El engaño de la gran emergencia
Washington— Es difícil detectar un solo suceso durante la presidencia de Donald Trump que esté más desconectado de la verdad y realidad. Este viernes, en la conferencia de prensa en la que Trump defendió su decisión de eludir al Congreso con base en su fantasiosa emergencia en la frontera sur, eso fue, citando las propias palabras que utilizó el presidente, “una gran estafa”.
La técnica de Trump es la de cambiar la ficción y convertirla en un hecho, seguro de su conocimiento de que las mentes de las personas vacilarán ante la tarea de verificar los hechos para desmontar su torre de falsedades. Así que, apeguémonos a una verdad grande y básica: No existe ninguna crisis en la frontera sur.
No existe ninguna crisis y no hay ninguna justificación para contravenir específicamente y quirúrgicamente la voluntad del Congreso, que sopesó y descartó la exigencia de Trump de 5.7 billones de dólares para construir el muro fronterizo, optando por otorgarle 1.375 billones de dólares.
La evidencia de que no existe ninguna emergencia se basa en lo siguiente:
Hecho: los cruces ilegales entre los puertos de entrada, determinados por los arrestos realizados por la Patrulla Fronteriza a lo largo de la frontera mexicana, se han desplomado desde finales del siglo, cayendo por debajo de 400 mil durante el año fiscal más reciente, en comparación con más de 1.6 millones en el año 2000. Ese descenso en los cruces ilegales coincide con una mejor situación económica en México y un importante incremento en el número de agentes de la Patrulla Fronteriza, tecnología e infraestructura desplegada a lo largo de la frontera suroeste.
Hecho: La mayoría de las drogas ilegales que ingresan al país a través de México son descubiertas por las autoridades en los puntos legales de cruce, no en las áreas remotas en donde un muro podría servir como una disuasión. Ése fue el caso, de acuerdo al Departamento de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, en el 90 por ciento de la heroína decomisada a lo largo de la frontera. No es una cuestión de los demócratas. El vicepresidente Mike Pence, en un editorial que fue publicado el mes pasado en USA Today, hizo notar que la mayoría de los decomisos de narcóticos ilegales se llevan a cabo “primordialmente en los puertos de entrada”.
Hecho: El número de inmigrantes ilegales que hay en Estados Unidos ha estado disminuyendo desde hace más de una década, las dos terceras partes de esas personas que permanecen en el país han estado aquí durante más de una década. Un estimado de 10.7 millones de migrantes no autorizados estaban en el país en el 2016, aproximadamente 1.5 millones menos que en el 2007, de acuerdo al Centro de Investigación Pew.
Sin embargo, entre los migrantes no autorizados durante el año fiscal del 2017, aproximadamente el doble ingresaron a Estados Unidos de manera legal —y se quedaron después de que expiraron sus visas— que los que fueron aprehendidos en la frontera sur, de acuerdo a las cifras gubernamentales.
Hecho: Trump, al haber conjurado una crisis no existente, simplemente no podría aceptar su falla de no poder persuadir al Congreso de que pagara por el muro fronterizo. La fuente de esa afirmación es que el presidente, quien reconoció en su conferencia de prensa de este viernes que “no necesito hacer esto” y “sólo deseo hacerlo más rápido”.
La emergencia de Trump es puramente política, impulsado por las infladas expectativas de sus promesas de campaña de construir un muro fronterizo y forzar a México a pagarlo.
Al mezclar una crisis política con una nacional, Trump optó por eludir, ocultar y mentir.
Un Congreso que se respete a sí mismo no debería aceptar esa emergencia manufacturada.