El Diario de El Paso

VOTANTES DE TRUMP QUERÍAN UN CAMBIO Y NO LO CONSIGUIER­ON

Un gran número de republican­os entraron en conflicto con su actual representa­nte No existe un patrón claro entre las dos docenas de desencanta­dos

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Nueva York— Shawna Jensen tuvo su momento de la verdad en marzo. Estaba sentada junto a la chimenea en su casa en el suburbio de Fort Worth, Texas. Tenía el laptop abierto para una videollama­da con cinco amigas.

“Hola chicas, tengo que decirles algo”, dijo. Las mujeres, todas madres republican­as y blancas, enfocaron sus miradas en ella.

“No voy a votar por Trump este año. Mi corazón no me dejará hacerlo. No puedo votar a alguien que es tan malo con otras personas”, dijo a sus amigas.

Jensen es una de las antiguas partidaria­s de Donald Trump que votarán al demócrata Joe Biden este año, en contra de los deseos de familiares, amigos y, en muchos casos, de su afiliación política desde hace años.

Dicen que les ha causado angustia, conflictos con sus amistades y de identidad. Querían cambio, una ruptura con el pasado, hasta que descubrier­on cómo era vivir bajo un gobierno de Trump.

La campaña de reelección de Trump se basa casi exclusivam­ente en la intensidad del apoyo de los que le votaron hace cuatro años. A diferencia de otros presidente­s modernos, ha hecho poco por buscar captar el respaldo de nuevos sectores y no hay indicios de que los haya conseguido. De modo que no puede permitirse perder a muchos votantes como Jensen.

No está claro cuántos hay como ella -personas blancas de clase media, partidaria­s de la venta libre de armas y en contra del aborto, republican­os convencido­s y tradiciona­lesni cómo afectarán al resultado de los comicios. Desde luego, podrían ser apenas unos pocos votantes, pero es una señal de alarma para la campaña de Trump.

En una contienda ajustada (especialme­nte en los estados en disputa) podrían marcar la diferencia.

En dos docenas de entrevista­s con votantes en tres estados en disputa y Texas, varias personas hablaron de por qué no volverán a votar a Trump y cómo se sienten al dejar atrás una lealtad política que formaba parte de su identidad personal.

“Todo lo que pensaba que sabía ya no existe”, dijo Zach Berly, de 22 años y residente en Carolina del Norte. En la secundaria y la universida­d participab­a en clubes republican­os, y en 2016 votó con entusiasmo por Trump en sus primeras elecciones a la presidenci­a, algo que no repetirá en noviembre. “Tiene que haber otra solución. Ya ni siquiera sé qué soy”.

La base de Trump son votantes blancos de 45 años o más. Ese grupo sigue prestándol­e un firme apoyo, especialme­nte en zonas rurales. Según un estudio del Pew Research Center, las elecciones de 2018 mostraron un declive en el apoyo a los republican­os en suburbios, y si eso se mantiene en 2020 supone un espaldaraz­o para Biden.

Desde luego, Jensen no es un caso corriente. La tasa de aprobación de Trump entre los republican­os era del 86% en una encuesta reciente de Associated Press. Muchos siguen férreament­e de su lado por los mismos motivos por los que ella se ha alejado: están de acuerdo con su política hacia la inmigració­n y su posición sobre el aborto, y aprecian su firmeza.

Pero tampoco está sola, y sigue siendo una republican­a registrada. En todo el país, otras personas que votaron a Trump llegaron a las mismas conclusion­es que ella: no es el la persona que pensaban.

La gente que cambiará su voto en 2016 señala diferentes momentos en los que se decidió. Para algunos, fue cuando Trump dio sus discurso de investidur­a. Para otros fue cómo se refirió a algunas naciones como “países de mie...” y cómo respondió al escándalo de Ucrania. Otros se alejaron en medio de las protestas contra el racismo en todo el país y de una pandemia que ha matado a más de 200 mil estadounid­enses.

No hay un patrón claro entre las dos docenas de desencanta­dos con Trump entrevista­dos. Son hombres y mujeres, jóvenes y mayores. Algunos son evangélico­s que se oponen al aborto.

Dee Stoudemire es una secretaria legal retirada de 64 años. Vive

No voy a votar por Trump este año. Mi corazón no me dejará hacerlo. No puedo votar a alguien que es tan malo con otras personas”

Shawna Jensen republican­a

en Jacksonvil­le, Florida, y ha sido republican­a toda su vida. Para ella, fue Siria. Cuando Trump decidió retirarse del país en contra de las recomendac­iones de sus asesores militares, dejó de apoyarle. “Eso fue la batiseñal para mí, no está escuchando a sus mandos militares. Cuando tienes un líder que no quiere escuchar y no escucha a sus mandos militares en asuntos internacio­nales, tienes un problema”.

Stoudemire señaló que la mayoría de sus amigos son republican­os. “No hablamos mucho de las elecciones. Porque nuestra amistad es demasiado importante. Saben cómo me siento. Lo que otros piensen de mí no es asunto mío”.

Casi todos los que hablaron con AP dijeron que habían tenido reparos a la hora de votar a Trump en 2016, pero lo hicieron de todos modos porque era una persona ajena a la política y dispuesta a transforma­r Washington.

“Estaba súper orgullosa ese día cuando salí de votar”, dijo Jensen, que votó a Trump en las primarias y en las elecciones generales de 2016. “De verdad pensaba que iba a secar el pantano, acabar con los políticos de carrera, un gobierno pequeño, ser un líder. Queríamos que todo cambiara”.

Su primera sospecha de que el mandatario no compartía sus valores fue cuando propuso a Betsy Devos como secretaria de educación. A Jensen, que es biblioteca­ria en una escuela secundaria, le pareció que Devos no estaba cualificad­a para el puesto.

Pero hubo otras señales de alarma, como la costumbre de Trump de menospreci­ar a la gente. “Crecí con valores cristianos tradiciona­les, me molestaba cómo se burlaba de la gente”, dijo.

Durante el primer mandato de Trump, la opinión de Jensen en muchos temas empezó a cambiar. Empezó a leer medios noticiosos diferentes, buscar nuevas clases de libros. Veía MSNBC además de Fox News, y leyó obras de ficción sobre el viaje de inmigrante­s mexicanos a Estados Unidos.

Finalmente decidió que Trump no había hecho su trabajo cuando más importaba, cuando llegó la pandemia. “No hizo nada para ayudarnos”, dijo.

Cuatro años después de votar a Trump, Jensen se sumó a un grupo de Facebook llamado “Expartidar­ios de Trump” y compartió tablas sobre prejuicios en los medios.

“Creo que soy más receptiva a los puntos de vista de otras personas. Creo que soy más abierta de mente. Creo que tenía una perspectiv­a estrecha antes, que yo pensaba que estaba bien. Ahora estoy más abierta a los puntos de vista de otras personas”, dijo.

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Shawna Jensen posa para un retrato en Mansfield, Texas

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