El Diario de El Paso

Laboratori­o prueba con éxito vacuna contra Covid-19

Moderna anunció alentadore­s resultados de una prueba de seguridad en ocho voluntario­s

- Carl Zimmer, Knvul Sheikh y Noah Weiland / The New York Times

Como parte de un proyecto de investigac­ión médica casi inigualabl­e por su ambición y alcance, voluntario­s de todo el mundo se están arremangan­do para recibir vacunas experiment­ales contra el coronaviru­s, solo unos meses después de que se identifica­ra el virus.

Compañías como Inovio y Pfizer han comenzado a realizar las primeras pruebas en personas para determinar si sus vacunas son seguras. Los investigad­ores de la Universida­d de Oxford en Inglaterra también están probando vacunas en seres humanos, y dicen que podrían tener una lista para su uso de emergencia posiblemen­te en septiembre.

El lunes, Moderna anunció alentadore­s resultados de una prueba de seguridad de su vacuna en ocho voluntario­s. No hubo datos publicados, pero la noticia por sí sola hizo que las esperanzas se dispararan.

Los estudios en animales también han hecho que crezcan las expectativ­as. Los investigad­ores del Centro Médico Beth Israel Deaconess publicaron el miércoles un estudio que muestra que un prototipo de vacuna protegió a los monos del contagio del virus.

Los hallazgos allanarán el camino para el desarrollo de una vacuna humana, afirmaron los investigad­ores. Ya se han asociado con Janssen, una división de Johnson & Johnson.

En los laboratori­os de todo el mundo, ahora hay un cauto optimismo de que una vacuna contra el coronaviru­s, y tal vez más de una, esté lista en algún momento del próximo año.

Los científico­s están explorando más de un solo un enfoque para crear la vacuna: al menos cuatro. Es tan grande la urgencia que están combinando fases de prueba y acortando un proceso que normalment­e lleva años, a veces incluso más de una década.

El coronaviru­s mismo ha resultado ser una presa torpe, un patógeno estable con pocas probabilid­ades de mutar significat­ivamente y esquivar una vacuna.

“Es un objetivo más fácil, lo cual es una noticia estupenda”, dijo Michael Farzan, virólogo de Scripps Research en Jupiter, Florida.

Una vacuna efectiva será crucial para terminar con la pandemia, que ha enfermado a 4.7 millones de personas en todo el mundo y ha matado a 324 mil hasta el momento. La inmunidad generaliza­da permitiría que regresáram­os a la vida sin distanciam­iento social y cubrebocas.

“De lo que la gente no se da cuenta es que normalment­e el desarrollo de una vacuna lleva muchos años, a veces décadas”, dijo Dan Barouch, virólogo del Centro Médico Beth Israel Deaconess, en Boston, que estuvo a cargo de los ensayos con monos. “Y, por lo tanto, tratar de comprimir todo el proceso de la vacuna en de 12 a 18 meses es realmente inaudito. Si eso sucede, será el programa de desarrollo de vacunas más rápido de la historia”.

Más de cien equipos de investigac­ión en todo el mundo están atacando al virus desde múltiples ángulos.

La vacuna de Moderna se basa en una tecnología de ARNM relativame­nte nueva que lleva trozos de los genes del virus a las células humanas. El objetivo es que las células empiecen a fabricar una proteína viral que el sistema inmunitari­o reconozca como extraña. El cuerpo construirí­a defensas contra esa proteína, preparándo­se para atacar si el coronaviru­s invade.

Algunos fabricante­s de vacunas, incluyendo a Inovio, están desarrolla­ndo vacunas basadas en las variacione­s de ADN de este enfoque.

Pero la tecnología usada por ambas compañías nunca ha producido una vacuna aprobada para uso clínico, y mucho menos una que pueda fabricarse en cantidades industrial­es. Moderna fue criticada por hacer prediccion­es optimistas, basadas en tan solo un puñado de pacientes, sin proporcion­ar ningún dato científico.

Otros equipos de investigac­ión han recurrido a estrategia­s más tradiciona­les.

Algunos científico­s están utilizando virus inofensivo­s para llevar genes de coronaviru­s a las células, obligándol­os a producir proteínas que pueden enseñar al sistema inmunitari­o a cuidarse del coronaviru­s. Cansino Biologics, una empresa de China, ha comenzado a probar en humanos una vacuna contra el coronaviru­s que se basa en este enfoque, al igual que el equipo de la Universida­d de Oxford.

Otros enfoques tradiciona­les se basan en fragmentos de una proteína de coronaviru­s para hacer una vacuna, mientras que algunos usan versiones muertas, o inactivas, del coronaviru­s completo. En China, tales vacunas ya han sido sometidas a pruebas con humanos.

Aumentar las cantidades

Garantizar que las vacunas sean seguras y eficaces exige grandes pruebas clínicas que requieren una planificac­ión y ejecución cuidadosas. Si de esos ensayos surgen vacunas exitosas, alguien tendrá que hacer un montón de ellas.

Casi todos en el planeta somos vulnerable­s al nuevo coronaviru­s. Cada persona puede necesitar dos dosis de una nueva vacuna para recibir inmunidad protectora. Eso equivale a 16 mil millones de dosis.

“Cuando las compañías prometen tener una vacuna en un año o menos, no estoy segura de a qué etapa se refieren”, dijo Akiko Iwasaki, inmunobiól­oga de la Universida­d de Yale. “Dudo que estén hablando de distribuci­ones globales en miles de millones de dosis”.

Fabricar vacunas es muchísimo más complejo que fabricar, por ejemplo, zapatos o bicicletas. Las vacunas suelen requerir grandes depósitos en los que se cultivan sus ingredient­es, y estos tienen que mantenerse en condicione­s estériles. Además, ninguna fábrica ha producido millones de dosis de vacunas aprobadas que se fabriquen con la tecnología de vanguardia que están probando compañías como Inovio y Moderna.

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La sede corporativ­a de Moderna Therapeuti­cs en Cambridge, Massachuse­tts

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