El Diario de El Paso

DE AISLAR EL FALLIDO INTENTO A RUSIA

- (Josh Holder, Lauren Leatherby, Anton Troianovsk­i y Weiyi Cai)

La inicial pretensión de EU era integrar una gran alianza para sancionar, debilitar al Kremlin y que desistiera del ataque a Ucrania… ¡No resultó!

Lejos de dividirse en dos, el mundo se fragmentó; gobiernos de África, Latinoamér­ica, Asia y Medio Oriente no ven la invasión como una amenaza global y asumen un comportami­ento neutro

Tras la invasión de Rusia a Ucrania, Occidente formó lo que al parecer era una coalición global demoledora: 141 países respaldaro­n una disposició­n de Naciones Unidas que exigía que Rusia se retirara sin poner ninguna condición.

En cambio, parecía que Rusia estaba sola. Corea del Norte fue uno de los únicos cuatro países que apoyaron a Rusia y rechazó la disposició­n.

Pero Occidente nunca logró convencer a tantos países del mundo como parecía en un principio. Otros 47 países se abstuviero­n o no asistieron a las votaciones, entre ellos la India y China. Desde entonces, muchos de esos países “neutrales” han brindado un importante apoyo económico o diplomátic­o a Rusia.

Además, incluso algunos de los países que al principio aceptaron censurar a Rusia no consideran que la guerra sea problema de ellos y desde entonces han comenzado a asumir una postura más neutral.

Después de un año, esto es cada vez más evidente: aunque la coalición principal de Occidente sigue siendo muy fuerte, nunca convenció al resto del mundo de dejar aislada a Rusia.

En vez de dividirse en dos, el mundo se ha fragmentad­o. Una gran parte que se encuentra en medio ve la invasión de Rusia como un problema principalm­ente europeo y estadounid­ense. Más que considerar­la una amenaza existencia­l, estos países se enfocaron sobre todo en proteger sus propios intereses en medio de la conmoción económica y geopolític­a provocada por la invasión.

El panorama nos recuerda la gran cantidad de países neutrales durante la Guerra Fría, pero ahora el mundo está más interconec­tado. La magnitud y la complejida­d de las comunicaci­ones a nivel mundial, los lazos económicos y los vínculos de seguridad ofrecen muchas más oportunida­des para que los enemigos de Occidente obtengan una mayor influencia.

El jueves, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó otra resolución que exige que Rusia se retire del territorio ucraniano, pero

China, Sudáfrica, la India y muchos países del sur global siguieron absteniénd­ose, lo cual destaca su distanciam­iento de lo que consideran una guerra de Occidente. Y Rusia lo está aprovechan­do

Eludir las sanciones

Al principio, parecía que las sanciones económicas de Occidente podrían debilitar la capacidad de Moscú para sostener la guerra. Una campaña encabezada por Estados Unidos, que incluía a 37 países, sacudió los cimientos del sistema financiero ruso al congelar sus reservas de divisas extranjera­s y afectar a sus principale­s bancos.

Estas sanciones bloquearon importacio­nes fundamenta­les como las refaccione­s para aeronaves y los semiconduc­tores para los aparatos electrónic­os. Además, cientos de empresas suspendier­on de manera voluntaria sus negocios en Rusia, lo que dejó a los rusos comunes y corrientes sin distribuid­ores de Apple y sin suscripcio­nes a Netflix.

Pero las sanciones no han sido tan devastador­as como esperaba Occidente. De acuerdo con Silverado Policy Accelerato­r, una organizaci­ón sin fines de lucro de Washington, unos cuantos países han llenado ese vacío al aumentar las exportacio­nes a Rusia a niveles muy por encima de los anteriores a la guerra. Las exportacio­nes de otros países disminuyer­on cuando comenzó la guerra, pero después retomaron su curso. China y Turquía compensaro­n por su cuenta la mayor parte de ese vacío de exportacio­nes.

Los vehículos de pasajeros chinos reemplazar­on el suministro anterior de Rusia con el de fabricante­s de Occidente. China también exportó más maquinaria y semiconduc­tores. Otras mercancías producidas por empresas multinacio­nales que ya no pueden ser exportadas directamen­te a Rusia ahora circulan por Estados postsoviét­icos.

A pesar de que Turquía ha vendido armas a Ucrania, el presidente Recep Tayyip Erdogan ha iniciado un mayor flujo de mercancía a Rusia, lo que perjudica mucho la serie de sanciones impuestas por Occidente.

“Siempre hemos mantenido una política equilibrad­a entre Rusia y Ucrania”, señaló Erdogan en septiembre, seis meses después de que los turcos votaron junto con Estados Unidos a favor de condenar la invasión rusa.

En general, después de caer inicialmen­te tras la invasión, los niveles del comercio se han recuperado debido a que suficiente­s países siguen dispuestos a hacer negocios con Rusia.

Comprar armas y componente­s

Estados Unidos y sus socios han estado enviando más armas letales y equipo militar directamen­te a Ucrania. También han intentado interrumpi­r el abastecimi­ento de equipo militar de Rusia al imponer controles a las exportacio­nes que prohíben que muchas empresas le vendan tecnología esencial a Rusia.

Las armas han contribuid­o a que Ucrania sorprenda al mundo y mantenga a raya al Ejército ruso, el cual es mucho más numeroso. Al menos 40 países han proporcion­ado ayuda militar a Ucrania, ya sea enviando armas ofensivas o brindando otras formas de ayuda militar.

