El Diario

Expertos en finanzas se instalan en NYCHA para ayudar a los vecinos

La asesoría gratis es un programa piloto de la ciudad en El Bronx que está superando la desconfian­za de los vecinos

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Ana B. Nieto

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{ ^ < * madre de una niña de cuatro, empezó a recibir llamadas de cobradores de deudas “por cosas que no tenían nada que ver conmigo”. Esta dominicana, residente de NYCHA en El Bronx, no hacía caso pero terminó enterándos­e de que querían cobrarle una deuda de $700 que ella no sabía de dónde salía. Coincidien­do con ello acudió a una charla de presentaci­ón de un servi X}' ~ CAN!” en el hospital Monte * - tes de estas viviendas. Hoy, apenas semanas más tarde de - empieza a resolverse.

Con la ayuda de una aseso ^ historia crediticia y comprobó que le habían robado la identidad. En total habían abusado de sus datos hasta dejarla con deudas de $2,000 que ahora está apelando y limpiando de su historial con la ayuda de " ello ha mejorado un informe crediticio, que no estaba tan mal como ella sospechaba y, de hecho, le acaban de aprobar una tarjeta de crédito “y eso es algo que hasta ahora siempre me habían negado”.

~ €] - grama puesto en marcha por ‚ - to Financiero del Departamen­to de Asuntos de Consumidor­es (DCA) que con la ayuda de NYCHA, los servicios directos proporcion­ados por la organizaci­ón Urban Upbound y el apoyo del Fondo del Alcalde para el Avance de NYC y JP Morgan Chase Foundation, han llevado las @ que proporcion­an en todos los condados de la ciudad directamen­te a los propios ]# ƒ€ „ - ta de un programa piloto. De momento, en este año son los vecinos de Melrose, Jackson, Highbridge, Morrisania € ~ ' ^ & * ; " son Houses, todos ellos en El Bronx, los que están recibiendo esta asesoría.

Según la comisionad­a del DCA, Lorelei Salas, este pro- grama “es un modelo que está diseñado para cubrir las ne @ residentes de las viviendas públicas. Durante años, nuestro modelo personaliz­ado de ase @ ' * con éxito a los neoyorquin­os +Q " - nancieros”. De momento hay >† K - tos en el programa que será analizado por la Universida­d de Carolina del Norte para ver si es un modelo que puede ser usado en otros lugares.

Ahora bien, para abrir las puertas a este programa han sido instrument­ales personas como Jennie Cruz, presidenta de la asociación de residentes de Melrose Houses. “Al principio todos éramos escépticos”, dice al referirse a los vecinos. “Tenían que ganarse nuestra ‡ quiere hablar de dinero con desconocid­os” y Cruz relata que además algunos vecinos ya han tenido experienci­as con organizaci­ones que les han engañado y han termi € - nales de noviembre del año pasado, está descendien­te de puertorriq­ueño y española fue la primera cliente para abrir el camino de este servicio gratuito.

De puerta en puerta

Para superar esta reticencia, Marlene Uraga, que es una de las dos asesoras de Urban Upbound que propor * explica que va de puerta en puerta ofreciendo sus servicios, hace visitas en las casas, resuelve dudas con mensajes de texto, vía Facebook, por teléfono, Skype o como sea más práctico para el clien X„ ˆ ‰ + " reuniones, hacemos presentaci­ones”, enumera Uraga. Y + + por el programa hablan con otros vecinos. Uraga explica que en un caso “eliminamos deuda en cobro que no era de una sola persona y su re / Q = puntos. Ahora ella habla del programa a sus vecinos.

Uraga tiene ent re dos y seis sesiones al día y al menos dedica dos horas a llamar a puertas para ofrecer ayuda para hacer presupuest­os, ayudar con la renta, los ahorros, el crédito o la gestión con las deudas. Están animando a los vecinos a poner monedas en las botellas para ahorrar de poco en poco. Cruz está animando a su familia a que lo haga.

La experienci­a de esta asesora bilingüe, le indica que hay quien piensa que sabe más ‡ - + * X > un buen puntaje de crédito” (no lo es). “Hay quien se ofende cuando les ayudamos a hacer un presupuest­o, piensan que si abren una cuenta en un banco NYCHA les va a subir la renta (no es el caso) o les va a costar dinero tener una cuenta”. Cruz, lamenta que los padres no enseñen a sus ' Q ‡ * ' ancianos sean vulnerable­s a ‰ + ahora ha abrazado este servicio y está animando a los vecinos.

Pineda también tiene gran fe y hace sesiones con la asesora dos veces al mes. “Me siento más tranquila, me han ayudado a aprender a ahorrar, ahora hago presupuest­os y tengo que ahorrar, lo hago por mi hija”.

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