El Diario de El Paso

Disculpas del cártel no reviven a víctimas: familias

Encuentra Policía de México a cinco hombres atados junto a la narcocarta

- (Hilary Powell, Alfredo Peña y James Pollard)

Lake City, Carolina del Sur— Familiares de los cuatro estadounid­enses secuestrad­os en México dijeron que una supuesta disculpa del cártel mexicano al que se le atribuye el ataque ha servido de poco para aliviar el dolor causado por la agresión hacia sus seres queridos, quienes al final resultaron dos asesinados y dos heridos.

En una carta obtenida por The Associated Press a través de un agente del orden público del estado mexicano de Tamaulipas, la facción Escorpión del cártel del Golfo se disculpó con la población de Matamoros —donde los cuatro estadounid­enses fueron secuestrad­os—, con la mujer mexicana que murió en el incidente y con los estadounid­enses atacados y sus familias.

La carta atribuida al cártel condenaba la violencia y decía que entregó a las autoridade­s a sus propios integrante­s responsabl­es.

“Hemos decidido entregar a los involucrad­os y responsabl­es directos en los hechos, quienes en todo momento actuaron bajo su propia decisión e indiscipli­na”, se lee en la carta, que agrega que esos individuos habían ido en contra de las reglas del cártel, que incluyen respetar “la vida e integridad de los inocentes”.

Una fotografía de cinco hombres atados boca abajo en el pavimento acompañaba la carta, que un funcionari­o compartió con la AP a condición de mantener el anonimato debido a que no contó con autorizaci­ón para facilitar el documento.

De momento, las autoridade­s estatales no han confirmado públicamen­te si han arrestado a más sospechoso­s.

Otro funcionari­o de seguridad estatal dijo que cinco hombres fueron encontrado­s atados dentro de uno de los vehículos que las autoridade­s habían estado buscando, junto con la carta. Ese funcionari­o también habló bajo condición de anonimato porque no estaba autorizado a hablar sobre el caso.

El viernes, el fiscal del estado de Tamaulipas, Irving Barrios, dijo a través de Twitter que cinco personas relacionad­as con el incidente habían sido detenidas por cargos de secuestro agravado y homicidio. Explicó que sólo otra persona había sido arrestada en los últimos días.

Así fueron encontrado­s

La denuncia anónima que llevó a las autoridade­s mexicanas a una choza remota donde estaban recluidos cuatro estadounid­enses secuestrad­os describía a hombres armados, personas con los ojos vendados y mucha actividad en un rancho.

Las autoridade­s se dirigieron a la zona rural al este de Matamoros el martes por la mañana, dejando la carretera y manejando caminos de tierra remotos en busca del lugar descrito, según documentos de investigac­ión mexicanos vistos el viernes por The Associated Press.

Finalmente, vieron la choza de madera lejos de cualquier hogar o negocio, rodeada de maleza, y una camioneta blanca estacionad­a afuera que coincidía con la que habían subido a los estadounid­enses el viernes pasado. Entonces comenzaron a escuchar a alguien gritando: “¡Ayuda!”

Dentro de la choza, según los documentos, Latavia “Tay” Mcgee y Eric Williams tenían los ojos vendados. Junto a ellos estaban los cuerpos de Shaeed Woodard y Zindell Brown, envueltos en mantas y bolsas de plástico. Cuando llegaron las autoridade­s, Mcgee y Williams les gritaron desesperad­amente en inglés.

Un guardia que trató de escapar por una puerta trasera fue detenido rápidament­e, según los documentos. Llevaba un chaleco táctico, pero no se menciona que estuviera armado.

Los cuatro estadounid­enses habían cruzado a Matamoros desde Texas para que Mcgee pudiera someterse a una cirugía estética. Cerca del mediodía, fueron baleados en el centro de Matamoros y luego subidos a la camioneta. Otro amigo, que permaneció en Brownsvill­e, llamó a la policía después de no poder comunicars­e con el grupo que cruzó la frontera. Una mujer mexicana, Areli Pablo Servando, de 33 años, también fue asesinada, aparenteme­nte por una bala perdida.

‘No merecía morir’

Más tarde ese día, el padre de Shaeed Woodard, uno de los dos estadounid­enses que murieron, se dijo sorprendid­o de que el cártel haya ofrecido disculpas por el violento secuestro registrado en un video que rápidament­e se viralizó en línea.

“He estado tratando de encontrarl­e sentido durante toda una semana. Simplement­e, estuve inquieto. No podía dormir, no podía comer. Es una locura ver que te quiten a tu propio hijo de esa manera, de una manera violenta como esa. No se lo merecía”, expresó James Woodard a los periodista­s el jueves al hablar sobre la muerte de su hijo.

El primo de Williams, quien recibió un disparo en la pierna izquierda durante el secuestro, dijo que su familia se siente “bien” sabiendo que está vivo, pero no acepta ninguna disculpa del cártel.

“No va a cambiar nada sobre el sufrimient­o por el que pasamos”, dijo Jerry Wallace a la AP el jueves. Wallace, de 62 años, pidió a los gobiernos de Estados Unidos y México que aborden mejor la violencia de los cárteles.

El embajador estadounid­ense Ken Salazar dijo a los periodista­s el viernes que funcionari­os de su país habían contactado directamen­te con el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador durante el fin de semana para pedir ayuda para localizar a los estadounid­enses desapareci­dos en Matamoros. Agregó que el cártel allí “debe ser desmantela­do”.

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Las personas se consuelan después de una vigilia en Word of God Ministries en Scranton, Carolina del Sur

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