Spacex enfrenta el desafío más grande de su historia
Esto podría anunciar un momento monumental en la exploración espacial humana
Washington— La empresa nunca supuso que tendría éxito. Aun su fundador hizo una apuesta que pocos apostadores la tomarían, 1 probabilidad de 10.
Sin embargo, Elon Musk decidió seguir delante de todas maneras, invirtiendo unos 100 millones de dólares de su propio dinero, a pesar de las protestas de sus amigos, familiares y de una lógica básica que decía que un empresario privado que no tiene experiencia en vuelos espaciales no debería iniciar una empresa de cohetes espaciales.
El resultado fue la creación de Tecnologías de Exploración Espacial, que se ha convertido en una de las versiones más improbables en la historia de las empresas estadounidenses, una combinación de disrupción, fallas y triunfo que la ha transformado, de ser una valiente empresa para convertirse en una poderosa industria que cuenta con unos 7 mil empleados.
Actualmente, Spacex es comúnmente conocida y enfrenta la prueba más significativa desde que fue fundada en el 2002. El 27 de mayo, esta empresa que tiene su sede en California tiene programado el lanzamiento de dos astronautas veteranos de la NASA, Bob Behnken y
Doug Hurley, a la Estación Espacial Internacional desde la misma plataforma de lanzamiento en el Centro Espacial Kennedy que envió la tripulación del Apolo 11 a la luna.
Si todo sucede de acuerdo con el plan, la misión podría anunciar un momento monumental en la exploración espacial humana: el primer lanzamiento de personas a la órbita realizado por una empresa privada.
Los dos astronautas serán elevados a la estación espacial por un elevador de potencia y una nave espacial que es propiedad y es operada por Spacex, marcando el final de una era en donde sólo las naves espaciales del gobierno pudieron lograr tales alturas y agregando otro paso importante a la privatización del espacio.
También se convertiría en una victoria para Spacex sobre su rival Boeing, la otra empresa que colabora para enviar astronautas de la NASA a la estación espacial, que ha tenido pésimos tropiezos a lo largo del camino.
Sin embargo, si falla la misión Spacex, podría ser un trágico retroceso que podría descarrilar el plan de la NASA para restaurar los vuelos espaciales con humanos desde suelo estadounidense y desatar la crítica de que la agencia espacial nunca debería haber subcontratado esa sagrada misión al sector privado.
El vuelo, que será el primero con astronautas de la NASA de Estados Unidos desde que el transbordador espacial fue retirado hace casi una década será la culminación de años de trabajo de Spacex y la NASA para terminar con la dependencia que tiene Estados Unidos sobre Rusia para enviar astronautas a la estación espacial.
Sin tener una manera de poner a los astronautas en órbita, la NASA ha tenido que depender de los rusos para llegar al espacio, un hecho que ha avergonzado a la agencia, pero eso pronto llegará a su final si Spacex tiene éxito.
Para llegar a ese punto, Spacex y la NASA han formado una extraña dupla de la burocracia gubernamental de 62 años y una empresa en ciernes que está en su adolescencia y que ha adoptado la falla como una herramienta de aprendizaje.
En ocasiones, ha sido una relación tensa, especialmente desde que Spacex sufrió la explosión de dos de sus cohetes Falcon 9, uno durante una misión en el 2015 para hacerse cargo de la estación espacial y otra un año después mientras estaba cargando combustible en la plataforma de lanzamiento antes de una prueba de motor para el lanzamiento de un satélite comercial.
Luego, el año pasado, la misma nave espacial Dragon que podría trasladar a los astronautas a la estación explotó durante una prueba para abortar motores.
Pero ahora, para lanzar astronautas juntos por primera vez, tanto la NASA como Spacex han dicho que las fallas anteriores han sido investigadas y remediadas.
El año pasado, Spacex completó exitosamente una misión de prueba de su nave espacial Dragon sin tripulación que fue enviada a la estación espacial.
A principios de este año, realizó lo que NASA calificó como una prueba impecable del sistema de abortar en vuelo que podría transportar con toda seguridad a los astronautas en el caso de una emergencia, un artefacto que el transbordador espacial no tenía.
Tanto Spacex como la NASA aseguran que después de años de arduo trabajo y pruebas, están casi preparados para volar. El jueves, los equipos procederán con la “revisión de la preparación del lanzamiento”, lo cual es un indicio de que se sienten confiados con la fecha, a pesar de cualquier serie de problemas, mal clima, problemas mecánicos de último minuto, que podrían retrasar el lanzamiento.
Spacex y la NASA “están trabajando diligentemente para lograr que los vehículos estén preparados”, comentó Kathy Lueders, encargada del programa de tripulación comercial de la NASA, durante una reciente conferencia de prensa.
Agregó que los equipos “han pasado por todas las revisiones y están asegurándose que están preparados para esta importante misión de volar de manera segura. Este es un aleccionador trabajo y creo que eso lo ha compensado”.
Aun bajo una circunstancia ideal, el lanzamiento de astronautas es una tarea peligrosa y arriesgada, sin embargo, Spacex y la NASA lo van a hacer durante la pandemia del coronavirus, agregando otro grado de dificultad a una misión que no tiene espacio para el error.
Por lo menos la mitad de los ingenieros de Spacex están trabajando desde casa, comentó Gwynne Shotwell, presidenta y jefa de operaciones de Spacex.
Los que vienen a la fábrica están manteniendo su distancia, dijo. Funcionarios de la NASA han urgido a todos, excepto al personal esencial a quedarse en casa durante la misión.
Para que el lanzamiento de un cohete sea exitoso, “un millón de cosas tienen que hacerse correctamente”, que es la frase que le gusta usar a Shotwell. “Una sola cosa tiene que salir mal para tener un día particularmente malo”.
“En lo que se refiere a mi equipo, ellos no necesitan que les recuerde acerca de lo crucial que es el trabajo que cada persona está haciendo para esta misión”, dijo.
Si falla la misión, podría ser un trágico retroceso en los planes de la NASA
Todos en Spacex saben lo que está en juego” Gwynne Shotwell presidenta de Spacex