¡Cría hermanos bien hermanos!
Psiquiatra asegura que es tarea de los padres fomentar fuertes lazos de hermandad entre todos sus hijos
Patricia Prieto
patricia.prieto@laopinion.com
Edif icar lazos f uer tes de hermandad entre los hijos es uno de los retos que tienen los padres en el proceso de la crianza, ya que, lo que más desea todo progenitor es que siempre todos sus retoños se lleven bien.
Y es que no hay cosa más frustrante para un padre que el tener unos hijos que no se apoyan, no se buscan entre ellos y se la pasan peleando.
“Todo padre desea que sus hijos sean hermanos bien hermanos”, dice el psiquiatra Luis Sandoval, vinculado a Kaiser Permanente. “En otras palabras, que entre ellos se la lleven bien”.
¿Cómo se logra? Sembrando entre ellos, desde muy temprana edad, los se nt i mientos de c a r i ño, compresión, respeto, com # " - dad, acompañamiento, cooperación, empatía y demás valores característicos de la hermandad.
El Dr. Sandoval explica que la relación de hermanos “es única y profunda al estar cimentada por los lazos de sangre, algo muy diferente a la relación que se lleva con algunos amigos”.
El manejo de la competencia y el conflicto
Aunque las peleas son normales entre los hermanos, el doctor señala que es misión de los padres controlarlas y, a la vez, reforzar entre los hijos el cariño, el respeto, el apoyo, la ayuda y la cooperación mutua.
“En algunas familias las peleas [entre los hermanos] están a la orden del día y esto no es saludable para la relación, ni para la dinámica familiar, sobre todo cuando se deja que su intensidad crezca y llegue al nivel del irrespeto y la violencia”, resalta el Dr. Sandoval. “Los padres deben estar atentos a ellas y controlarlas, enseñándoles a los niños que deben aprender * entre ellos mismos usando la técnica de la negociación y la comunicación”.
La competencia entre los hermanos también es normal y, hasta cierto punto, saludable porquepq indirectamente motiva al reto y mejoramiento personal, pero debe controlarse cuando uno de los hijos es siempre el ganador y la estrella y, ante esto, se da en la relación de padre a hijo la comparación.
“La comparac ión que conl leva a e st a r celebra ndo s i e mp r e l a s habilidades sobresalientes de un solo hijo puede llegar a afectar la seguridad y la autoestima del hijo que siempre pierde, y esto no es saludable”, señala el experto en comportamiento humano. “Es misión de los padres descubrir las habilidades de cada uno de sus hijos y celebrarlas a la par y nunca permitir que uno de sus hijos se sienta superior al otro, ni menos que se presente entre ellos el acoso promovido por el complejo de superioridad”.
Prohibidas las preferencias
La acción consciente o inconsciente de preferencia que algunos padres tienen hacia uno de sus hijos — ya sea por ser el mayor o el menor, la mujercita o el hombrecito o por ser el más inteligente o más parecido al abuelo o la abuela, por ejemplo— puede crear resentimientos entre los her" ' 7 en la misión de fomentar la estrecha hermandad entre los hijos.
“Es normal que la personalidad de un hijo compagine mejor con la personalidad del padre o la madre y, por ello, se cree la preferencia”,, explicap el Dr. Sandoval. “Pero, como padres, hay que estar conscientes que la acción de preferencia hacia determinado hijo lastima a los otros y crea celos, inseguridad y resentimiento entre ellos, sentimientos que en vez de unirlos los alejan, debilitando los lazos de hermandad”.
Para lograr un trato equitativo de padre a hijo se requiere hacer un a ná l i si s consciente de la personalidad de cada uno y tratarlos de acuerdo con sus gustos y formas de ser.
“El trato equitativo de los padres con todos sus hijos es fundamental”, , repuntap el Dr. Sandoval. “Cuando éste no existe, los hijos pueden llegar a irrespetar a sus progenitores incitados por los celos y el resentimiento
hijo”.. que se crean tras la preferencia hacia un solo
hijo”.