Beto O’Rourke está de regreso, más o menos
Washington – Consideremos a dos de los posibles candidatos demócratas que están sopesando una campaña presidencial. El ex vicepresidente Joe Biden, quien goza de ser reconocido por su nombre en casi un 100 por ciento y por sus indiscutibles cualidades (como vicepresidente y como senador), aun así, se ha presentado ocasionalmente, tal como lo hizo muy recientemente ante la Conferencia de Alcaldes de Estados Unidos. Le está recordando al país de que él aún sigue presente (citando la frase de Richard Nixon —“bronceado, descansado y listo”). Pero tras bambalinas está alertando a sus auxiliares y donadores de que ellos también estén listos en caso de que decida lanzarse. Su consideración da previo aviso a su mensaje de que si llegase a lanzarse por la presidencia, él es el candidato con la experiencia.
Mientras tanto, antes de sentarse a grabar una entrevista con Oprah el martes, Beto O’Rourke ha estado haciendo un viaje por carretera, compartió su cita con el dentista y ha estado escribiendo una bitácora de su viaje. El programa con Oprah no se transmitirá hasta el 16 de febrero, pero no anunció su candidatura. Cuando se le preguntó de manera directa si se lanzaría por la presidencia, él respondió, “Esa es una gran pregunta que tenemos que considerar ampliamente”. Beto dijo que un factor decisivo tendrá que ser la familia. Luego crípticamente agregó, “Si no hacemos esto, entonces haremos otra cosa”. Finalmente dijo que lo decidiría para finales de este mes.
No se sabe si la entrevista de O’Rourke en el programa de Oprah ponga en marcha sus preparativos de pre-campaña. Pero hasta ahora, aparentemente no ha contratado personal alguno ni ha solicitado donadores para una posible campaña. Todo lo contrario, tal como lo reportó la Associated Press:
“El bajo perfil de O’Rourke en semanas recientes ha tomado algunos giros muy curiosos. Les dio a sus seguidores en Instagram un vistazo del interior de su boca durante una limpieza dental al mismo tiempo que intentaba condenar el muro fronterizo de la administración de Trump. También recientemente viajó por Texas, Nuevo México, Oklahoma, Kansas y Colorado, pero sus dispersos posts en línea documentando la travesía son más bien sobre otras cosas, como el sándwich de carne que comió en lugar de ofrecer alguna pista sobre cómo él lidiaría con los rigores de una campaña presidencial.
“Si comparamos eso con lo que están haciendo sus potenciales rivales para el 2020 que ya han visitado los estados donde comienzan las votaciones presidenciales: La senadora de Nueva York, Kristen Gilliard y el ex gobernador de Colorado, John Hickenlooper estarán en Carolina del Sur esta semana, Booker visitará Iowa y Warren está por anunciar su candidatura presidencial el sábado, luego irá a New Hampshire y Iowa.
“El equipo de O’Rourke señala hacia su rechazo de la política-como-usualmente-se-hace —incluyendo el rechazo de donaciones de parte de grupos políticos externos, al igual que negarse a contratar consultores y encuestadores, algo que le funcionó cuando por poco logra desbancar a Cruz— como prueba de que no hacer lo que todos los candidatos para 2020 están haciendo, es una táctica que puede resultar en algo positivo.
Bueno, quizás el rechazo a la política-como-usualmente-se-hace no sea una muy buena estrategia.
O’Rourrke tiene razón en que no hay ningún apuro en particular por anunciar su candidatura —a excepción de que hay personal que contratar (lo cual al parecer no parece necesitarlo de todas maneras)— en febrero a diferencia de marzo, por ejemplo. Sin embargo, pasar el tiempo en frivolidades podría no ser aconsejable, mientras que otros candidatos están luchando en el Senado contra Trump y asestando serios golpes a sus políticas. (Uno no escucha a las senadoras Elizabeth Warren, demócrata de Massachusetts, o a Kamala Harris, demócrata de California, decir, “No lo sé”, cuando se les preguntan sobre sus posturas en general en uno de los temas más importantes del momento, la inmigración.) Beto está asumiendo el estereotipo negativo de que él es un espíritu libre, un filósofo amateur y un fenómeno de la televisión, pero no alguien que esté listo para asumir el puesto de comandante en jefe.
O’Rourke y otros posibles candidatos que entren tarde a la contienda primaria por la presidencia enfrentan un obstáculo que los candidatos que ya anunciaron sus campañas nunca enfrentarán. A manera que el marco de contendientes crece, no sólo es más difícil tener un robusto arranque de campaña, sino que también es más difícil tener una causa razonable por la cual se quiere contender. O’Rourke dice que él quieres unir a la gente, ¿pero que no el senador Cory Booker, demócrata de Nueva Jersey, ya está vendiendo efectivamente esa misma idea? ¿Y que no Harris está inspirando a las multitudes con el mensaje de “ya estamos listos a emprender una lucha en común”? Si es tiempo para una nueva generación de líderes políticos, ¿qué no el alcalde de South Bend, Indiana, Pete Buttigieg ha tomado esa misma idea como su estandarte?
Para Biden, ningún otro contendiente cuenta con la experiencia de haber sido el “vicepresidente de Obama” en su currículum, aunque su espera les abre las puertas a una gran cantidad de experimentados senadores, gobernadores y ex funcionarios de gabinete a que tomen la delantera, trayendo a colación la siguiente pregunta, “¿Acaso Biden piensa que él es literalmente el único que puede vencer a Trump y gobernar al país?”.
En pocas palabras, O’Rourke está actuando como alguien que no está listo para lanzarse por la presidencia, y quizás no lo haga.
El riesgo para él es que si quiere que se le tome en serio corre el riesgo de que la indecisión de su precampaña se convierta en una profecía predispuesta. Biden actúa como alguien que puede lanzarse por la presidencia, aunque quizás tampoco lo haga. Su problema será el mismo cuando sea que entre a la contienda: ¿Acaso el Partido Demócrata querría regresar a una generación más vieja, apostándole a un candidato tradicional, un hombre anglosajón, o preferirá mirar hacia el futuro con alguien que represente mejor a un partido cada vez más diverso?
Sigamos en sintonía.