Una partícula minúscula pero peligrosa
Pedro F. Frisneda
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Aunque para algunas personas la presencia de moho en sus hogares no les causa ningún efecto o problema, para otras, estas minúsculas partículas pueden representar un serio peligro para la salud debido a su toxicidad. Según indican los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), los individuos expuestos al moho pueden presentar síntomas leves, parecidos a los de un resfriado o alergias, hasta reacciones más graves.
Los que son sensibles al moho – según explican los CDC – pueden su f r i r congestión nasal, irritación de para respirar, irritación en los ojos y, en algunos casos, irritación de la piel. Sin embargo, las personas que son alérgicas a estos microorganismos pueden tener reacciones más graves. También están en serio peligro las que tienen un sistema inmunológico debilitado, las que sufren de asma y aquellos que padecen enfermedades crónicas de los pulmones, como enfermedad obstructiva de los pulmones, que pueden sufrir infecciones graves de moho cuando están expuestas al mismo.
Estudios del Instituto de Medicina (IOM) han encontrado ev idencia suf iciente para asociar la exposición al moho en espacios interiores (como casas y departamentos) a síntomas de afecciones en el aparato respiratorio superior, así como con empeoramiento del asma –especialmente en niños– y neumonitis por hipersensibilidad en personas con predisposición a esa afección autoinmunitaria.
Sin embargo, los CDC aclaran que no existe evidencia concluyente de que la inhalación de moho en interiores esté asociada con una multitud de otros problemas de salud, como hemorragia pulmonar, pérdida de memoria y falta de energía.