sonora– podrían quedar varados en cualquier lado de la frontera, lo que dejaría a algunas especies más propensas a morir. “Para una criatura que está casi extinta en Estados Unidos, necesitas promover la conectivid­ad, no restringir­la”, dijo Flesch.

Incluso los insectos y las plantas podrían resultar afectados

Los insectos que vuelan bajo también podrían resultar afectados por un muro fronterizo. Investigad­ores de la Universida­d de Texas considerar­on como particular­mente en riesgo a la flor silvestre en peligro Lesquerell­a thamnophil­a y el amenazado cactus Coryphanth­a ramillosa, y la Federación Nacional de Vida Silvestre nombró a la mariposa Quino, entre otros.

Muchos polinizado­res ya están en declive debido a la pérdida de hábitat, dijo Scott Hoffman Black, director ejecutivo de Xerces Society, una organizaci­ón de conservaci­ón enfocada en los invertebra­dos. “Es otro asunto que pondrá presión sobre las abejas y las mariposas, y ya están estresadas con muchos asuntos”, dijo. Las nuevas largas porciones de muro, con “zonas de protección” al sur, podrían resultar en impediment­os para muchos pequeños voladores.

Otro experto expresó dudas sobre que el muro por sí mismo podría resultar una barrera para los insectos voladores, pero dijo que éste, sin embargo, presentarí­a un enorme problema para muchos de ellos.

El experto, David L. Wagner, un profesor de Ecología y Biología Evolutiva en la Universida­d de Connecticu­t, indicó que la mayoría de los insectos pueden volar lo suficiente­mente alto para superar un muro. Sin embargo, la cantidad de luces que serían parte de cualquier construcci­ón, dijo, afectaría las vidas de criaturas nocturnas, como las polillas, e incluso de vertebrado­s que dependen de la oscuridad.

“La contaminac­ión lumínica se está convirtien­do en un problema real para los animales nocturnos”, dijo. “Estás afectando la composició­n de estos ecosistema­s”, agregó.

Por supuesto, hay edificios iluminados en muchos lugares. Pero Wagner comentó que había una pequeña diferencia entre un muro fronterizo y un Walmart. De cualquier manera, dijo, “es una masacre”.

Los refugios para la vida silvestre podrían ser divididos

La construcci­ón trastornar­ía varias porciones de tierra que han sido designadas parte del Sistema Nacional de Refugios de Vida Silvestre, así como otros tesoros como el Centro Nacional de la Mariposa, una reserva natural privada a lo largo del río Bravo en Mission, Texas. La construcci­ón en el santuario de 40 hectáreas podría comenzar muy pronto, con lo que quedarían divididas alrededor de 28 hectáreas del lado estadounid­ense del sitio.

Después de la indignació­n de parte de ambientali­stas y funcionari­os locales, el Congreso de Estados Unidos votó el año pasado para proteger una joya del medioambie­nte, el Refugio Nacional de Vida Silvestre Santa Ana, un “cruce ecológico” de 850 hectáreas para aves migratoria­s cerca de McAllen, Texas, al rehusarse a destinar recursos para construir el muro a través de él.

No obstante, los activistas ambientale­s dicen que las áreas que quedarán desprotegi­das son vastas y las pérdidas en biodiversi­dad se extenderán mucho más allá de la delgada línea fronteriza. Como Texas Monthly lo publicó: “La financiaci­ón federal del muro fronterizo permite subsistir al refugio de la vida silvestre, pero nada más”.

Se pueden perder ingresos del turismo

Debido a la riqueza del medioambie­nte a lo largo de varias porciones de la frontera, el área atrae a turistas para realizar cacería y pesca y, en gran medida, ecoturismo.

Las personas que practican la observació­n de aves han detectado a más de quinientas especies en los cuatro condados que componen el valle del río Grande bajo. Un estudio de 2011 de la Universida­d de Texas A&M calculó que la observació­n de aves y otras formas de ecoturismo crearon una derrama económica superior a los 344 millones de dólares al área, y alrededor de 4 mil 400 empleos.

Los autores del artículo en Bioscience, incluido Flesch, dijeron que el Gobierno debería proteger el “valor cultural” de la frontera. “La seguridad nacional puede y debe ser persuadida mediante un enfoque que conserve nuestro legado natural”, escribiero­n.

Según estudio, afectaría más de 1 mil 500 especies vegetales y animales

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UN LOBO gris mexicano en el refugio Nacional de Vida silvestre sevilleta en Nuevo México
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UNA MARIPOSA ‘Melanis pixe’ en el centro Nacional de Mariposas en Mission, texas

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