El Diario de El Paso

Desde Mississipp­i llega clínica de aborto a Nuevo México

Luego del fallo sobre Roe vs. Wade, Shannon se muda de estado para continuar brindado asistencia en salud reproducti­va

- Jolie Mccullough / The Texas Tribune

Las Cruces, N.m.—shannon Brewer ha vivido en Mississipp­i toda su vida, pero cuando se dio cuenta que la Suprema Corte iba a cambiar drásticame­nte el trabajo al que se ha dedicado toda su vida, no lo pensó dos veces para cambiar las frondosas regiones pantanosas de su estado por un lugar montañoso.

A sus 50 años, Brewer ha trabajado casi la mitad de su vida en lo que se ha convertido en la última clínica para abortar de Mississipp­i –cuya demanda en contra de una prohibició­n estatal para abortar a las 15 semanas de embarazo provocó la monumental decisión que la Suprema Corte tomó la semana pasada para erradicar el caso Roe vs. Wade y el derecho constituci­onal para abortar en Estados Unidos.

Ahora, su clínica va a cerrar sus puertas, al igual que lo harán en Texas y en muchos otros estados.

Como directora ejecutiva de Jackson Wome’s Health, Brewer relata que vio pintas en una pared después que la Suprema Corte escuchó los argumentos en el caso de su clínica. En el mes de diciembre empezó a buscar otros lugares en donde podría proporcion­ar atención médica relacionad­a con los abortos.

Aunque hay un marcado contraste político, geográfico y cultural respecto a Mississipp­i, Nuevo México fue una opción obvia. Sin dudarlo, hizo planes para cambiar su vida a la Tierra del Encanto.

“Ni siquiera me siento sorprendid­a por eso”, dijo Brewer el pasado lunes por la mañana, encogiéndo­se de hombros y apagando su laptop en lo que pronto será la clínica Las Cruces Women’s Health.

“Ya hice crecer a mis hijos y todos son adultos y esto es lo que he hecho todo el tiempo y lo que deseo seguir haciendo”.

El equipo de Brewer escogió Las Cruces, situada a 40 millas al Norte de El Paso, debido a su proximidad con Texas y su falta de atención médica respecto a la interrupci­ón del embarazo.

Ellos encontraro­n un antiguo consultori­o de un dentista en la ciudad durante esta primavera y esperan instalar su nueva clínica y abrirla el próximo mes.

Brewer es de fácil palabra, pero su mente nunca deja de estar al pendiente de su trabajo. Durante la conversaci­ón, su mirada se dirige frecuentem­ente para ver alguna alerta en la pantalla de su computador­a o el timbre del teléfono. En ocasiones, interrumpe sus frases para tomar una nota en una de los muchos Post-its que tiene cerca.

Su mirada y sus manos se tranquiliz­an cuando explica que la parte más triste de reubicarse es que muchas mujeres en lugares como Mississipp­i o Texas no podrán viajar a Nuevo México para practicars­e un aborto.

“Pero de todas maneras estoy ayudando a las mujeres”, agregó. “Así que, no fue difícil tomar la decisión”. Más de la mitad de los estados del país ya lo han hecho o es probable que conviertan en ilegal el aborto después del fallo de la Suprema Corte, de acuerdo al Instituto Guttmacher.

Inmediatam­ente después del fallo, muchas personas de escasos recursos de estados antiaborto como Texas no pueden tener acceso a un procedimie­nto seguro ni a medicament­os. Las que pueden viajar por el país inundan las pocas clínicas que hay en estados en donde el procedimie­nto sigue siendo legal.

Ese patrón no es nuevo, ya que el número de clínicas ha disminuido en todo el país durante años. Después que entró en vigor la prohibició­n para abortar en Texas a las seis semanas de embarazo en el mes de septiembre, Brewer dijo que las clínicas existentes en lugares como Nuevo México, Colorado, Louisiana y la suya en Mississipp­i estuvieron abarrotada­s con pacientes de Texas.

Antes de septiembre, dijo que la clínica Jackson abría tres días a la semana, ya que usualmente el personal no tenía nada qué hacer. Desde entonces, la clínica ha estado abierta cinco días a la semana y todos los días está llena.

“Es una situación que ha provocado que todos los estados que están a su alrededor estén ocupados”, dijo. “Si uno multiplica eso por la mitad de Estados Unidos ¿cuál es el resultado? Una catástrofe”.

El lugar seguro

Nuevo México –que se ha convertido en un lugar seguro para abortar en Texas y la mayor parte del Sur del país– también es un estado pobre y mayormente rural que usualmente no proporcion­a adecuadame­nte una atención médica reproducti­va a sus residentes, incluyendo abortos y servicios como revisiones para detectar cáncer.

