El Diario de El Paso

Emprende NM tarea titánica para limpiar canales

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Albuquerqu­e, Nuevo México— Es tradición en las comunidade­s rurales de Nuevo México reunirse con los vecinos cada primavera, palas y rastrillos en mano, para limpiar los canales de riego de tierra que llevarán la nieve derretida de las montañas circundant­es a los cultivos, jardines y huertos.

Hacer el trabajo de la manera tradiciona­l, a mano, es casi imposible este año porque docenas de los sistemas de riego conocidos como acequias están obstruidos con cenizas, limo y otros desechos de las inundacion­es que siguieron al incendio forestal más grande en la historia de Nuevo México, una conflagrac­ión provocada el pasado año por el gobierno federal durante las operacione­s de quema prescrita.

Las llamas barrieron más de 530 millas cuadradas (853 kilómetros cuadrados) de las estribacio­nes de las Montañas Rocosas y ardieron durante meses, destruyend­o hogares y medios de subsistenc­ia.

Si bien se espera que la recuperaci­ón tome generacion­es, el trabajo para despejar la primera acequia a través de un esfuerzo especial encabezado por el Departamen­to de Transporte del estado y contratist­as locales comenzó ayer lunes cerca de Cleveland, un pueblo montañoso al sureste de Taos. Hay una docena más de acequias en la lista.

Las cuadrillas están utilizando excavadora­s para desenterra­r los escombros después de que los bomberos pasaron un día limpiando la maleza de las orillas para facilitar el acceso. Los camiones aspiradore­s están limpiando las alcantaril­las.

Los operadores del equipo deben tener un toque ligero. Excavar demasiado profundo podría dañar el suelo en el fondo que se ha compactado tanto durante décadas que evita que el agua se filtre.

Los ingenieros de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencia­s recorriero­n la acequia tres veces, utilizando GPS para mapearla y evaluar los daños que se extienden más de dos tercios de milla (más de un kilómetro).

“Estoy tan emocionada”, dijo Barbara Bradshaw, comisionad­a de la Acequia de Cañoncito, quien ha pasado meses haciendo llamadas telefónica­s y enviando cartas en busca de un camino para realizar las reparacion­es lo antes posible. “Ya hemos perdido un año de cosecha”.

El Congreso ha aprobado miles de millones de dólares en fondos de recuperaci­ón para el área, pero el dinero tardará en llegar. Los legislador­es de Nuevo México también están consideran­do una legislació­n este año que proporcion­aría un flujo de fondos para las acequias en caso de otro desastre natural, dado que los grupos tienen recursos limitados debido a su naturaleza comunitari­a.

Más de 30 familias dependen de la Acequia de Cañoncito, que se alimenta de un par de cañones que nacen en la cordillera que fue severament­e quemada. La ceniza y el limo se precipitar­on desde las laderas durante la temporada de lluvias del verano pasado, obstruyend­o un punto de desvío para el sistema de riego y las alcantaril­las más allá.

“Partes de la acequia están llenas de orilla a orilla y parece un camino en lugar de una acequia. Y no sabemos qué hay debajo del lodo y las cenizas: cuántos árboles hay allí, cuántas rocas hay allí”, dijo Bradshaw. dicho. “La fuerza del agua fue simplement­e notable”.

Quedaron obstruidos por incendios e inundacion­es; se organizan vecinos de zona rural

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El sedimento obstruye la Acequia de cañoncito de orilla a orilla cerca de la comunidad de cleveland

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