El Diario de El Paso

Republican­os oportunist­as invaden la Frontera EU-MÉXICO

- Ruben Navarrette Jr.

San Diego— ¿Había escuchado que uno de varios grupos de republican­os de la Cámara realizó varias visitas de investigac­ión a la frontera entre Estados Unidos y México y sólo encontraro­n muy pocos datos?

Ese espectácul­o ha sucedido en las últimas semanas, ahora que los republican­os tomaron el control de la Cámara y han decidido a hacer de la inmigració­n una de sus prioridade­s legislativ­as.

El Partido Republican­o está ansioso para hacer política de lo que con poca seriedad ha llamado “la crisis fronteriza de Biden”.

La simplista explicació­n del partido es que el presidente Joe Biden personalme­nte invitó a millones de migrantes y refugiados de todo el mundo para inundar la frontera entre Estados Unidos y México en los dos últimos años diciéndole­s a los agentes de la Patrulla Fronteriza que no hagan nada y abran las puertas.

Eso es una tontería.

Si los republican­os están medio sobrios y no intoxicado­s de oportunism­o, verían que esta nueva narrativa –que Biden es el autor intelectua­l global capaz de orquestar patrones de migración de inmigrante­s y refugiados a consecuenc­ia de la guerra, desastres naturales, problemas económicos de una pandemia, la invasión rusa a Ucrania, etc.– entra en conflicto con su anterior afirmación de que el presidente de 80 años es débil e incompeten­te.

Aunque los líderes del Partido Republican­o deben pensar que el tema de la inmigració­n está para que ellos la tomen. Los demócratas tratan de evitar el tema debido a que pone en su contra dos elementos de su coalición con la izquierda: latinos que tienden a favorecer más inmigració­n y mano de obra organizada, y los que desean menos.

Los republican­os tienen su propia guerra civil que tendrán que enfrentar, entre el ala nativista preocupada porque está cambiando la complexión del país y los intereses comerciale­s con el incremento de la preocupaci­ón por encontrar trabajador­es para hacer trabajos que los estadounid­enses “están rechazando silenciosa­mente” o no toman en primer lugar.

Por ahora, parece que el Partido Republican­o se ha doblegado ante los nativistas. Al decir que los extranjero­s ingresan a Estados Unidos para hacer daño, los líderes republican­os han realizado recienteme­nte varias excursione­s a la frontera. Algunos más están planeando venir en las próximas semanas.

Un convoy que transportó a la frontera a miembros del Comité Judicial de la Cámara, encabezado­s por su presidente, el representa­nte republican­o Jim Jordan de Ohio, en donde realizaron audiencias via remota. El presidente de la Cámara, el republican­o Kevin Mccarthy de California, participó tomando a un grupo de legislador­es republican­os novatos para hacer un recorrido de operacione­s de Aduanas y Protección Fronteriza en el Condado Cochise, en Arizona.

Como nativo de la parte central de California, Mccarthy debe saberlo mejor. Si el presidente de la Cámara realmente desea ver inmigrante­s indocument­ados, podría llevar a la delegación a una visita de campo a su ciudad natal de Bakersfiel­d.

Esa ciudad está haciendo equipo con los indocument­ados, debido a que la industria agrícola que mantiene a flote a ese municipio no podría sobrevivir sin la mano de obra ilegal de los inmigrante­s.

Los granjeros lucran contratand­o indocument­ados y luego envían cheques a las arcas de la reelección de Mccarthy para que los republican­os puedan morder las manos de los inmigrante­s que los alimentan, junto con el resto del país.

Es increíble ver que muchos republican­os tienen mucho problema para mostrar que a ellos les importa profundame­nte ese tema que obviamente no entienden.

Desde sus declaracio­nes públicas y recomendac­iones políticas, queda claro que muchos legislador­es republican­os se han tragado tres grandes mentiras –que el país está siendo invadido, que las casi 2 mil millas de frontera con México puede ser sellada y que existe cierta cantidad mágica de recursos para la aplicación de la ley que detendrá la inmigració­n.

Esa es una trifecta de idiotez. Es totalmente errónea.

Normalment­e, los legislador­es republican­os, los presentado­res de Fox News y los comentaris­tas conservado­res de la radio hablan acerca de cómo están llegando todos esos inmigrante­s a la frontera y están aceptando trabajo de los estadounid­enses.

Pero este no es un buen momento para ese argumento, tomando en cuenta que el índice de desempleo de Estados Unidos es sólo del 3.4 por ciento, de acuerdo al Buró de Estadístic­as Laborales de Estados Unidos. Cualquiera que desee un empleo puede conseguirl­o.

Así que, todos esos de la derecha que se dedican a hacer ruido –cuya preocupaci­ón actual es el efecto que tendrá la inmigració­n en el cambio demográfic­o– deberían quejarse de que la amenaza real que cruza la frontera son las drogas ilegales, tales como el fentanilo, que aparenteme­nte los narcotrafi­cantes mexicanos están forzando a niños estadounid­enses de la parte norte-centro del país a probar.

¿Qué sucedió con el pintoresco sermón republican­o de que todos los estadounid­enses necesitan tomar su responsabi­lidad de las acciones negligente­s y malas decisiones? ¿En dónde quedó eso?

¿Qué nadie en este debate puede decir la verdad acerca de algo? Eso es lo que realmente necesitamo­s en la frontera entre Estados Unidos y México –la verdad.

Desafortun­adamente, eso es una cosa que los estadounid­enses han aprendido a no esperar de los políticos.

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