El dominicano Rafael Gutiérrez esperó casi una década para obtener un apartamento asequible, una realidad que enfrentan cientos de miles de adultos mayores en toda la ciudad
En 1972, el dominicano Rafael Gutiérrez solicitó un apartamento asequible a la Autoridad de Vivienda Pública de Nueva York (NYCHA). Para entonces, el residente de El Bronx tenía 25 años y un sueldo que no le permitía costear un alquiler de mercado. Pero ese trámite fue uno de tantos a lo largo de su vida para conseguir un lugar digno donde vivir.
Gutiérrez, ahora de 70 años, contó que NYCHA rechazó su petición porque no cumplía con los requisitos de elegibilidad, aunque no se dio por vencido en su búsqueda de vivienda de bajo costo. Rafael afirma que en las últimas tres décadas ha realizado al menos unas 40 solicitudes de vivienda asequible en diversas agencias de la Ciudad y del Estado.
Sin embargo, las numerosas peticiones de este inquilino fueron declinadas por
Rafael Gutié rrez
varias razones, incluyendo la prioridad otorgada a otros neoyorquinos vulnerables, además de que sus ingresos anuales generalmente superaban por algunos cientos de dólares el límite de lo requerido.
La situación de vivienda se agravó para Rafael cuando comenzó a envejecer. El incremento de los alquileres en El Bronx poco a poco fue desplazándolo hasta que los apartamentos “menos peores” se hicieron incosteable para este anciano retirado.
Al cumplir 62 años -la edad requerida en la ciudad de Nueva York para solicitar vivienda de bajo costo para adultos mayores-, Rafael sometió una solicitud a varias agencias de la ciudad, esperando conseguir el apartamento digno que no tuvo en su juventud. Pero la espera se prolongó por casi una década.
“Es difícil luchar por una vivienda cuando estás enfermo, con poco dinero o sin familia. Las listas de espera crecen cada año, pero no hay suficientes apartamentos para todas esas personas. Son miles de ancianos esperando por unos cuantos cientos de apartamentos. La oportunidad es mínima, pienso que muchos mueren esperándola”, dijo Gutiérrez.
Por fin reecibe sus llaves
Rafael recibió hace un par de semanas las llaves de su nuevo apartamento de bajo costo, administrado por la organización Henry Brooks Senior Housing, que recibe subvenciones del Departamento de Vivienda y Desarrollo Urbano (HUD).
“Esperé toda la vida por este momento”, dijo Rafael con emoción. “Me dio tanta alegría que hasta me enfermé. Me siento bendecido, pude esperar muchos años más, hasta décadas. Solo espero que mi caso sirva para demostrar lo difícil que es conseguir vivienda de bajo costo en Nueva York, especialmente para los ancianos, que debemos enfrentarnos a burocracia y un sinfín de requisitos”.
Años de espera por una vivienda barata
La espera prolongada que vivió Gutiérrez se repite en toda la ciudad, pero no todos los ancianos tienen la suerte de conseguir el apartamento digno donde pasar sus últimos años de vida. Allison Nickerson, directora ejecutiva de LiveOn NYC, una organización enfocada en servicios y recursos para ancianos, destacó que actualmente solo 1 de cada 10 adultos mayores en la ciudad reciben ayuda