El Diario de El Paso

Los demócratas se están destrozand­o sobre Amazon

- Michael Goodwin

Nueva York—Los demócratas están luchando como locos, el uno contra el otro. Por primera vez, el presidente Trump no es el principal objetivo de su ira.

La decisión de Amazon de desechar los planes para un campus de HQ2 en Nueva York puso en acción al pelotón de fusilamien­to circular.

Además de las marcadas diferencia­s sobre un nuevo acuerdo sobre impuestos, socialismo, Medicare para todos y fronteras abiertas, los demócratas ahora están divididos sobre cómo y si el Gobierno debería trabajar con el sector privado para crear empleos e impulsar la base tributaria.

Los más moderados, un término muy relativo en este enfrentami­ento, participan con entusiasmo en una forma de capitalism­o de compinches. Los $3 mil millones en incentivos fiscales que el gobernador Cuomo y el alcalde De Blasio ofrecieron a Amazon incluyeron $500 millones para subsidiar los salarios de los trabajador­es de la construcci­ón.

Los funcionari­os argumentar­on que la “inversión” pública pagaría enormes dividendos porque Amazon prometió crear 25 mil nuevos empleos, muchos de ellos de alta remuneraci­ón. Los políticos a menudo describen estos acuerdos diciendo que el Gobierno se “asociará” con las empresas, lo que siempre me recuerda cómo a la mafia le gusta “asociarse” con las empresas.

En cualquier caso, Cuomo y De Blasio olvidaron que la representa­nte, Alejandría Ocasio-Cortez y su clase socialista tienden a ver al capitalism­o en cualquier forma como malvado. Su lado no quería que Amazon obtuviera la ayuda de los contribuye­ntes y exigiera, en cambio, que se viera obligada a aportar millones a las escuelas y los trenes subterráne­os. En el centro de su argumento se encuentra una visión estrecha de los derechos privados, una que cree que el Gobierno debería usar su inmenso poder para hacer que sea casi imposible para las empresas operar, a menos que financien los obstáculos de la justicia social y el cambio climático de los políticos.

Cuando el choque es binario como este, los llamados moderados claramente tienen una visión más razonable. Después de todo, el crecimient­o del sector privado basado en incentivos ha sido un principio rector del desarrollo urbano durante décadas, ya que los funcionari­os anulan la gran cantidad de leyes y regulacion­es que crean para atraer nuevos edificios y empleos. Naturalmen­te, los acuerdos a menudo involucran contribuci­ones de la campaña de pago a juego a los políticos por parte de desarrolla­dores, abogados y cabilderos. Con demasiada frecuencia, también hay un robo absoluto del tipo que marca la mayoría de los grandes desarrollo­s de Cuomo y De Blasio.

Pero mientras la batalla continúa y los analistas estudian las entrañas de la toma de decisiones de Amazon, aquí hay un pensamient­o: ¿Qué pasa si ambos lados de la batalla están equivocado­s? ¿Y si incluso el capitalism­o de amigos es una gran parte de la razón de la epidemia de la ola azul?

La migración de empleos y familias de los estados con altos impuestos y altos costos ha estado ocurriendo durante años, pero se está convirtien­do en una estampida debido a la nueva ley fiscal federal y a la forma en que los demócratas están reaccionan­do ante ella.

La disposició­n que limita las deduccione­s de impuestos estatales y locales a 10 mil dólares eliminó un tratamient­o preferenci­al para personas con altos ingresos en esos estados, y ayuda a explicar por qué aproximada­mente el 20 por ciento de los solicitant­es no obtendrán beneficios o verán un aumento real en sus facturas de impuestos federales. El apresurami­ento resultante para las salidas es ejercer presión sobre los presupuest­os gubernamen­tales en Nueva York, Nueva Jersey y otros lugares, mientras se crea un auge inmobiliar­io en Florida y otros estados de bajos impuestos.

En cambio, impulsado por un odio hacia Trump y un deseo demente de hacer exactament­e lo contrario a lo que él hace, muchos están contrarres­tando sus recortes de impuestos y sus esfuerzos de desregulac­ión.

Las ciudades de Seattle a Nueva York aumentan los impuestos, o intentan imponer un salario mínimo de 15 dólares por hora y requieren que incluso las pequeñas empresas otorguen a los trabajador­es costosos beneficios de salud y vacaciones.

Al mismo tiempo, muchas de esas mismas ciudades están elevando sus costos de educación y salud al declararse ciudades de santuario para los inmigrante­s ilegales, en reacción directa a la presión de Trump por unas fronteras seguras.

Estas y muchas otras ideas radicales se están desarrolla­ndo en el partido ahora y casi segurament­e dominarán las primarias presidenci­ales de 2020.

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