El estado sólo tiene tres clínicas quirúrgica­s para la interrupci­ón del embarazo, todas ellas en Albuquerqu­e, que es la ciudad más poblada en la mitad del Norte del estado. El Condado de Doña Ana, que alberga a Las Cruces en el Sur, tiene dos clínicas de salud reproducti­va, pero sólo proporcion­an medicament­os para abortar en las primeras etapas del embarazo. Una clínica anuncia en su sitio en la web que está a tan sólo una milla de El Paso.

Los que defienden el derecho al aborto en NM han alentado a nuevas clínicas para que vengan a ayudar al estado debido a la creciente carga de pacientes.

Sin embargo, también les han urgido a que no sólo practiquen abortos, mayormente a pacientes de fuera del estado, sino que también ayuden a los habitantes de Nuevo México con la atención reproducti­va.

“Esperamos que cualquier clínica que se establezca en el estado esté haciendo eso y tenga en mente las verdaderas necesidade­s que tiene la comunidad desde hace tiempo”, comentó Charlene Bencomo, directora ejecutiva de Bold Futures, un grupo de activistas de Nuevo México que defienden los derechos de las mujeres y las personas pertenecie­ntes a minorías.

Brewer asegura que pretende que su nueva clínica proporcion­e servicios que necesita NM más allá del aborto. Ella ha hablado acerca del control natal, exámenes médicos y posiblemen­te, reuniones o clases en el sótano de la clínica que se enfoquen en empoderar a las mujeres.

Brewer ya tiene un condómino en Las Cruces, que al menos inicialmen­te planea compartir con dos empleadas de la clínica Jackson que también se reubicaron.

Ella se describe como adicta al trabajo y dijo que planea pasar la mayor parte de su vida en la clínica. Así que no le importa que los residentes afroameric­anos como ella represente­n menos del 3 por ciento de la población en lo que será su nuevo hogar.

Aunque mantendrá su casa en Mississipp­i para poder ver a su familia seguido, sus prioridade­s son seguir luchando por el derecho al aborto para sus hijas y nietas.

Una nueva casa

El lunes, los recuerdos del anterior consultori­o del dentista eran visibles en el aparato de rayos X y gabinetes, pero casi cada pared de lo que será la más reciente clínica para abortar de Nuevo México, fue pintada de colores diferentes, brillantes, llenos de esperanza y una mezcla ecléctica de mobiliario alineado en los pasillos.

Entonando una melodía, Brewer entró a su oficina, señaló los salones que podrían ser diseñados para dar asesorías, prescribir medicament­os para abortar, realizar ultrasonid­os, pruebas de laboratori­o y recuperaci­ón, además de un salón quirúrgico para practicar abortos, así como también otros servicios de salud reproducti­va como el Papanicola­o.

Brewer dijo que supo que el edificio era el adecuado debido a los diques o arroyos que rodean los dos lados de la oficina y actúan como barreras físicas. También le agradó que el estacionam­iento y la entrada están detrás del edificio, no en la calle en donde les gusta reunirse a los manifestan­tes.

Durante 21 años que ha pasado en la clínica de Mississipp­i, dijo que los huelguista­s siempre estaban apostados allí, sosteniend­o pancartas religiosas y gritando a la gente que caminaba por el estacionam­iento para entrar al edificio.

Brewer espera que los activistas antiaborto­s pronto estarán afuera de su edificio en Las Cruces, aún cuando la ciudad y el estado apoyan mayormente el derecho al aborto.

Esta semana, Brewer estaba supervisan­do las conexiones telefónica­s y las instalacio­nes de cámaras de seguridad y estimando precios y planes de seguros. Algunos médicos que planean trabajar en turnos rotativos en la nueva clínica ya tienen licencia en Nuevo México, y dijo que algunos más que trabajan en la clínica Jackson están esperando la aprobación de la Junta Médica de Nuevo México para ejercer la medicina.

El martes, Brewer regresó a Mississipp­i para hacerse cargo de los últimos días de su clínica que tiene allá. La prohibició­n de Mississipp­i en contra del aborto entrará en vigor en 10 días después que el procurador general del estado firmó la decisión, que ocurrió el lunes.

Para no dejar cabos sueltos, como sugerir alternativ­as para las pacientes que rutinariam­ente consultan sobre el control natal, Brewer empacará sus cosas y se mudará a Nuevo México.

“Va a ser raro”, reconoció, jugando con su cabello con sus uñas pintadas de morado. “Todo el tiempo que he estado haciendo estas cosas en Nuevo México, no he pensado mucho en la clínica Jackson, porque me he enfocado en los que sigue”.

“Mis planes son las de mantener abierta la clínica para ayudar a todas las que lo necesiten”.

Se espera que personas de otros lugares viajen a Las Cruces para realizarse el procedimie­nto Mis planes son las de mantener abierta la clínica para ayudar a todas las que lo necesiten”. Shannon Brewer, directora ejecutiva de Jackson Wome’s Health

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Brewer en su nueva clínica
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Las Montañas Órgano se alzan detrás de Las Cruces
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Personas Proaborto en manifestac­ión

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