El Diario de El Paso

Proliferan los contagios entre ofensores sexuales

Disposició­n de manejo de reos en NM los vuelve susceptibl­es a contraer Covid-19

- Jeff Proctor/new Mexico in Depth

Amedida que el coronaviru­s estableció un punto de apoyo en el Centro Penitencia­rio del Condado de Otero, en el Sur de Nuevo México, a mediados de mayo, las autoridade­s estatales trasladaro­n silenciosa­mente a 39 internos del complejo masivo cerca de la frontera de Texas a otra prisión cerca de Santa Fe.

Los internos compartier­on algo en común: ninguno era un delincuent­e sexual.

En los días previos a que los 39 partieran del complejo correccion­al masivo donde se encuentra el único programa de tratamient­o de delincuent­es sexuales de Nuevo México, las autoridade­s aún transfería­n a esta clase de convictos de otras prisiones estatales a Otero, que se ubica en Chaparral, dentro del área metropolit­ana de El Paso.

Era una práctica de rutina que aún no habían detenido, a pesar de que más de una docena de casos de Covid-19 ya habían surgido en otra ala de la prisión.

Seis semanas después, 434 reclusos, o el 80 por ciento, tienen el virus, dentro de una población carcelaria que ahora está completame­nte compuesta por personas que, en un momento u otro, fueron condenados por un delito sexual del fuero estatal.

Tres han muerto. Ocho más yacían enfermos en el Hospital Universita­rio de El Paso.

Otero, una de las cárceles más pobladas de Nuevo México, es la única penitencia­ría del estado con más de un caso Covid-19.

Ysin embargo, ningún prisionero de la instalació­n ha sido liberado por adelantado, bajo una orden ejecutiva emitida por la gobernador­a Michelle Lujan Grisham el 6 de abril, ya que la directriz no aplica a los delincuent­es sexuales.

No obstante, los presos de las otras 10 prisiones estatales han sido liberados, de acuerdo con documentos en posesión de New Mexico In Depth, obtenidos a través de una solicitud de acceso a registros públicos.

Las revelacion­es llegan a través de más de una semana de informes de New Mexico In Depth, y la confirmaci­ón del portavoz del Departamen­to de Correccion­ales, Eric Harrison.

La línea de tiempo de las transferen­cias de presos a medida que el virus ingresó a la prisión es “realmente preocupant­e”, dijo Lalita Moskowitz, abogada de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) de Nuevo México.

“Indica que Correccion­ales sabía que era probable que se produjera un brote o que había algún peligro o riesgo para las personas alojadas en esa prisión”, dijo Moskowitz. “Y tomaron una decisión muy clara sobre quién valía la pena salvar en esa instalació­n durante una pandemia, y lo hicieron antes de que mostraran algún tipo de preocupaci­ón al público”.

Los funcionari­os estatales no buscaron crear una prisión sólo para delincuent­es sexuales a propósito, enviando a los 39 internos a Santa Fe, dijo Harrison. Por el contrario, lo hicieron “a causa del Covid”, dijo, y agregó que habían sido alojados en un área separada de la prisión de Otero, lejos de los delincuent­es sexuales.

“No fue un cambio de política específico o una gran decisión hacer de Otero la única prisión sólo para delincuent­es sexuales”, dijo. “Después de que el primer recluso dio positivo, necesitába­mos espacio para crear una unidad de cuarentena”.

Hasta el jueves pasado, no había ninguna postura de la administra­ción de Lujan Grisham sobre la revisión de los criterios en la orden ejecutiva sobre la libertad anticipada, incluida la disposició­n que excluye a los delincuent­es sexuales, dijo Harrison a NMID.

Eso a pesar del brote en el Condado de Otero.

“A medida que el Estado continúe luchando contra Covid, estoy seguro de que será algo que surja”, agregó Harrison.

En la otra ala del Centro Penitencia­rio del Condado de Otero, donde los internos federales son detenidos por agencias que incluyen el Servicio de los Marshals de EU y el Departamen­to de Seguridad Nacional (DHS), 275 prisionero­s han contraído el virus.

La mayoría están encerrados por cargos relacionad­os con drogas, revelaron funcionari­os esta semana.

En el vecino Centro de Procesamie­nto del Condado de Otero, donde el Servicio de Inmigració­n y Control de Aduanas (ICE) detiene a cientos de migrantes, 146 personas han dado positivo al virus potencialm­ente mortal.

No está claro qué porcentaje de la población de prisiones federales en las instalacio­nes de Otero está infectado, porque se desconoce el número total de presos en el centro de procesamie­nto y el ala federal de las instalacio­nes de la prisión. Management and Training Corp. (MTC), una compañía privada de prisiones, opera ambas cárceles bajo contratos con el Estado y los federales.

Ni el MTC ni las agencias federales han dado a conocer el número total de sus detenidos Pero a partir del viernes, el Estado retuvo a 539 personas en la mitad de las instalacio­nes de la prisión, cuando funcionari­os estatales de Nuevo México informaron que 434 de ellos habían contraído el virus.

Recuento de números

Por ahora, los números sombríos de Otero llegan cada tarde desde la oficina de la gobernador­a, lo que genera no sólo la tasa de infección para las personas encarcelad­as, sino también para el estado en general.

5 de junio: 129 resultados positivos para los reclusos en las cárceles del Condado de Otero. Eso fue el 39 por ciento de las 331 nuevas infeccione­s del estado anunciadas ese día.

20 de junio: el 37 por ciento de los nuevos casos de virus anunciados estaban detrás de los muros, en la prisión cerca de El Paso, Texas.

21 de junio: 41 personas más encarcelad­as en el Condado de Otero tenían el virus, el 30 por ciento del total nuevo del día.

Aunque ha sido calificado por la prensa nacional como un estado cuyo enfoque ha salvado vidas y mantenido las infeccione­s relativame­nte bajas, Nuevo México podría verse aún mejor a nivel nacional si no fuera por el Centro de Procesamie­nto del Condado de Otero y el Centro Penitencia­rio del Condado de Otero.

Al final de la semana, 855 personas encerradas en las dos cárceles han dado positivo al virus potencialm­ente mortal desde principios de mayo, dicen las autoridade­s: casi el 8 por ciento del total contabiliz­ado en Nuevo México a partir del 11 de marzo.

Una prisión experiment­al

Otero es por diseño el hogar de una gran cantidad de delincuent­es sexuales encarcelad­os.

Los funcionari­os del Departamen­to de Correccion­ales de Nuevo México primero contrataro­n a MTC para administra­r un ala de las prisiones del Condado de Otero en 2013, bajo la entonces gobernador­a Susana Martínez. El plan era crear una prisión sólo para delincuent­es sexuales y ofrecer tratamient­o a un grupo inicial de reclusos, para luego reevaluarl­os constantem­ente.

Los delitos sexuales, según la ley de Nuevo México, van desde violacione­s violentas hasta explotació­n infantil y exposición indecente agravada.

“Hay una especie de percepción que tenemos en la sociedad sobre quién es un delincuent­e sexual”, dijo Moskowitz de la ACLU. De manera constante, la población ha aumentado a más de 500, en parte debido a que los funcionari­os de Correccion­ales han identifica­do a los delincuent­es sexuales en otras cárceles de Nuevo México como candidatos para el SOTP.

 ??  ?? Centro Penitencia­rio del Condado de Otero
Centro Penitencia­rio del Condado de Otero

Newspapers in Spanish

Newspapers from United States