Infunde Trump miedo para no llenar Censo
San Antonio— Siempre que el padre Carmelo Hernández hace una aparición en vivo en el canal de Youtube de su iglesia, hace la misma pregunta cada semana: “¿Ya llenaron el formato del Censo?”.
Los feligreses de la iglesia católica San León Magno, situada en Houston, son mayormente hispanos, indocumentados o tienen un estatus mixto, y viven en una de las ciudades más diversas del país.
Hernández pasó meses usando el púlpito para desmitificar el censo, acabar con la mala información y tranquilizar los temores que sus congregados tienen acerca de ser contados.
Sin embargo, la noticia de que el presidente Donald Trump firmó un memorándum este martes que podría excluir a muchos de los feligreses de una distribución congresista, ha sido suficiente para atemorizarlos y para que vuelvan a ser invisibles, dijo.
Para ellos, esta es la prueba –a pesar de los muchos esfuerzos que ha hecho Hernández para demostrar lo contrario– de que el censo es una trampa y debe ser evitado.
Ven estrategia en orden para excluir a indocumentados en la redistritación
San Antonio— “Éste es un intento obvio para emplear el censo como un arma y asegurarse que la gente siga pensando lo mismo”, comentó Nabila Mansoor, directora ejecutiva del Capítulo en Texas de Emgage USA, que colabora cercanamente con la comunidad musulmana-estadounidense de Texas.
“La demografía está cambiando de tal manera que nuestros distritos van a ser más diversos y van a incluir mucha más gente que no estaba aquí antes. Si uno elimina la comunidad indocumentada, vamos a permitir que esos distritos que están manipulados electoralmente se diluyan aún más”.
Trump dijo este martes que le dio instrucciones al secretario de Comercio “para que excluya a los extranjeros ilegales de la base de distribución después del censo del 2020”, agregando que esa medida “refleja un mejor entendimiento de la Constitución y es consistente con los principios de nuestra democracia representativa”.
Graves consecuencias
El excluir a los migrantes indocumentados del conteo de personas que se hace cada 10 años y que viven dentro de las fronteras de Estados Unidos podría tener consecuencias significativas en Texas, que alberga a un estimado de 1.6 millones de inmigrantes indocumentados y ha registrado un masivo cambio demográfico desde el 2010, de acuerdo al Buró del Censo de Estados Unidos y al Instituto de Política Migratoria.
Algunos expertos estiman que la cifra verdadera es cercana a los 2 millones de personas, y que más de 107 mil beneficiaros del DACA, personas que fueron traídas al país durante su niñez, residen en el estado.
Las áreas urbanas de Houston, Dallas-fort Worth y Austin –que están creciendo más rápido en el país– tienen parte de los números más altos de residentes indocumentados en el país, de acuerdo al Centro de Investigación Pew.
Ellos representan una enorme parte de la fuerza laboral y contribuyen con billones de dólares a la economía, según muestra un estudio.
Tan sólo Houston alberga aproximadamente medio millón de inmigrantes indocumentados. Los activistas aseguran que lo que es más preocupante que no contar a esas personas es que muchas de ellas viven en hogares en donde hay niños y familiares que son ciudadanos estadounidenses: que también podrían ser dejados fuera del conteo oficial.
Desafíos constitucionales
Expertos señalan que el intento que está haciendo la administración Trump de cambiar el proceso del censo que lleva 230 años de antigüedad enfrentará desafíos constitucionales, los que se oponen a Trump dicen que esto representa la más reciente de varias acciones que pretenden suprimir el conteo y sesgar la información sobre la población del país.
La Suprema Corte echó abajo el esfuerzo de la administración para incluir la pregunta sobre la ciudadanía en el censo, varios grupos entablaron demandas después que Trump les ordenó a las agencias federales que compartieran la información sobre la ciudadanía con el Departamento de Comercio.
“La sola conversación es devastadora”, comentó Graci Garcés, directora de colaboraciones de Bakerripley, una organización que se dedica al desarrollo comunitario en Texas.
“Esto podría exacerbar la sensación que existe entre las comunidades de inmigrantes de que no cuentan y que no existen”.
Garcés y su equipo han pasado años trabajando con vecinos de la comunidad Gulfon-sharpstown de Houston para ganarse su confianza y explicarles cómo los puede ayudar el Censo.
Apodado la “Isla Ellis de Houston”, es uno de los vecindarios más densos y diversos del Condado Harris. Tiene su propio sistema del censo. Calle tras calle están llenas de complejos de apartamentos llenos de inmigrantes y familias de refugiados de todo el mundo.
Bakerripley ha invertido en Gulfton-sharpstown, en donde tiene un centro comunitario y de programación diseñado para ayudar a las familias.
El memorándum de Trump también amenaza el financiamiento de esa organización, que está basado en la información del censo.
“Se tiene proyectado que el área más grande Houston va a perder 15 mil 700 dólares de financiamiento federal por cada ser humano que no sea contado”, comentó Deborah Chen, directora de los programas de participación cívica del Capítulo en Houston de OCA-ASIAN Pacific American Advocates.
Punto de quiebre
Texas se encuentra en un punto de inflexión con este censo como resultado del explosivo crecimiento del estado durante la década pasada.