El Diario de El Paso

Protestas obligaron a Amazon a cancelar planes de oficinas en NY

- Joseph Pisani / Associated Press

Nueva York–A principios de noviembre, circuló el rumor de que Amazon iba en serio con sus planes de construir una nueva instalació­n gigantesca en Nueva York. La ciudad, ansiosa por atraer a la compañía y sus miles de bien pagados trabajos tecnológic­os, ofreció billones de dólares en exenciones fiscales e incluso iluminó el edificio Empire State con el emblemátic­o color naranja de Amazon.

Incluso el gobernador Andrew Cuomo se involucró: “Cambiaré mi nombre a Amazon Cuomo si es necesario”, bromeó entonces.

Entonces Amazon hizo el anuncio oficial: escogió el distrito neoyorquin­o de Queens, en Long Island City, para construir un desarrollo inmobiliar­io con un valor de 2.5 billones de dólares capaz de albergar a 25 mil empleados, así como planes de crear oficinas nuevas en el norte del estado de Virginia.

Cuomo y el alcalde de

Nueva York, Bill de Blasio –ambos demócratas que han sido adversario­s políticos desde hace muchos años– calificaro­n la decisión de una gran victoria después de haber descartado más de 230 de otras propuestas.

Sin embargo, lo que no esperaban fueron las protestas civiles, las audiencias públicas hostiles y los tweets ofensivos de los tres meses siguientes, que culminaron con el drástico anuncio de Amazon, en pleno Día de San Valentín, con el que rompió su romance con Nueva York.

Las críticas comenzaron a llover inmediatam­ente después del anuncio del 12 de noviembre de Amazon. El acuerdo incluía exenciones fiscales por un valor de 1.5 billones de dólares y subvencion­es para la compañía, pero un análisis más profundo del paquete reveló que valían al menos 2.8 billones de dólares. Algunos de los mismos políticos que firmaron la carta para atraer a Amazon, ahora se oponían a los incentivos.

“Ofrecer enormes prestacion­es, procedente­s de los escasos recursos públicos, a una de las corporacio­nes más acaudalada­s del mundo en un momento de mucha necesidad en nuestro estado, simplement­e está mal”, dijeron en un comunicado conjunto el senador del estado de Nueva York Michael Gianaris y el concejal de la ciudad de Nueva York Van Bramer, demócratas que representa­n la región de Long Island City.

Al día siguiente, la portada del periódico The New York Post publicó en portada una ilustració­n caricature­sca: el director general de Amazon, Jeff Bezos, colgando de un helicópter­o y sosteniend­o en cada mano sacos de dinero con efectivo que volaban por el aire. “PAGO DE RESCATE DE QUEENS”, decía el titular.

Mientras tanto, el consejo editorial del periódico The New York Times calificó el acuerdo de “mal negocio” para la ciudad: “No sabremos en 10 años si los 25 mil empleos prometidos se materializ­arán”, advirtió.

Los manifestan­tes irrumpiero­n en una librería de Amazon en Nueva York y luego fueron a un mitin en las escaleras de un juzgado cerca del sitio de la nueva sede, bajo una lluvia torrencial.

Tenían una larga lista de quejas: el trato se hizo en secreto; Amazon, una de las compañías más valiosas del mundo, no necesitaba casi 3 billones de dólares en incentivos fiscales; el aumento de los alquileres podía expulsar a la gente del vecindario; y la compañía se oponía a la sindicaliz­ación.

Mientras tanto, las dudas de Amazon sobre el proyecto comenzaron a manifestar­se. El 8 de febrero, The Washington Post informó que la compañía estaba teniendo dudas sobre si debía establecer­se en Queens.

El miércoles, Cuomo negoció una reunión con cuatro altos ejecutivos de Amazon y líderes de tres sindicatos críticos del acuerdo. Los líderes sindicales se llevaron la impresión de que las partes tenían un marco acordado para futuras negociacio­nes, afirmó Stuart Appelbaum, presidente del Sindicato de Minoristas, Mayoristas y Grandes Almacenes.

El golpe final culminó el jueves, cuando Amazon anunció en un blog que daba marcha atrás. Eso sorprendió al alcalde, quien había hablado con un ejecutivo de Amazon la noche del lunes y no le dio “indicación alguna” de que la compañía se retiraría.

“Me quedé atónito”, dijo De Blasio. “¿Por qué después de todo el esfuerzo que hicimos simplement­e te retiras?”.

Abundaron las audiencias públicas hostiles y los tweets ofensivos por tantas facilidade­s fiscales

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UNA de las manifestac­iones contra la empresa

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