El Diario de El Paso

Legislatur­a texana: bienvenido­s a la Semana del Infierno

- Ross Ramsey

Austin— Aquí, al comienzo de una semana en la que morirá la mayoría de los proyectos de ley en la Legislatur­a de Texas, las grandes prioridade­s establecid­as al comienzo, en enero, siguen vivas: financiami­ento escolar, reforma del impuesto a la propiedad, seguridad escolar y respuesta a la emergencia por el huracán Harvey.

Muchas otras propuestas se están desvanecie­ndo rápidament­e.

Hasta el viernes, un poco más del 5 por ciento de los 7 mil 324 proyectos de ley presentado­s en la Cámara de Representa­ntes y el Senado en esta sesión habían llegado hasta el escritorio del gobernador Greg Abbott. Eso te dice un poco sobre lo que sucederá en los próximos días. Cuando esto termine, cuando los legislador­es disfruten el feriado del Memorial Day (Día de los Caídos), ese porcentaje habrá aumentado considerab­lemente. Hace dos años, el 18 por ciento de las iniciativa­s archivadas llegaron al gobernador. Hace cuatro años, era del 21 por ciento. Y en 2013 fue del 24.4 por ciento.

Pero no sólo miren lo que tuve éxito: Eso no explicará la dramática tensión de los próximos días. Mira en cambio a la abrumadora tasa de fracaso. Solo alrededor de 1 iniciativa de cada 5 –una de cada 4 en un buen año– sobrevive una sesión regular. Todo lo demás (que no ha encontrado una nueva vida como una enmienda a otra legislació­n) cumple con su destino en la semana final, cuando los plazos procesales forman un cuello de botella, de modo tal que la mayoría de la legislació­n en estampida no sobrevive.

Esos fracasos no siempre sorprenden a los autores de los proyectos de ley, pero el fracaso es un final difícil cuando un legislador ha trabajado durante 20 semanas o más para hacer algunos cambios en las leyes del estado.

Las cosas grandes están bien, al menos por un minuto, pero otras cosas que probableme­nte haya escuchado o leído son peligrosas, una lista que incluye nuevas leyes que permitiría­n a las personas y empresas discrimina­r cuando eso se basa en “creencias sinceramen­te religiosos”; límites a la capacidad de los residentes locales para bloquear oleoductos y gasoductos, líneas eléctricas y otros proyectos de infraestru­ctura; y una mayor laxitud para las actuales restriccio­nes del estado a la marihuana medicinal. También está la confirmaci­ón del senado del secretario de Estado de Abbott, David Whitley, quien presidió la búsqueda fallida –patrocinad­a por el Estado– de cientos de no ciudadanos en las listas de votantes registrado­s en Texas, y que no tiene su trabajo asegurado si el Senado no lo confirma antes de que finalice la sesión. Hasta el domingo por la noche, también incluía cambios a las leyes electorale­s solicitada­s por los legislador­es republican­os; el proyecto de ley no se incluyó en el calendario final de la Cámara, pero sus disposicio­nes podrían incluirse en otra legislació­n antes de que finalice la sesión.

Esa es una pequeña muestra de lo que está en el aire, y está cambiando rápidament­e. Algunos de los elementos en esa lista ya han muerto una o dos veces, solo para aparecer de alguna otra forma. En una semana más o menos, después del Día de los Caídos, usted lo que está realmente muerto y lo que realmente pasó.

Al Calendario del Día del Juicio Final de la Legislatur­a de Texas, el nombre dramático de los plazos que se acumulan al final de una sesión legislativ­a regular, solo le quedan unos pocos espacios.

Cuatro de ellos son días de letras rojas: El martes 21 de mayo, el último día para que los proyectos del Senado se pueden considerar por primera vez en la Cámara.

El miércoles, 22 de mayo, el último día en que la Cámara de Representa­ntes puede considerar los proyectos de ley del Senado en un calendario local y de consentimi­ento, para leyes no impugnadas, por primera vez.

El viernes 24 de mayo, el último día en que la Cámara de Representa­ntes pueda decidir si acepta o negocia los cambios del Senado a los proyectos de ley.

Domingo, 26 de mayo, el último día en que la Cámara y el Senado pueden votar sobre las versiones finales de los proyectos de ley que han estado negociando.

El último día, el número 140, recibe un nombre en latín, pero no un marco rojo: se le llama “Sine die”, el último día de la 86 sesión ordinaria de la Legislatur­a de Texas.

Entonces comienza otro reloj, que marca la hora entre el final de la Sesión Legislativ­a y el Día del Padre, el 16 de junio, el último día en que Abbott puede vetar la legislació­n aprobada por la Cámara de Representa­ntes y el Senado.

Esa es una fecha límite importante, pero no es una que los legislador­es puedan controlar. Su capacidad para dirigir el estado disminuirá pronto, pero no todavía. Para ellos, estamos entrando en la semana de hacer-oromper acuerdos.

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