El Diario

LA BANCARROTA DE PUERTO RICO P

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uerto Rico hizo bien en declararse en bancarrota, según se lo permitía la ley PROMESA especialme­nte dise$ de la isla.

Esa era la única manera de f renar la avalancha de juicios de los acreedores de una deuda que es impagable.

El destino de los 3.5 millones de puertorriq­ueños pasó a manos de una jueza federal que deberá decidir entre los intereses de los habitantes de la isla y los de los bancos y fondos de inversión dueños de una deuda de $70 mil millones.

La ley federal le permitió a Puerto Rico este refugio legal pero no lo ayudó mucho más. Le estableció una junta supervisor­a para administra­r & - ría de integrante­s recomendad­os por los republican­os del Congreso que incluyeron a personas sin ningún lazo con la región.

Esta junta, que negociaba con los deudores, exigió recortes draconiano­s en enero pasado que perjudicab­an las pensiones como las áreas de de Puerto Rico comenzó con " - sitivos en 2006 que promovía la inversión y creación de empleos por ocho décadas y luego se agudizó con la toma de deuda.

Esperamos que el proceso judicial por lo menos resulte en una auditoría transparen­te sobre los detalles de la deuda. Puede ser positivo para ! la sospecha de que se prometiero­n pagos a los acreedores por arriba de los límites constituci­onales puertorriq­ueños.

Eso ayudó a que el juez reduzca el pago de la deuda en la bancarrota de la ciudad de Detroit en 2013.

Hay diferencia­s entre la ciudad de Michigan y la isla, entre un magistrado y otro. La esperanza es que la jueza en el caso de Puerto Rico siga el razonamien­to del caso de De " !

E l pr og r e s o de P ue r t o Rico, y su caída, está ligado a EEUU por su relación histórica de dependenci­a. Ojalá que también su recuperaci­ón mediante un tribunal, el alivio de deuda y el regreso de inversión.•

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