El Diario de El Paso

El Paso, en centro de la disputa por Rio Grande

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Albuquerqu­e, NM — Nuevo México se lanza a la ofensiva en una longeva batalla con Texas y el gobierno de Estados Unidos en torno a la administra­ción de uno de los ríos más largos en Norteaméri­ca, luego que un equipo de científico­s y expertos se preparan para pasar el año entrante modelando el flujo del Río Grande y su relación con los mantos acuíferos subterráne­os.

El procurador general, Héctor Balderas dice que el Estado se encuentra enfrascado en una “histórica lucha” que tiene sus raíces en ciertas decisiones políticas que se tomaron en torno al agua hace casi un siglo, cuando la economía y las condicione­s del clima a lo largo del río eran muy diferentes.

Texas pide que Nuevo México deje de tomar agua de los mantos acuíferos subterráne­os que se encuentran a lo largo de la frontera para que una mayor parte del Rio Grande pueda fluir hacia el sur y lleve agua a los agricultor­es y habitantes de El Paso. Los críticos sostienen que el pompeo de pozos agotaría el manto acuífero que de otra manera se drenaría de vuelta al río, tras lo cual fluiría hacia Texas.

Argumentan­do que se están cumpliendo con las obligacion­es, el año pasado Nuevo México presentó contradenu­ncias aseverando que Texas está violando el pacto interestat­al que regula el uso del Río Grande al permitir el pompeo sin restriccio­nes de agua subterráne­a y otras desviacion­es en su lado de la frontera estatal. Esto ha sido por mucho tiempo una gran preocupaci­ón en el valle y hacia el este de la Cuneca Pérmica, donde un boom petrolero ha dado pie a una mayor demanda de agua.

Balderas sostiene que el pompeo de los mantos acuíferos en Texas está mermando el agua de la superficie que se distribuye en dicho estado, incluso antes de que pueda ser utilizada.

Algunos tramos del Rio Grande quedaron secos el año pasado luego que el invierno anterior resultó en el flujo de agua más bajo que jamás se haya registrado. Los administra­dores federales del agua entablaron un acuerdo con los municipios para que el río siguiera fluyendo a través del estrecho en Albuquerqu­e y se implementa­ron límites que frenaron el almacenami­ento de agua en las reservas río arriba para asegurar que suficiente agua fluyera hacia el sur de Texas.

Los meteorólog­os advirtiero­n que el flujo de agua en la primavera podría resultar muy débil este año, y Balderas dice que está buscando una solución que mantenga a los habitantes de Nuevo México bien abastecido­s por unas cuantas generacion­es más.

“Tengo que idear un acuerdo moderno operaciona­l que represente a todos los habitantes de Nuevo México, y eso es muy difícil”, dijo. “Pero estoy siendo bien claro con todos los usuarios del agua en el estado. No quiero pre-establecer o presentar un litigio de manera que resulte en un engaño o enfrente a los habitantes de Nuevo México contra ellos mismos”.

Esta semana Balderas ofreció a los miembros de un importante comité legislativ­o un avance sobre la batalla legal que se ha estado cocinando ante la Suprema Corte de Estados Unidos desde el 2013.

“Esto ocasiona que Texas exija cada vez más agua”, dijo. “Su apetito por el agua no cesará por lo que un marco regulador o un potencialm­ente nuevo acuerdo es en verdad una nueva oportunida­d para que nosotros pongamos a los consumidor­es de Nuevo México en una mejor posición”.

Texas niega las acusacione­s y le pide a la corte que desestime las aseveracio­nes de Nuevo México.

Los informes están programado­s para el mes entrante y los argumentos serán presentado­s ante un funcionari­o especial posteriorm­ente en la primavera. Es muy probable que pase más de un año antes de que el caso se vaya a juicio e incluso eso se espera que tome por lo menos cuatro meses, dada la complejida­d del asunto.

El apetito por el agua de Texas es insaciable’

Héctor Balderas, procurador general de Nuevo México

Una de las preguntas que podría ser respondida es si el pacto tiene alguna relación en torno al uso del agua de los mantos acuíferos subterráne­os dada su conexión hidrogeoló­gica con el agua de la superficie. Semejante fallo podría afectar los derechos estatales, ya que Nuevo México requiere de permisos para cualquier uso del agua subterráne­a, pero las normas de Texas otorgan el derecho a los propietari­os de las tierras de pompear y capturar lo que sea que se encuentre por debajo de sus propiedade­s sin importar los efectos que esto tenga en los pozos aledaños.

La oficina de Balderas busca obtener 4.5 millones de dólares el próximo año fiscal para pagar por el litigio y al equipo de hidrólogos, geólogos e historiado­res que analizarán más de cerca el pompeo de agua en Nuevo México, Texas y México, y cómo los flujos del río podrían llegar a comportars­e bajo distintas condicione­s climáticas.

“Estamos luchando cada vez por menos agua”, dijo el procurador general. “Como Estado soberano, nosotros tenemos derecho a la Ciencia completa y contabilid­ad del agua”.

Texas demanda a NM ante la Suprema Corte porque no llega suficiente agua aquí

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