Muro costoso
al “TPS”, precisó.
Aunque en el pasado, el programa “bracero” permitió la circularidad migratoria para trabajadores mexicanos, que viajaban libremente entre EEUU y México siguiendo trabajos temporales, éste carecía de suficientes protecciones y más bien los dejó expuestos a la deportación, por lo que en la práctica no hay buenos ejemplos, señaló Kelley.
Es un beneficio
Sin embargo, el fenómeno de “fronteras abiertas” no es lo mismo que descuidar la seguridad fronteriza y, con la aplicación de medidas adecuadas para absorber el creciente flujo de migrantes, podría incluso producir beneficios para la economía, según un análisis reciente de la influyente revista “The Economist”.
A través de su historia, EEUU se ha beneficiado de la llegada de inmigrantes, y aunque existen riesgos si se abren las fronteras “de forma repentina y sin las políticas correctas… casi todos esos riesgos podrían mitigarse, y la mayoría de las objeciones más comunes se superaría con un poco de creatividad”, dijo.
El análisis resume los argumentos que durante años vienen haciendo los grupos a favor de una reforma migratoria: los inmigrantes aportan enormemente al creciente económico, cometen menos crímenes que la población local, y no son la causa principal del rezago salarial y otros males del país.
Las “fronteras abiertas” se refiere al libre y ordenado movimiento de personas de un país a otro en busca de trabajo, y no debe confundirse con la erradicación de fronteras o la eliminación de la “nación- Estado”, según expertos.
Al exigir que el Congreso apruebe los fondos para el muro fronterizo, con una cifra que supera los $20,000 millones, Trump pinta un panorama de caos en la “porosa frontera” por donde presuntamente se cuelan criminales y terroristas.
Pero esa retórica no concuerda con los propios datos de su gobierno: la migración de mexicanos hacia EEUU alcanzó su punto máximo en 2005, una década antes de su campaña presidencial, y la mayoría de los que ahora cruzan son migrantes que huyen de la violencia en Centroamérica, además de que sus antecesores, George W. Bush y Barack Obama, jamás pecaron de ser “blandos” en el combate contra la inmigración ilegal.
Estudios de influyentes organizaciones, como la conservadora Institución Brookings, también restan poder a los argumentos de Trump contra los inmigrantes.
Tramonte advirtió hoy que “hay un creciente movimiento de resistencia en busca de formas para proteger a los inmigrantes para preservar
próximo.. nuestros valores, y lo mostrarán en las urnas” en noviembre