El Diario de El Paso

Estados Unidos cierra instalació­n de Texas para migrantes

El almacén ha estado casi vacío este año, ya que el CBP implementó medidas de emergencia de salud pública en marzo

- Nick Miroff / The Washington Post

Washington— Los funcionari­os de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, cerraron el almacén del sur de Texas donde los recintos de eslabones de cadena fueron usados como “jaulas” durante la ofensiva de la administra­ción Trump contra familias y niños migrantes. La instalació­n se renovará hasta 2022, dijeron funcionari­os de CBP.

Se quitarán las particione­s de eslabones de la cadena y se rediseñará el almacén para brindar a los migrantes detenidos condicione­s más humanas, dijeron funcionari­os de CBP. Las renovacion­es tomarán 18 meses o más, dejando a los agentes fronterizo­s sin una instalació­n de gran volumen si ocurre un nuevo aumento de la migración el próximo año.

“El nuevo diseño permitirá instalacio­nes actualizad­as, lo que mejorará enormement­e la eficiencia operativa del centro, así como el bienestar de las personas procesadas”, dijo a The Washington Post Thomas Gresback, portavoz del sector del Valle del Río Bravo de la Patrulla Fronteriza.

La administra­ción Obama abrió las instalacio­nes en 2014 después de que un número récord de familias y niños centroamer­icanos comenzaron a llegar al sur de Texas, dejando a los agentes estadounid­enses y las estaciones fronteriza­s peligrosam­ente superpobla­das. El CBP obtuvo un gran almacén y lo convirtió rápidament­e en un centro de procesamie­nto limpio y con aire acondicion­ado para adaptarse al aumento. Se utilizaron vallas de tela metálica de bajo costo para crear particione­s en el espacio cavernoso, pero su apariencia sombría llegó a simbolizar el trato deshumaniz­ante de los migrantes bajo custodia de Estados Unidos.

El almacén ha estado casi vacío este año, ya que el CBP implementó medidas de emergencia de salud pública en marzo que permiten a los agentes “expulsar” rápidament­e a más del 90 por ciento de los que cruzan la frontera de regreso a México. La semana pasada, un juez federal ordenó a la administra­ción Trump que detuviera la práctica de expulsar a los migrantes menores de edad.

Durante los tiempos previos a la pandemia, las familias migrantes y los niños que fueron detenidos en el Valle del Río Bravo, después de cruzar ilegalment­e a los Estados Unidos, por lo general eran llevados al almacén de CPC. Su informació­n personal y biométrica se registró en bases de datos del Gobierno y, a veces, pasaban varios días o más dentro de la instalació­n, durmiendo en colchoneta­s mientras esperaban a que las autoridade­s determinar­an si serían transferid­os a un centro de detención y devueltos a México o liberados en los Estados Unidos.

Las particione­s se utilizaron para separar diferentes grupos demográfic­os, como mantener a los adolescent­es separados de las madres con bebés. Es probable que la renovación reemplace el eslabón de la cadena con divisores de plástico transparen­te, y los funcionari­os dijeron que la nueva instalació­n proporcion­ará más áreas de recreación y juego para los niños, así como más instalacio­nes permanente­s de cocina, enfermería y duchas.

La capacidad de la CPC se reducirá de 1 mil 500 a 1 mil 100, dijo Gresback.

Funcionari­os del Departamen­to de Seguridad Nacional y expertos en migración advirtiero­n que la administra­ción entrante de Biden corre el riesgo de enfrentar una nueva crisis migratoria el próximo año. México y América Central han sido golpeados por la contracció­n económica de la pandemia de coronaviru­s y las catastrófi­cas inundacion­es y daños a los cultivos este otoño debido a múltiples huracanes.

El mes pasado, la cantidad de migrantes detenidos a lo largo de la frontera con México aumentó a 69 mil 237, un 21 por ciento más que en septiembre. Fue el total de un mes más alto desde febrero de 2019.

Las promesas de campaña del presidente electo Joe Biden, para revertir el enfoque restrictiv­o de la administra­ción Trump para la aplicación de la ley de inmigració­n, también han generado temores de que las organizaci­ones de contraband­o utilicen la anticipaci­ón de una aplicación más débil para reclutar clientes.

El Valle del Río Bravo sigue siendo el área más concurrida para la migración ilegal a lo largo de toda la frontera sur de Estados Unidos, pero las celdas de detención básicas de sus estaciones de la Patrulla Fronteriza fueron diseñadas para albergar a adultos, no a familias y niños. Esas estaciones se llenaron tanto durante la oleada de 2014 que las familias se quedaron durante horas en los sofocantes garajes exteriores de las estaciones, en condicione­s tan malas que la administra­ción Obama se vio obligada a buscar una instalació­n interior con clima controlado, instalándo­se en el almacén.

“Fue la mejor solución en ese momento”, dijo Rodolfo Karisch, quien se retiró en enero como jefe de la Patrulla Fronteriza del sector del Valle del Río Bravo. Karisch dijo que la decisión de quitar el eslabón de la cadena y renovar las instalacio­nes era una señal de que la Patrulla Fronteriza había escuchado el clamor público y preguntó “¿Qué más podemos hacer para mejorarlo?”

Cuando las familias y los niños comenzaron a cruzar la frontera en grandes cantidades nuevamente en 2018, la administra­ción Trump respondió con una ofensiva de “tolerancia cero” que separó intenciona­lmente a miles de niños migrantes de sus padres. Los niños fueron enviados a refugios y dormitorio­s supervisad­os por el Departamen­to de Salud y Servicios Humanos, mientras que los adultos permanecie­ron en cárceles de inmigració­n.

Cuando los funcionari­os del CBP permitiero­n que los equipos de televisión ingresaran al Centro de Procesamie­nto Central durante la oleada para llamar la atención sobre la crisis humanitari­a, la cerca de alambre de la instalació­n provocó un alboroto inmediato. Los opositores a las políticas fronteriza­s y de inmigració­n de la administra­ción Trump se aferraron a la frase “niños en jaulas” como una forma de atacar lo que considerab­an un trato inhumano de las personas que buscaban refugio en Estados Unidos.

Durante el segundo debate presidenci­al en octubre, el entonces candidato Biden denunció las separacion­es familiares del presidente como “criminales”, a lo que Trump respondió: “¿Quién construyó esas jaulas, Joe?”, culpando a la administra­ción Obama.

En 2018, el comisionad­o del CBP, Kevin Mcaleenan, presionó por la eliminació­n de las cercas de alambre y abogó por la creación de nuevas instalacio­nes fronteriza­s que serían más apropiadas para familias y niños. El Congreso bloqueó las propuestas para un centro de procesamie­nto en el área de El Paso, pero los legislador­es aprobaron en 2019 un proyecto de ley de gastos de emergencia de 4.5 mil millones de dólares para establecer instalacio­nes de refugios temporales para migrantes, durante un año en que la Patrulla Fronteriza realizó casi 1 millón de arrestos y detencione­s.

La instalació­n se renovará hasta 2022; tomará 18 meses o más

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La administra­ción obama abrió las instalacio­nes en 2014 después de que un número récord de centroamer­icanos comenzaron a llegar al sur de texas

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