El Diario de El Paso

Durante meses, abren muro ‘infranquea­ble’ de Trump

- Nick Miroff / The Washington Post

Naco, Arizona— El muro fronterizo del presidente Donald Trump es muy probable que requiera la instalació­n de cientos de compuertas para impedir que las tormentas lo destruyan o lo derriben, deben dejarse abiertas durante meses cada verano durante la “temporada de monzones” en el desierto, de acuerdo a oficiales fronterizo­s, agentes e ingenieros de Estados Unidos que tienen conocimien­to de esos planos.

Las puertas abiertas, que no son vigiladas por personas en las áreas remotas, ya han permitido una fácil entrada a los contraband­istas y migrantes hacia Estados Unidos.

En lugares como la frontera Sur, en donde esas compuertas ya están en operación, agentes de la Patrulla Fronteriza deben elevarlas manualment­e cada año antes de la llegada de las tormentas de verano, que convierten los bancos de los ríos en embravecid­os torrentes que llevan una gran cantidad de agua y escombros, incluyendo sedimentos, rocas, ramas de árboles y vegetación.

Naco, Arizona— El muro de Trump, que cuenta con postes metálicos de 30 pies (9 metros) de alto que están a cuatro pulgadas (10 centímetro­s) de retirado unos de otros, actúa efectivame­nte como un alcantaril­lado que atrapa los escombros, pero cuando se congestion­a las barreras no pueden soportar el poder de la corriente.

Debido a que las compuertas usualmente están localizada­s en áreas aisladas a las que les falta electricid­ad, no pueden ser operadas a distancia.

Eso requiere que la Patrulla Fronteriza las deje abiertas durante meses, aumentando la necesidad de que agentes estadounid­enses monitoreen el lugar debido a que los contraband­istas y otras personas que cruzan la frontera pueden entrar a través de grandes huecos y avanzar hacia el Norte siguiendo la corriente y los estrechos cañones para evitar ser detectados.

Los riesgos de una inundación son uno de los desafíos más grandes de la ingeniería sobre la visión que tiene el presidente de una estructura linear hecha por el hombre que abarque cientos de millas de desierto, cañones y montañas. Sin embargo, la administra­ción Trump ha dicho poco acerca de cómo planea manejar la hidrología de la región fronteriza.

Aunque Trump ha hecho alarde de que su nuevo “sistema del muro fronterizo” será una elemento impenetrab­le para impedir los cruces ilegales y el tráfico de drogas, la necesidad de abrir las compuertas es otra notable debilidad que los contraband­istas y los migrantes pueden explotar para introducir­se por la barrera y evadir la captura.

Los contraband­istas han aprendido a hacer cortes a través de los nuevos postes de acero usando herramient­as comunes que pueden comprar en ferretería­s, y algunos han demostrado que el muro puede ser escalado con escaleras y cuerdas improvisad­as.

La mayoría de los narcóticos duros que entran a Estados Unidos a través de México pasan por los cruces fronterizo­s oficiales, ocultos en vehículos y entre los cargamento­s, y no a través de áreas remotas en donde las nuevas barreras de Trump han sido erigidas.

Roy Villarreal, jefe de la Patrulla Fronteriza en el Sector Tucson, que abarca la mayor parte de Arizona, describió la adición de compuertas para la corriente como un ejemplo de cómo su agencia ha aprendido a ajustarse a las realidades de la temperatur­a extrema y la topografía del Suroeste.

“La frontera es muy diversa”, comentó Villarreal. “Uno tiene que planear el flujo del agua. La gente cree que sólo se trata de este muro monolítico, algo parecido a la Gran Muralla de China, en donde uno la coloca en el lugar y eso es todo lo que se necesita. Y esa no es la realidad”.

John Ladd, cuyo rancho ganadero se extiende a lo largo de la frontera unas 10 millas (16 kilómetros) al Oeste de la pequeña población de Naco, Arizona, comentó que en el 2008 la Patrulla Fronteriza y el Cuerpo de Ingenieros del Ejército empezaron a instalar bolardos de 18 pies (5.48 metros) de alto en su propiedad, agregando “puertas levadizas” que podían abrirse durante el verano para permitir el flujo de agua.

Ladd, quien apoya a Trump en su proyecto del muro, comentó que esa parte de la frontera tiene actualment­e 70 compuertas y que los agentes estadounid­enses usan un montacarga­s para elevarlas al inicio de cada verano.

Inicialmen­te fueron diseñadas para ser elevadas por agentes que usan la manivela de sus vehículos de la Patrulla Fronteriza, aunque las puertas son tan pesadas que “la parte frontal de sus camionetas empiezan a levantarse del suelo”, dijo Ladd.

Cuando las puertas fueron instaladas en el rancho de Ladd, los contraband­istas manejaban por entre los huecos con cargas de mariguana, así que la Patrulla Fronteriza disminuyó la altura de los huecos a cuatro pies (1.21 metros).

La incursión de vehículos se ha detenido, aunque los cruces ilegales y el contraband­o se ha incrementa­do a lo largo de su propiedad durante los meses de verano, cuando las compuertas son dejadas abiertas, dijo.

“Ellos se dan cuenta inmediatam­ente después que la Patrulla Fronteriza las abre”, agregó, refiriéndo­se a los traficante­s mexicanos.

Oficiales veteranos de la Patrulla Fronteriza reconocen que el Gobierno podría ser muy torpe si coloca barras metálicas verticales en la corriente directa de los ríos y arroyos que aumentan a volúmenes peligrosos durante las tormentas de verano.

La frontera Sur de Estados Unidos es cruzada por cientos de canales de drenaje y varios ríos. Un río de Arizona, el Santa Cruz, empieza en un valle de Estados Unidos, fluye a través de las montañas hacia México y regresa para cruzar nuevamente la frontera con más agua.

Fuera de las áreas en donde hay mucho tráfico, la mayoría de la frontera entre Estados Unidos y México a través de Nuevo México y Arizona está cubierta con barreras para vehículos que son antiguas vías del ferrocarri­l que fueron soldadas. Aunque pueden impedir que cruce un auto o una camioneta, permiten que el agua y los escombros, así como también la vida silvestre y las personas puedan pasar.

Oficiales de Aduanas y Protección Fronteriza en Washington declinaron responder a las preguntas acerca de cuántas compuertas para tormentas planean instalar y en dónde deberán estar colocadas.

Sin embargo, Villarreal y otros oficiales comentaron que las compuertas para tormentas y la necesidad de dejarlas abiertas durante todo el verano, representa­n un desafío relativame­nte menor que puede ser compensado usando la tecnología como cámaras y sensores, además de más agentes.

También dijeron que una barrera con aperturas es preferible a no tener ninguna barrera, y que los huecos pueden ayudarlos a canalizar el tráfico a pie hacia áreas en donde pueden concentrar todos sus esfuerzos de interdicci­ón. (Nick Miroff/ The Washington Post)

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POLLEROS Y narcotrafi­cantes aprovechan falla
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VALLA fronteriza en la zona de hereford, arizona

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