Una cantera para futuros chefs y hoteleros hispanos
El Instituto Culinario de Miami se ha convertido en un verdadero mosaico de nacionalidades y orígenes con jóvenes procedentes de varios países latinoamericanos
El Instituto Culinario de Miami (MCI) cumple cinco años con el derecho a presumir de haber formado durante este tiempo a unos 4,000 alumnos, muchos de ellos hispanos, / / restaurantes, con becas en prestigiosas escuelas de cocina europeas o dueños de su propio negocio.
Cinco años después de haber comenzado su andadura el MCI, dependiente del Miami Dade College (MDC), el chef Patrick McCurry, instructor desde hace tres años, se muestra orgulloso de haber formado en sus aulas y fogones a cocineros y hoteleros que triunfan en el sector.
“Nuestra principal meta en el centro es impartir la mejor educación posible a nuestros estudiantes, poniendo a su alcance buenos productos, un equipo de cocina moderno y hasta nuestro propio huerto exterior”, destaca McCurry.
Y e s que, como apu nt a Patricia Falcón, seleccionada para cursar estudios de gastronomía en la prestigiosa escuela francesa La Calabash, la institución de Miami es mucho más que un centro Patricia Falcón y Jason MacDonalds son dos jóvenes que han estudiado en el Instituto Culinario de Miami (MCI) muchos de ellos hispanos. Falcón cursará estudios de gastronomía en la escuela francesa La Calabash, mientras que MacDonalds pronto se trasladará a Japón para trabajar como ayudante de cocina en un restaurante cercano a Tokio. de formación de grado medio en hostelería.
“El instituto es una familia. Nos apoyamos unos a otros y los chefs son nuestra guía en todo; sin ellos y sin nuestras familias no hubiéramos ~ cón de manera apasionada.
Nacida en Cuba y criada en República Dominicana, Falcón transmite entusiasmo, voca una determinación que se ha acrecentado con la reciente beca que le concedió la prestigiosa escuela francesa conocida como el “Pequeño Conservatorio de la Cocina”.
“Quiero decirle a la gente que se pueden lograr los sueños, que sí se puede luchar por ellos con lo que uno tiene”, dice esta joven de 28 años que abandonó sus estudios de diseño industrial en República Dominicana para volcarse en su vocación de cazuelas y sartenes.
“Tenemos alumnos trabajando en reconocidos restaurantes punteros como Ky u de Miami, o en la parte administrativa de otros como Cardozo, y en otras ciudades, además de alumnos haciendo internados en Europa y Asia”, comenta McCurry.
Son los casos, entre otros, de Falcón y Jason MacDonalds, un joven de 23 años que hace tres años tomó la decisión de mudarse de Jacksonville, en la costa norte de Florida, a Miami para estudiar en el MCI, su gran deseo.
MacDonalds pronto se trasladará a Japón para trabajar como ayudante de cocina en un restaurante cercano a To- kio, con un contrato de dos años, una ocasión única para sumergirse en la culinaria japonesa (su favorita) y aprender sus técnicas y elaboración de platos.
Desde su apertura en 2011, la escuela ha tenido un programa de formación integral en hostelería que otorga a los estudiantes que concluyen el programa de dos años de duración el título de Asociado en Ciencias Culinarias.
La formación de los alumnos, como apunta McCurry, incluye el cultivo de un huerto propio, para concienciar a los futuros chefs sobre la importancia de una cocina sostenible y ecológica.
Eso sí, como apostilla el chef instructor, “un alumno obtiene lo que pone, lo que da; sin esfuerzo no hay resultados”.