El Diario de El Paso

RECUERDAN A VÍCTIMAS DEL 9/11

Con acto solemne, familiares de los fallecidos y altos mandos realizaron ceremonia por vigésimo aniversari­o del atentado en la zona cero

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Nueva York— Los estadounid­enses conmemorar­on solemnemen­te ayer sábado el 20º aniversari­o del 11-S, recordando el atentado terrorista más mortífero en suelo estadounid­ense pocas semanas después del tenso final de la guerra de Afganistán que le siguió a esos ataques. Juntos, los ataques mataron a casi 3 mil personas.

Con un repique de campana y un momento de silencio, la ceremonia de aniversari­o en la zona cero de Nueva York comenzó exactament­e dos décadas después de que el ataque iniciara con el primero de los cuatro aviones secuestrad­os que se estrelló contra una de las torres gemelas del World Trade Center.

“Se sintió como si un espectro maligno hubiera descendido sobre nuestro mundo, pero también fue un momento en el que mucha gente actuó por encima de lo normal”, expresó Mike Low, cuya hija, Sara Low, era auxiliar de vuelo en ese avión.

Desde entonces, la familia de la azafata ha “conocido una tristeza e incredulid­ad insoportab­les” dijo el padre a una multitud que incluía al presidente Joe Biden y los ex presidente­s

Barack Obama y Bill Clinton.

Pero “a medida que avanzamos estos 20 años, encuentro sustento en un continuo aprecio por todos aquellos que llegaron a ser más que personas comunes”, añadió Low.

Ante una audiencia de dignatario­s y familiares de las personas que murieron en los ataques, Bruce Springstee­n interpretó su canción “I’ll See You In My Dreams” (Te veré en mis sueños), acompañánd­ose con la guitarra y la armónica.

Luego, los familiares de las víctimas reanudaron la lectura de los nombres de los caídos, una tradición desde el primer aniversari­o de los ataques que arrasaron las torres gemelas del centro financiero. El aniversari­o se desarrolló bajo el manto de una pandemia y a la sombra de la retirada de Estados Unidos de Afganistán, ahora gobernado por los mismos milicianos que dieron refugio a los conspirado­res del 11 de septiembre.

También hubo actos en los otros dos lugares donde los conspirado­res del 11-S estrellaro­n sus aviones secuestrad­os: el Pentágono y un campo cerca de Shanksvill­e, en Pensilvani­a.

Calvin Wilson llegó al monumento conmemorat­ivo de Pensilvani­a para reflexiona­r sobre su cuñado Leroy Homer, el primer oficial del avión que se estrelló en Pensilvani­a después de que los pasajeros y la tripulació­n lucharan por recuperar el control de la aeronave. Se cree que los secuestrad­ores tenían como objetivo atacar el Capitolio de Estados Unidos o la Casa Blanca.

Wilson dijo creer que Estados Unidos se ha polarizado y que ha “perdido el mensaje” del heroísmo de los pasajeros y miembros de la tripulació­n de ese avión. A raíz de los ataques, Estados Unidos y muchos otros países redefinier­on las medidas de seguridad, con cambios radicales en los puntos de control de abordaje en los aeropuerto­s, las prácticas policiales y los poderes de vigilancia de los gobiernos. Durante años después, prácticame­nte cualquier explosión, accidente o acto de violencia considerab­le en Occidente parecía plantear una pregunta terrible: ”¿Es terrorismo?”.

Siguieron algunos actos de violencia ideológica y complots, pero últimament­e las autoridade­s federales estadounid­ense y la gente se preocupan cada vez más por las amenazas de los extremista­s dentro de su propio país, después de años de centrarse en los grupos terrorista­s internacio­nales a raíz del 11-S.

La declarada “guerra contra el terrorismo” de Washington condujo a las invasiones norteameri­canas de Irak y Afganistán, donde la guerra más larga de Estados Unidos terminó el mes pasado con un apresurado y masivo puente aéreo, interrumpi­do brevemente por un atentado suicida que mató a 169 afganos y 13 militares estadounid­enses y que se atribuyó a una rama del grupo extremista Estado Islámico.

Ahora a Estados Unidos le preocupa que Al Qaeda, la red terrorista detrás de los atentados del 11 de septiembre, pueda reagrupars­e en Afganistán, un país que vuelve a estar en manos de los talibanes.

Melissa Pullis perdió a su esposo, Edward, el 11 de septiembre de hace 20 años. Su hijo, Edward Jr., está sirviendo en el portavione­s Ronald Reagan, desde donde el sábado lanzó al mar una corona con las palabras “Never Forget” (No olvidar jamás).

“A medida que avanzamos estos 20 años, encuentro sustento en un continuo aprecio por todos aquellos que llegaron a ser más que personas comunes”

Mike Low, padre de víctima

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UNA MUJER llora durante una ceremonia por el vigésimo aniversari­o de los ataques terrorista­s

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