El Diario

Trato diferente

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Nelly A maya aseg ura que sufrió la retórica antiinmigr­ante antes de que Donald Trump anunciara su nominación como presidente. En el 2014 la ecuatorian­a comenzó a trabajar como empleada doméstica en una mansión del exalcalde de Nueva York Michael Bloomberg en los Hamptons, y los tratos discrimina­torios la llevó a presentar una demanda contra sus supervisor­es.

Aunque los medios locales se han enfocado en la parte de la demanda que acusa a los supervisor­es Marika Sygman y Steve Kaczynski de tener relaciones sexuales en toda la casa valorada en $20 millones y amenazar a los empleados si abrían la boca, Amaya le reveló a El Diario que aparte de eso también fue víctima de discrimina­ción junto a otros trabajador­es hispanos.

“No había una conversaci­ón en que él [Kaczynski] no se dirigiera a ‘los ilegales’”, contó Amaya.

Ya involucrad­a en activismo pro inmigració­n, la mujer asegura que se defendía y le decía a su supervisor que el término apropiado era ‘indocument­ado’.

Pero eso, según indicó la ecuatorian­a, no hizo que el hombre se detuviera y dijera que los ilegales tomaban su trabajo, vivían de sus impuestos, entre otras generaliza­ciones que describió como lo “típico que dice un blanco”.

Por otro lado, Amaya notó

La denunciant­e destacó que el trato a los empleados blancos tenían un trato preferenci­al.

la diferencia en la forma que Sygman trataba a trabajador­es blancos. Recordó como unos obreros hispanos fueron castigados por la supervisor­a por tomar una botella de agua. “No los trataba dignamente y cuando venía un constructo­r de raza blanca, lo trataba diferente”, dijo la demandante, agregando que a obreros blancos con las mismas habilidade­s hasta les ofrecía comida.

La gota que colmó la copa fue una caída que tuvo Amaya después de una discusión que tuvo con Sygman, luego que Kaczynski la insultara a ella y sus compañeras de trabajo usando la abreviació­n de la palabra prostituta­s.

Peor aún, cuando se quejó con recursos humanos sobre la discrimina­ción y el ambiente hipersexua­l en la mansión, Diana Gubelli, ejecutiva de Bloomberg, le contestó: “¿Y?”.

La madre de 40 años aseguró que no le gusta la atención de los medios, pero decidió demandar a Ballyshear LLC (la empresa que la contrató), Marika Sygman, Steve Kaczynski y Gubelli por daños no especi ! K # se diera cuenta de las injusticia­s que pasan en su mansión y ningún otro empleado sea afectado, especialme­nte los indocument­ados.

“Las persona indocument­adas tienen tanto miedo que le pueden pegar en la cara y no dicen nada”, expresó Amaya.

Aunque está demandando por dinero, lo que más quiere la ecuatorian­a es una carta de perdón: “Hasta que vea esa carta de disculpa, que diga que Steve y Marika sí cometieron un error, yo no me voy a sentir tranquila”.

La inmigrante asegura que perdió movilidad por la caída y ahora tiene que ser sometida a cirugías en el cuello y la espalda. Por ahora, está dedicando su tiempo al activismo pro inmigrante y contra la violencia hacia las mujeres.

El contacto de prensa de Bloomberg le indicó a El Diario que no comentaría­n sobre este caso.

ciertas”.. Sygman le dijo al New York Post que las alegacione­s “simplement­e no son

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