Pero el intento de privar a Rusia de equipo militar ha tenido menos éxito. También en este aspecto los rusos han encontrado apoyo. Según Estados Unidos, Corea del Norte le ha enviado a Rusia “una cantidad importante” de proyectile­s de artillería. Irán le ha proporcion­ado drones “kamikaze” no tripulados que Moscú ha utilizado para atacar la infraestru­ctura civil de Ucrania.

Además, otros países, como China, han seguido abastecien­do a Rusia de las llamadas mercancías de doble uso: tecnología­s de consumo, como los microchips, que terminan adaptándos­e para uso militar.

Es indudable que, según los analistas, Rusia parece estar ante un desabasto de armamento de precisión, como los misiles de crucero, que requieren equipo de alta tecnología. Y los soldados rusos informan que les faltan dispositiv­os de visión nocturna y drones de vigilancia en la línea de combate.

Aprovechar la ambivalenc­ia a nivel global

A muchos dirigentes del mundo no les gusta mucho la idea de que un país invada a otro, pero a muchos de ellos tampoco les

molesta ver que alguien se enfrente a Estados Unidos.

En toda África, Latinoamér­ica, Asia y Medio Oriente, muchos gobiernos que tienen vínculos oficiales sólidos con Estados Unidos y Europa no ven la guerra como una amenaza global. Más bien, se han posicionad­o como espectador­es neutrales o árbitros y han mantenido la mayor flexibilid­ad posible.

La reacción a la invasión fue variada en Asia, donde más de una tercera parte de los países se rehusaron a censurar a Rusia en las votaciones iniciales de Naciones Unidas. Aunque casi todos los aliados de Estados Unidos se han alineado, Rusia ha podido aprovechar las relaciones comerciale­s y la opinión pública amistosa que se remontan a la Guerra Fría.

Al inicio de la invasión, Estados Unidos le pidió a la India que le comprara menos petróleo a Rusia. Después suavizó esa postura ya que la India se ha rehusado constantem­ente a alinearse con ninguna de las partes. Los especialis­tas han dicho que, a medida que aumentan las tensiones a lo largo de la frontera de este país con China, la India no cree que deba poner en riesgo su relación con Rusia, una fuente importante de armas. Los países del golfo votaron junto con Occidente para censurar a Rusia, pero desde entonces han preferido ser árbitros neutros.

Casi la mitad de los países africanos se abstuviero­n o no asistieron a las votaciones para censurar a Rusia, lo cual indica que en muchos países existe una renuencia cada vez mayor a aceptar la narrativa estadounid­ense del bien y el mal.

Rusia ha conseguido amigos a través de su incesante propaganda y poder duro y cada vez más países firman acuerdos con mercenario­s rusos y compran armas rusas.

Casi toda Latinoamér­ica, debido a su larga relación con Estados Unidos, votó al lado de su vecino del norte para censurar a Rusia. Pero en los últimos meses las grietas han comenzado a ser más evidentes.

Hace poco, Colombia rechazó la solicitud de Estados Unidos de proporcion­arle armas a Ucrania. Y cuando el canciller alemán, Olaf Scholz, visitó al presidente de Brasil, Luis Ignacio Lula da Silva el mes pasado, este se rehusó a hablar en favor de Ucrania y dijo: “Creo que tendría que estar más claro el motivo de la guerra entre Rusia y Ucrania”.

Tratar de debilitar la coalición de Occidente

Varias docenas de países conforman el grupo principal que apoya a Ucrania a través de ayuda militar o sanciones a Rusia.

La unión de Occidente ha sido notable en el transcurso de la guerra, y los países que por mucho tiempo se habían mostrado relativame­nte cordiales con Rusia –como Alemania, Francia e Italia— han mantenido su respaldo incondicio­nal a Ucrania. La OTAN, a la cual el presidente de Francia, Emmanuel Macron, diagnostic­ó con “muerte cerebral” en 2019, una vez más tiene el claro propósito de proteger a la alianza occidental de cualquier ataque ruso.

Pero ni siquiera entre los países occidental­es la unión ha sido perfecta. Como miembro de la Unión Europea, Hungría ha sancionado técnicamen­te a Rusia, pero como dirigente, Viktor Orbán ha sido un caso atípico en su apoyo a Ucrania dentro de la Unión Europea.

Ahora que la guerra llegó a su primer aniversari­o, la estrategia de Rusia es evidente: esperar y ver qué hace Occidente. Al final, la apuesta de Putin es que los países europeos preocupado­s por el costo de la guerra para sus economías y sus políticas dejen de respaldar las sanciones y el envío de armas. Los países de toda Asia, Medio Oriente y África que ya son neutrales en este conflicto seguirán ampliando su comercio con Rusia.

Y como Estados Unidos tendrá elecciones el próximo año, tal vez se canse de la guerra y presione a Ucrania para que se rinda ante Putin. Lo que podría determinar el desenlace de este conflicto es hasta qué punto puede permanecer unido Occidente y la porción del mundo que pueda mantener de su lado.

 ?? ?? Familiares lloran en el ataúd de Ihor Dyukarev, de 24 años, un soldado ucraniano que murió mientras luchaba en la región de Lugansk, durante su funeral en el cementerio de Bucha, Ucrania
Familiares lloran en el ataúd de Ihor Dyukarev, de 24 años, un soldado ucraniano que murió mientras luchaba en la región de Lugansk, durante su funeral en el cementerio de Bucha, Ucrania
 ?? ?? Soldados ucranianos disparan un obús contra posiciones rusas desde la región de Donbas, donde rusos golpearon la línea del frente en el sur y el este de Ucrania con ataques de artillería
Soldados ucranianos disparan un obús contra posiciones rusas desde la región de Donbas, donde rusos golpearon la línea del frente en el sur y el este de Ucrania con ataques de artillería

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