Deja virus a Changchún, China, ‘como un pueblo fantasma’
Paseña radicada en el país asiático narra experiencias con epidemia
Jazmín Mendoza es una joven maestra fronteriza que ahora radica en la ciudad de Changchún, provincia de Jilin, China, a unas mil millas de Wuhan, el epicentro de la epidemia mundial del coronavirus.
La paseña relata su vida en el país asiático como ‘si fuera una película’ debido a las precauciones que como residente debe tomar para evitar cualquier contagio.
“Ahorita la ciudad parece un pueblo fantasma, teníamos que volver a trabajar a la escuela desde el 30 de enero pero el Gobierno dice que no podemos salir; que hasta que se mande un nuevo comunicado volvamos a la ‘vida normal”, dijo.
Egresada de Mission Early College High School en el 2014 y de la Universidad de Texas en El Paso (UTEP) en el 2016, Jazmín tiene dos años viviendo en China.
“Aunque la ciudad en donde vivo no es una de las principales, cuenta con siete millones de habitantes. Extraño El Paso y Juárez, cuando uno está allá piensa que la ciudad es grande cuando en realidad la comunidad es muy unida y eso no se tiene en cualquier lado”, comentó en entrevista a El Diario de El Paso desde el encierro en su departamento en Jilin a las 2:45 de la madrugada en China.
El número de muertos por el coronavirus ha excedido el del brote de Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS) registrado en el 2002 y 2003 también en China.
Sin embargo, el número de personas que se han recuperado en todo el país también ha aumentado en los últimos días, lo que sugiere que la tasa de mortalidad del nuevo virus es relativamente baja. La Comisión de Salud de China informó que hubo 475 recuperaciones y 361 muertes en todo el país. A comparación de la epidemia registrada en el 2002, la cual tenía una tasa de mortalidad del 9.6 por ciento, aproximadamente el 2 por ciento de los infectados con el nuevo coronavirus han muerto.
“Fue alarmante al principio porque no sabíamos nada del virus, cómo se transmitía ni nada de eso, toda la gente entró en pánico al principio, porque el Gobierno mandó un mensaje diciendo que ‘usen cubrebocas, lávense las manos, por favor estén en sus casas’… entonces cuando empezó todo esto, fue a principios del Año Lunar, una de las fechas más populares en China…”, manifestó Jazmín.
Hasta este lunes, once casos de coronavirus habían sido confirmados en los Estados Unidos.
Transcurren los días en encierro
China anunció por primera vez un brote de una ‘misteriosa neumonía’ en la ciudad de Wuhan el 31 de diciembre. Han pasado 12 días desde que las autoridades comenzaron a colocar a decenas de millones de personas bajo encierro, incluyendo la zona en donde reside la paseña.
Jazmín cuenta, según su propia experiencia como residente en China, que la enfermedad inició a principios de diciembre del 2019, pero que el Gobierno sacó a la luz la información localmente hasta el 23 de enero.
“Conforme los días siguieron, los números de contagios iban en aumento, el número de personas fallecidas también. Mucha gente empezó a entrar en pánico, lo que ocasionó que subieran muchas cosas y se escasearan otras”, dijo.
“Filas en farmacias, el precio de los vegetales, de los cubrebocas se elevó muchísimo. Incluso en Internet los ofertan por 80 o 100 dólares”, comentó.
Dijo que la mayoría de los negocios están cerrados, y que los pocos que abren dejan de atender a la clientela a las 5 de la tarde. “La gente toma sus precauciones, los trenes, los aviones y los negocios cerrados. Lo que está abierto son algunos supermercados y farmacias, pero cierran muy temprano”, comentó Jazmín, quien dice llevar seis días sin haber salido de su departamento.
“Creo que mi familia en El Paso y en Juárez está más estresada que yo, lo cual se entiende estando tan lejos, pero estoy bien y esperemos que se termine esto rápido, que se encuentre una solución, vacuna o algo para poder regresar a nuestra vida normal.”, comentó.
De la frontera, al otro lado del mundo
Jazmín compartió con El Diario de El Paso cómo es que son sus días lejos de su familia y de la comunidad binacional que la vio crecer.
La trilingüe dice que la última vez que regresó a la frontera fue en octubre del 2019, a visitar a sus amigos y familiares tras casi dos años de vivir al otro lado del mundo.
“Momentos como estos te hacen extrañar mucho tu casa porque en casa tienes a tu familia ahí para apoyarte, aquí ahorita literal estamos solos, no podemos salir, está dura la cosa”, expresó.
Dijo que recuerda con nostalgia el cruzar la frontera para ir de visita con su familia en Juárez, la comida, la convivencia, pero sobre todo, la calidez de la comunidad.
“Amo El Paso, amo Juárez, amo la frontera, extraño mi casa, pero también amo mi trabajo, mis estudiantes y todo lo relativo con mi profesión. Me encanta lo que hago y es por eso que decido quedarme aquí, a pesar de lo que ocurre”, dijo.