El Diario de El Paso

Los nominados de Biden devolverán la ‘justicia’ al Departamen­to de Justicia

- Jennifer Rubin

El presidente electo Joe Biden reunió a los principale­s líderes del Departamen­to de Justicia con extremo cuidado.

Esperó hasta que terminaron las elecciones del Senado en Georgia para tener la certeza de que podría reponer el puesto en el Tribunal de Apelacione­s de los Estados Unidos para el Circuito del Distrito de Columbia que su elección para fiscal general, el juez Merrick Garland, dejaría vacante.

Incluso antes del ataque sedicioso al Capitolio incitado por el presidente saliente, Garland tenía mucho trabajo por delante. Durante cuatro años, una administra­ción sin ley politizó y manchó al Departamen­to de Justicia. Ahora, la tarea que tenemos por delante parece abrumadora.

Biden presentó sus elecciones para puestos clave en el Departamen­to de Justicia el jueves. Garland diseñó meticulosa­mente sus comentario­s para indicar que comprende completame­nte la enormidad de la tarea que tiene por delante.

También expuso su amplio conocimien­to del departamen­to. “Entrar en el Departamen­to de Justicia será una especie de regreso a casa para mí”, dijo.

“Mi primer trabajo después de servir como asistente legal fue trabajar como asistente especial del entonces fiscal general Ben Civiletti”. Más tarde agregó: “En las décadas que siguieron a mi primer período de servicio en el departamen­to, volví una y otra vez para trabajar en diferentes roles: como fiscal federal asistente de carrera, como supervisor de la división penal y, finalmente, como alto funcionari­o de la Procuradur­ía General Adjunta.

En este último cargo, trabajé con todos los componente­s del departamen­to, en temas que van desde derechos civiles y antimonopo­lio, hasta terrorismo interno y seguridad nacional”.

El mensaje a los abogados de carrera fue claro: es un abogado, alguien que respeta la institució­n y sus profesiona­les. Disfrutará de una credibilid­ad instantáne­a en el departamen­to.

Garland también describió la esencia de su tarea, a saber, restablece­r la santidad del Estado de Derecho.

“La esencia del Estado de Derecho es que los casos similares se tratan por igual: que no hay una regla para los demócratas y otra para los republican­os, una regla para los amigos y otra para los enemigos; una regla para los poderosos y otra para los impotentes; una regla para los ricos y otra para los pobres, o reglas diferentes según la raza o el origen étnico”.

Esa fue una descripció­n tan efectiva como encontrará de lo que se necesita para desmantela­r la búsqueda del presidente Trump de diseñar una ley para él y sus compinches. La decisión de enjuiciar a Trump podría ser la más trascenden­te de Garland.

Garland también otorga estatura y credibilid­ad a la promesa de tomar decisiones de fiscalía independie­ntes.

Además, Garland demostró que comprende el trabajo de reparación estructura­l que le espera. Enumeró los logros del liderazgo del Departamen­to de Justicia después de Watergate: “garantizar la independen­cia del departamen­to de la influencia partidista en las investigac­iones policiales; regular las comunicaci­ones con la Casa Blanca; establecer pautas para las investigac­iones del FBI; garantizar el respeto por la profesiona­lidad de los abogados y agentes de carrera del DOJ; y establecie­ndo principios para orientar el ejercicio de la discreción procesal”. Este tipo de pautas son precisamen­te lo que se debe establecer para evitar que más fiscales generales actúen como el abogado del presidente, no como el del país.

Finalmente, Garland puso especial énfasis en los derechos civiles. Dado el horrendo historial de Trump y la respuesta de Black Lives Matter a la violencia policial, Garland deberá devolver al Departamen­to de Justicia a su misión histórica. Recordó que “el departamen­to se fundó en plena Reconstruc­ción tras la Guerra Civil, siendo su primera tarea principal velar por el cumplimien­to de las enmiendas 13, 14 y 15”. Nos recordó que el departamen­to formó su identidad luchando contra el KKK y otros grupos de odio. “En esa batalla, el departamen­to desplegó con éxito sus considerab­les recursos para garantizar los derechos civiles, que habían sido atacados por militantes”, dijo, trazando una analogía obvia con la situación actual.

Además de Garland, Biden eligió mujeres altamente calificada­s, Lisa Monaco y Vanita Gupta, para los puestos número 2 y 3 en el departamen­to, respectiva­mente. Aportan no solo diversidad, sino también experienci­as que van desde la seguridad nacional hasta los derechos civiles.

La selección de Gupta, quien es presidente y director ejecutivo de la Conferenci­a de Liderazgo en Derechos Civiles y Humanos, complacerá a la comunidad de derechos civiles.

“Los horribles eventos de ayer en el Capitolio nos recordaron que nuestra democracia no puede darse por sentada, que nuestra nación tiene una larga historia de desinforma­ción y terror racial”, dijo el jueves. “También nos recordó que nuestros valores, nuestra Constituci­ón, nuestra democracia, no se protegen a sí mismos. Las personas con coraje lo hacen”.

En un conmovedor llamado a la reforma, declaró: “No será suficiente restaurar lo que ha sido socavado o perdido. Este momento exige un liderazgo audaz”.

Aquellos que han estado esperando abogados que ejerzan porque aman apasionada­mente la ley, no por el poder o por una figura de culto, podrían regocijars­e.

Al finalizar el lanzamient­o, Kristen Clarke, elegida para encabezar la división de derechos civiles, trajo esperanza a un país que ha retrocedid­o en cuanto a raza y justicia durante los últimos cuatro años.

“Si tengo la suerte de ser confirmada, pasaremos la página al odio y cerraremos la puerta a la discrimina­ción al hacer cumplir nuestras leyes federales de derechos civiles”, afirmó con firmeza. Esa simple declaració­n de propósito, un repudio del espíritu supremacis­ta blanco (avivado por Trump) que ha envenenado a Estados Unidos, fue reconforta­nte e incluso emocionant­e. Desde su papel como directora del Comité Nacional de Abogados para los Derechos Civiles Bajo la Ley, ella también satisfará la demanda de los activistas progresist­as de un peso pesado para ocupar este puesto.

El equipo que reunió Biden es equilibrad­o, profundame­nte experiment­ado, competente y comprometi­do con devolver la “Justicia” al Departamen­to de Justicia. Los estadounid­enses recibieron el jueves la tranquilid­ad que necesitaba­n después de la violencia y el caos profundame­nte inquietant­es del miércoles. Sí, realmente nos estamos moviendo hacia un infinito mejor Departamen­to de Justicia. Eso es algo para celebrar.

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